Crisis energética: un efecto del modelo privatizador

por Félix Herrero


Mientras no se determinen las características de la crisis energética, no se analicen sus causas reales y no se propongan soluciones, estaremos en el mundo de las expresiones inciertas, que sirven a los intereses de las privatizadas y de los gobiernos dependientes, que utilizan muchos medios y hasta ‘consultoras’ que se prestan a insinuar que las privatizadas siempre tienen ´razón´, incluso ahora cuando la falta de energía pone en evidencia su responsabilidad.

CRISIS PARCIALES Y CRISIS GENERAL

Nuestro país padeció de falta de energía en determinados períodos. En situaciones anteriores solo faltó la electricidad y, en general, con cortes programados y en algunas oportunidades hubo faltantes de gas natural. Pero en mayo, junio y julio de este año, durante 60 días, la crisis fue generalizada: faltó gasoil, naftas, gas natural, electricidad, fuel oil y gas en garrafas en amplias extensiones de nuestro territorio.

¿Cuáles son los cuellos de botella de la crisis, y que hizo que pasáramos de país exportador de energéticos a importador? Son la falta de capacidad de transporte de gas natural, la escasez de generación eléctrica, la limitación de la extracción de gas natural y crudo. Las restricciones políticas (del neoliberalismo energético) produjeron la restricción física de la ausencia de inversión por la política de ausentar al Estado, ya sea en su función inversora o cuando como concedente no quiso controlar ni regular a los concesionarios.

¿POR QUÉ NO SE INVIERTE?

Las privatizadas aceptan, como todos, que no hubo ni hay inversiones (a pesar de las numerosas promesas mediáticas que hacen sin ninguna voluntad de realizarlas). Ante el incumplimiento de las inversiones, resulta ridícula la argumentación de las empresas (en su mayoría extranjeras) cuando dicen que no lo hacen porque el nivel de las tarifas no lo permite. ¡Recordemos los tiempos en que las tuvieron en dólares y actualizadas con el índice de precios mayoristas de Estados Unidos! Incluso no invirtieron en períodos en que la inflación de Estados Unidos era más alta que en Argentina. Tampoco lo hicieron a partir de 2003, a pesar de todas las flexibilidades tarifarias que consiguieron de los gobiernos, que dicen que no las incrementaron. No olvidemos que ahora mismo tienen utilidades más altas que las que obtienen en sus países centrales. Por ejemplo, entre las petroleras y gasíferas el caso típico es BP (Amoco/British Petroleum), ya que su tasa de ganancia en Argentina (a través de Pan American Energy) más que duplica su tasa mundial, que además remite libremente al exterior. 

Resulta ridículo que las privatizadas aduzcan haber realizado "inversiones" al publicitar sus gastos en la compra de títulos, de acciones de las empresas estatales (a precios de corrupción la mayoría de las veces), como si hubieran sido inversiones reales. No invirtieron en bienes nuevos de capital. Fue pura transferencia de bienes representativos de inversiones reales ya realizadas. La "inversión" financiera, el cambio de mano sin inversiones reales nuevas para el país, no es útil. Además, muchos de estos "inversores" de cartera, portafolio o maletín, compran y se desprenden de los valores accionarios en algunos casos con una celeridad asombrosa, para especular, pero no para invertir en bienes de capital, en máquinas o en fierros, como se dice vulgarmente.

Por otra parte, el Estado ausente (que parece presente a favor de las empresas privatizadas, especialmente las petroleras), no las obliga a invertir. El Estado privatizado perdió muchas cosas: la propiedad de los recursos naturales, por su transferencia a los privados y extranjeros en gas, petróleo, caídas de agua y uranio, la renta de la energía petrolera, la gestión empresaria y la información energética (de la extracción, importación y de reservas). Y así, la soberanía del Estado concedente como planificador y decisor de las inversiones en el largo plazo, las empresas concesionarias son las que disponen dónde, cuánto y qué invertir. Por eso no hubo ni habrá inversiones, excepto que el Estado, a su vez sospechado de corrupción, realice la inversión pública y la transfiera a los que tienen que hacerlas.

CAUSAS DE LA CRISIS, SEGÚN LAS EMPRESAS, EL GOBIERNO Y EL MORENO

Sectores Crisis Causas de la crisis
Privatizadas No se invirtió "No fracasó el modelo privatista, sino la gestión estatal": no hubo inversiones porque las tarifas estaban congeladas.
Funcionarios del gobierno Afirmaciones contradictorias(1) "Las empresas amigas del gobierno invirtieron": En vez de obligar a invertir a los concesionarios privados lo hace el Estado (a través de los fondos fiduciarios). La crisis se debe también al consumo desmedido o al crecimiento del PIB.
Opiniones del MORENO No se invirtió "Fracaso del modelo privatizador": el Estado no controla, y perdió la decisión de la inversión. Las privatizadas prefieren no invertir para aumentar ganancias y remitirlas al exterior.

¿POR QUÉ HAY CRISIS?

 La crisis actual se repetirá en el próximo verano, porque el modelo neoliberal energético, que hoy con justicia debería llamarse modelo kirchnermenemista, participa de la trampa de la ´triple tenaza´(2). Hemos pasado de ser autoabastecidos, a ser exportadores, y ahora dependientes de las energías importadas y de las empresas multinacionales. Dejamos a un lado un desarrollo energético integrado (en el sector primario, secundario, de servicios y postindustrial), para llegar a una situación en la cual, como en la agricultura, dependemos de lo que nos diga el termómetro, el pluviómetro y el barómetro, y no de la inversión real realizada.

Cuando hace calor no tenemos energía eléctrica y los responsables de la crisis acusan a los usuarios por utilizar los aparatos de aire acondicionado; y cuando hace frío no tenemos gas natural, y los mismos responsables culpan a los usuarios que se protegen de las gélidas temperaturas con calefactores. Estamos viviendo el mundo al revés: a las empresas no les interesa invertir, sólo quieren vender la mayor cantidad de energía eléctrica y de gas natural sin importarles si faltará en el futuro. Por eso tampoco les interesan los planes de ahorro energético(3) Si invirtieran podrían vender más, pero en el largo plazo, que es un problema de los Estados tontos que les regalaron los servicios públicos y los recursos naturales. Mientras tanto, usan las inversiones que hicieron esos mismos Estados y remiten al extranjero la mayor cantidad de utilidades a corto plazo. Como vemos, gobierno y privatizadas han encontrado un nuevo inculpado: los usuarios de la energía.

COMO TERMINAR CON LA CRISIS

Las propuestas obviamente se deducen de la caracterización de la crisis, de sus causas y de la determinación de los responsables de la misma. Así, las empresas quieren aumentar las tarifas para que la población consuma menos y no se torne crítica la necesidad de invertir.  Para quienes es un problema de la gestión del modelo, y no del modelo mismo, la propuesta tiende a aumentar las tarifas, hacer eficiente la regulación, y dejar que el mercado solucione los problemas. Para ellos, se debe mantener el fracasado modelo. Para los que creemos en el fracaso rotundo del modelo privatizador energético (por el análisis de los resultados o, como dice el viejo dicho: por los frutos los conoceremos) se debe cambiar totalmente el modelo.

Así, para el Gobierno no es el modelo privatista el que ha fracasado, sino que se trata de las fallas de su funcionamiento y de la inactividad de algunos empresarios. La crisis se soluciona con la inversión pública, que se transforma en privada por un pase de magia de los fondos fiduciarios o fideicomisos, sin ningún tipo de control, y con una política de subsidios a los empresarios (con algún toque mínimo de subvención social) que, como todos sabemos, en economías como la argentina son soportados en primer lugar por los sectores de más bajos ingresos, que mantienen a través de los años impuestos directos menores a los indirectos. En resumen, su propuesta es mantener el modelo con apoyo estatal.

Para las privatizadas, es porque no hay tarifas suficientes para invertir, a pesar de las elevadas ganancias declaradas y superrentas según el subsector que se trate. Su propuesta es más de lo mismo: seguir manteniendo las privatizaciones sin límites ni control de ninguna especie ya que, cuando renegocian, por ejemplo, logran que el gobierno les elimine las misérrimas multas que se han ganado por prestar mal el servicio y por no cumplir con las obligaciones: un caso único en el mundo. En resumen, igual que en el caso anterior, la propuesta consiste en mantener el modelo.

Las asociaciones de usuarios se dividen muchas veces en sus expresiones, que en algunos casos son alentadoras del mantenimiento del modelo (enamorados como están de los organismos reguladores, que desearían que fueran más eficaces y tuvieran más presencia en el control de los servicios) y en otros, la crítica llega más al propio modelo que a su funcionamiento.

Para los distintos analistas del MORENO es claro que el modelo neoliberal energético (como parte del modelo económico de este signo) ha fracasado rotundamente en nuestro país y en el mundo (casos de Bolivia, Ecuador, Venezuela, Chile, Rusia, etc.) y, como en muchos otros países, si se quiere salir de la crisis definitivamente se debe cambiar este modelo energético que privatizó los recursos naturales, hizo comercial la actividad de los servicios públicos, y maltrató como bienes comerciales a los bienes de naturaleza pública y estratégica. El MORENO cree que se debe ir hacia un modelo donde los servicios públicos sean públicos, los recursos naturales, de sus dueños naturales: el pueblo, a través del Estado nacional (la exportación sólo debe ser posible si de la demanda de todos los argentinos está asegurada; la alimentación y el cuidado del ambiente, que es de todos, tengan prioridad sobre las energías. En esta propuesta se reconoce, como en casi todo el mundo, que las energías son un bien social y, su uso, un derecho de toda la población. Entonces, se propone cambiar de arriba abajo el modelo que el gobierno negocia, mantiene, y prorroga.

 *Licenciado en Economía, abogado de la UBA y vicepresidente del MORENO. 
(1) El gobierno desconoció muchas veces la existencia de la crisis aunque también la aceptó en algunas ocasiones, según la gravedad de la demanda insatisfecha. Sin embargo, en sus últimas afirmaciones, volvió a negarla.
(2) "...corremos el riesgo de caer en la trampa de la 'triple tenaza', al transitar de un estadio de energía abundante, barata y exportada por otra caracterizada por energía escasa, cara e importada", en Ricardo Estévez, "Gas y política", “La Nación”- 15 de agosto de 2007, pág. 21.
(3) En Venezuela y Cuba se lleva a cabo una revolución energética en base al ahorro. Han ahorrado 2.400 y 1.200 MW respectivamente, sustituyendo los bombillos (lámparas) incandescentes por fluorescentes.

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