28 de Febrero: Comienzan las clases para aprender y enseñar a luchar

 

(Dibujo: Tonucci - La máquina de la escuela)

 

A fines de enero, cuando los docentes de todos los niveles y modalidades nos disponemos a volver a nuestro trabajo, la cuestión salarial no está resuelta.

Los Gobiernos de diversos colores y jurisdicciones hablan como lo que son: representantes del mismo régimen, del mismo sistema: se ufanan del crecimiento económico, del superávit fiscal, pero se apresuran también para poner un techo al aumento de salarios. Un techo que está bien por debajo del incesante proceso inflacionario, y que se ajusta a los amarretes presupuestos para educación.

Tal “apresuramiento” para marcar la cancha se convierte en dilación para convocar a Paritarias. Ya pasó enero, y ni noticias. Aunque nada se puede esperar de estas paritarias truchas, la demora del Gobierno en convocarlas demuestra su falta de voluntad para dar respuesta a los reclamos planteados.

Las conducciones sindicales de los diversos gremios docentes bailan el minué al compás de los gobiernos. En el mejor de los casos, comienzan a exigir porcentajes y cifras, y que se cite a las paritarias. Pero también pecan de retardatarias a la hora de convocar a las bases a la participación activa, único camino para sostener cualquier reclamo.

Atravesadas por sus propias disputas internas, y por las presiones y tironeos de los diversos Gobiernos y/o partidos del régimen (¡la crisis interna de la CTA es un buen botón de muestra!), la mayoría de las conducciones sindicales no han sido capaces siquiera de delinear una perspectiva de independencia sindical y política.

Este burocratismo sindical (que tiene, por supuesto honrosas excepciones, como ASMSAFE Rosario) ha generado en las bases descontento y desazón, que se manifiesta incluso en tendencias a la DESAFILIACIÓN de los sindicatos. Corresponde combatir esas tendencias, en las que pesa el individualismo y el sálvese quien pueda. La crítica a las conducciones debe ser canalizada con más participación en las organizaciones gremiales, que son NUESTRAS.

De cara al trascendente escenario electoral de 2011, habrá oferta de aumento salarial. Se dirá que es “lo que da el presupuesto” y se pretenderá -¡una vez más! -contrastar los “privilegios” de los docentes con las penurias del resto de los trabajadores y con la prioridad de la “educación de los chicos”.

No se puede contestar a estos cínicos argumentos sólo con lucha sindical, por más enérgica que esta sea.

No se puede responder a esta hipocresía sólo con paros docentes.

Hay que decir que la destrucción del sistema educativo, el creciente abandono y/o repitencia, el deteriorio en las condiciones de trabajo, la privatización de las áreas más rentables de la educación, son exclusiva responsabilidad de quienes defienden y gerencian este régimen, este sistema reglado por el “REY MERCADO”.

Por eso, la construcción de un auténtico plan de lucha pasa esencialmente por reconstruir la alianza entre los verdaderos artífices del proceso educativo: docentes, padres, estudiantes. Pasa por dotar a la COMUNIDAD EDUCATIVA de un programa de acción que la unifique, a partir del AUMENTO DEL PRESUPUESTO DE EDUCACIÓN.

El aumento de salarios hasta alcanzar la canasta familiar para el cargo testigo es una piedra angular para ese programa de acción.

Pero para lograrlo, cada docente y cada escuela debe convertirse en una usina de organización y movilización de la comunidad de su barrio.

No será con paros domingueros ni con simulacros de manifestaciones que se torcerá el brazo a los gobiernos, que ya tienen definido hasta cuanto otorgar y hasta cuando aguantar.

El 28 de febrero no deben comenzar las clases, porque debe comenzar un plan de lucha hasta el logro de los reclamos que las asambleas de base (si es posible, de la comunidad educativa) resuelvan democráticamente.

Privados y públicos, de todos los niveles y modalidades, unidos en la acción común, construyendo un plan de lucha contundente.  

El 28 de febrero tiene que haber dos escenarios: los funcionarios inaugurando el ciclo lectivo en el vacío, y las plazas llenas de docentes, padres y estudiantes movilizados, haciendo uso de nuestro derecho a la huelga activa, enseñanado y aprendiendo a luchar.  

 

Docentes, padres y estudiantes en defensa de la Educación Pública

 

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