BASES SOCIALISTAS

Bases Socialistas es un colectivo de militantes comunistas que al igual que uds. ha sufrido la negacion al debate dentro de su ya agotada organizacion ,saludamos y apoyamos esta postura colectiva que han asumido y esperamos la rapida respuesta para poder continuar este intercambio

Saludos revolucionarios

P.D.adjuntamos nuestra presentacion

 

Argentina, 1 de abril de 2004/año 1/nº 1

Presentación del colectivo militante Bases Socialistas

Crear Bases

 

Toda publicación política es fruto de las circunstancias. El Boletín de BASES SOCIALISTAS, cuyo primer número presentamos es resultante directa de una circunstancia política de signo negativo: una fractura en un grupo marxista, que continúa el lamentable proceso de fragmentación que cruza tanto a núcleos políticos como a los distintos agrupamientos de la militancia social de nuestro país.

La crisis de cada organización política o social es incomprensible por fuera de sus caracteres específicos, que no pueden obviarse para captar las causas últimas de las rupturas organizativas . Sin embargo tampoco es posible comprenderlas al margen del contexto mas general de las fuerzas que predominan en un momento dado en la sociedad en la que esa organización se encuentra inserta.

Si bien no pretendemos hacer generalizaciones que siempre orillan el riesgo de pisar en el vacío de un pensamiento alejado de la realidad que lo originó, creemos necesario resaltar un hecho general, que excede los límites de cada organización y sus singularidades e impregna todo el debate político actual: son las fuerzas centrífugas antes que el auge de las tendencias unitarias las que más se desarrollaron en el seno de las fracciones sociales y políticas desde la agudización de la crisis en el 2001, y probablemente desde antes.

Indagar sobre las causas de esta atomización de la militancia es una de las tareas imprescindibles para trazar una línea de construcción política que ayude a revertir el proceso disgregador.

Cuadro de situación En rigor, en la Argentina actual no existen partidos políticos ni a derecha ni a izquierda en el sentido marxista, es decir que expresen las clases de la sociedad burguesa. A la derecha –entendida en un sentido amplio– le alcanza con mantener el control sobre las maquinarias electorales de los cadavéricos partidos tradicionales mediante grupos de presión y corporaciones.

Distinta es la situación de las clases explotadas. Nuestro primer basamento analítico es que en la Argentina actual impera la desorganización de estas en sus diversos niveles. Por eso no aludimos a fuerzas sociales o políticas sino a fracciones. La gran tarea revolucionaria del período inmediato es superar esa situación dramática, que permite a las fuerzas reaccionarias y proimperialistas seguir controlando el poder, y las estimula a retomar lo más prontamente posible, el control total del aparato gubernamental, intentando desplazar al advenedizo equipo kirchnerista que por enésima vez reproduce la visión de una "tercera vía", ilusionada en una vuelta a la forma capitalista del primer peronismo.

La crisis desnudó de manera implacable la endeblez del andamiaje económico, político e institucional estructurado por el capitalismo dependiente y al mismo tiempo la situación de atraso político de las masas después de más de veinticinco años de ofensiva brutal de las fuerzas capitalistas. Asimismo dejó al descubierto las groseras insuficiencias y la inmadurez de las diversas organizaciones que se autodenominan "vanguardia", y que en la hora crucial, no solo no contribuyeron para que las masas movilizadas den un salto cualitativo superando su fragmentación sino que en muchos casos aportaron en la dirección inversa.

El período de crisis también demostró las serias falencias en el accionar del grupo del cual proviene BASES SOCIALISTAS y que hace casi una década se propuso como eje programático la necesidad de la construcción de una organización política unitaria de masas de los explotados, y en particular de la clase obrera. Cuando era factible, y además urgente, ganar voluntades para esa política fue cuando el grupo quedó más aislado y constreñido a su mínima expresión.

El soporte político de este Boletín está en un conjunto de militantes comunistas que seguimos creyendo válida e imprescindible esa perspectiva de unificación de las grandes masas.

El escenario descripto y las fuerzas que lo atraviesan, fue también en este caso una de las razones que fracturó al equipo militante -que en su momento se agrupó en la ex UMS- entre quienes seguimos reivindicando esa estrategia inicial sobre la base de persistir en la difícil y lenta tarea de reorganización de nuestra clase, examinando autocríticamente nuestra táctica del último período, y aquellos militantes que creen posible encontrar un atajo hacia la unidad amplia con base en "aliados transversales" segregados del derrumbe centroizquierdista, sin una base social real y adecuando el programa a la contención de esos sectores.

Política antimperialista A pesar que, como equipo somos la resultante directa de una escisión, desde BASES SOCIALISTAS miramos la lucha de clases en Argentina con la perspectiva unitaria que aparece en el nuevo período que transita la lucha de clases en el continente sudamericano, y que muestra la aparición o consolidación de nuevas fuerzas políticas que encauzan la confluencia de sectores heterogéneos de los pueblos para enfrentar las políticas imperialistas.

El crecimiento de las luchas antimperialistas del último período, expresada predominantemente como acciones de grandes masas –aún bajo su forma electoral– y no como afirmaciones contestatarias de pequeños grupos, ha pasado a ser, directa o indirectamente, un obstáculo grave para la imposición de los objetivos imperialistas, como lo prueba el fracaso del ALCA.

Aún cuando es previsible que por una larga fase no sean las políticas anticapitalistas las que tengan la supremacía en esas fuerzas masivas que irrumpen, la importancia del actual retroceso político del imperialismo yanqui después de su larga hegemonía en la región, no puede ser ignorado por quienes se proponen hablar en nombre del socialismo.

Por eso BASES SOCIALISTAS tiene como uno de sus ejes programáticos el desarrollo de una amplia fuerza antimperialista, y el apoyo a toda acción concreta que se oriente en esa dirección, tanto en el orden nacional como internacional.

No ignoramos la necesidad de alentar todas las formas de resistencia u obstáculo a la política concreta del imperialismo surgidas desde los sectores explotadores locales, por limitadas que estas fuesen. Sin embargo no presuponemos por ello, que debamos mimetizarnos con la política y con la ideología de esos sectores. Rechazamos la perdida de la perspectiva propia, y por el contrario sostenemos practicar la unidad de acción en lo puntual, en tanto se promueve la organización independiente, plural y democrática del pueblo.

Para los comunistas implica la lucha para educar prácticamente al proletariado en la convicción que no podrá unificarse conscientemente como clase, ni mucho menos asumir la dirección histórica del pueblo, si no enfrenta el desafío de desarrollar una política antimperialista global que proponga una salida a la crisis.

Esto supone el rechazo al pago de la deuda externa y la solidaridad con el pueblo iraquí, y al mismo es mucho mas. Es también que el proletariado tenga una actitud activa de apoyo al proceso de lucha de los pueblos hermanos latinoamericanos, y en primer lugar para aquellos que enfrentan un inminente riesgo de agresión yanqui como es el caso de Cuba y Venezuela.

Recomposición de la clase obrera Si la realidad continental permite tener una mirada optimista pese a la creciente amenaza del militarismo yanqui, la contradictoria realidad nacional también muestra signos positivos: las reservas democráticas del pueblo no pudieron ser erradicadas pese a la ofensiva de la derecha fascista y la presión reaccionaria de los medios de comunicación. Aunque fraccionados por los aparatos y las distintas perspectivas electorales, miles de personas estuvieron en las calles el 24 de marzo para decirle no a cualquier aventura fascista que pudiera intentarse.

Se manifestó en la calle la fuerza potencial que existe para resistir. Es necesario construir la fuerza que pueda embestir mancomunadamente al capital financiero que ahoga la vida nacional y a sus cómplices locales, los que están dentro y fuera del gobierno, en los partidos tradicionales y en las corporaciones que operan en las sombras.

Para la perspectiva de construir esa fuerza que el país necesita, no es un hecho menor que los trabajadores ocupados comiencen a dar pasos para reclamar un derecho mínimo como lo es un salario justo. Como no es un hecho menor tampoco, que desde los propios trabajadores se comience a gestar la unidad de clase, acabando con la fractura entre ocupados y desocupados al reclamar menos horas de trabajo para repartir las existentes. Aunque este proceso está en sus inicios (estimulado por los ejemplares y sucesivos éxitos de los compañeros de subterráneos), hasta la corrompida y reaccionaria burocracia cegetista se vio obligada a reconocer de palabra su necesidad.

Son conocidas la diversidad de luchas defensivas y aisladas que desarrollaron los trabajadores antes y después de la crisis del 2001. Sin embargo es recién en el último año cuando comienza a observarse una tendencia, que si se consolidara, cerraría el largo período de retroceso y desaparición práctica de la clase obrera en el escenario nacional, iniciado con la derrota de la huelga ferroviaria de los años noventa.

Sobre esa base objetiva se vislumbra nuevamente la posibilidad que los trabajadores comiencen a articular un proceso de recomposición de sus fuerzas y puedan constituirse, desde su autonomía política, en el eje vertebral de esa gran fuerza de masas antimperialista.

Cualquier movimiento para reagrupar fuerzas sindicales al margen de los aparatos burocráticos, por modestas que sean, son pasos positivos. Y mucho mas si sus protagonistas conscientemente se plantean avanzar hacia ese debate sobre el papel político de los trabajadores, con una visión amplia y combatiendo cualquier resabio sectario.

Crear Bases Es en medio de este proceso que aparece este Boletín, con la doble finalidad de relacionarnos con otros militantes, marxistas o no, y para afirmar políticamente las ideas del modesto equipo que lo edita.

Nos asumimos como una forma transitoria de elaborar colectivamente una experiencia, y en función de esa crítica de nuestra práctica común avanzar en el desarrollo de la teoría necesaria para la Revolución Socialista en las circunstancias históricas concretas que atravesamos, delimitando sus fases y transiciones.

Defendemos la necesidad de consolidar un partido revolucionario con un programa comunista y con influencia de masas, y nos consideramos uno de los núcleos que podrá aportar a esa construcción. Al mismo tiempo nos negamos a reiterar el formalismo de las sectas, que se ven a sí mismas como el embrión del partido futuro, y a repetir los vínculos y métodos que establecen en su vida interna, transformados en un remedo del partido inexistente.

El nombre que adoptamos no es circunstancial ni caprichoso. Estamos convencidos que el ejercicio de la necesaria practica centralizada y democrática que requiere una organización dispuesta al combate de clase no es una decisión voluntarista.

Para poder ejercitarla son necesarias bases de acumulación de fuerza militante con lazos reales con la sociedad; bases de acumulación conceptual ejercitada en una praxis colectiva, y no una mera elaboración intelectual de algunos de sus integrantes (más o menos acertada pero siempre unilateral); bases de educación de sus cuadros en la teoría marxista; y también bases éticas de convivencia entre la militancia.

BASES SOCIALISTAS se constituye como un colectivo militante que en un proceso dinámico irá avanzando en los distintos niveles de acuerdo que obligan a quienes lo integran.

Este Boletín será el vehículo idóneo para debatir esas ideas, que surgen tanto de la lucha teórica como del combate político cotidiano, y aquellas que se publiquen y excedan el acuerdo plural serán responsabilidad de quien la suscriba. Eventualmente invitaremos a participar de este Boletín a camaradas que no pertenecen a nuestro colectivo, pero cuyas ideas puedan favorecer el desarrollo de la lucha por la organización de las clases revolucionarias y por el socialismo.

Por último aparece la necesidad de encontrar los caminos para la unidad de la vanguardia marxista. Como lo confirma una larga experiencia, la idea de coincidencia presupone voluntad, pero no es un acto voluntario. BASES SOCIALISTAS está dispuesta al intercambio franco y unitario con aquellos militantes marxistas que, en rasgos generales, coincidan con las tareas que deben plantearse hoy los comunistas en el movimiento de masas, que creemos es la línea que deslinda la multiplicidad de tendencias existentes.

En definitiva por detrás del debate de las tareas, se reflejan visiones distintas sobre el siempre difícil problema, del nexo entre el activismo militante y la mayoría de los sectores que no militan, es decir las masas. Este será sin duda una de los temas de abordaje permanente en este Boletín.

Como equipo comunista asumimos nuestra responsabilidad y compromiso cotidiano en contribuir a la organización política de las clases explotadas, en especial de los trabajadores, sin considerarnos por ello vanguardia. Estamos convencidos que la condición de vanguardia no proviene sólo de la claridad de las ideas, que por supuesto es un pre-requisito, sino del reconocimiento que los propios trabajadores hacen de quien se suma a su combate de clase.