Declaración ante las PASO y las elecciones de octubre

NO AL AJUSTE Y LA ENTREGA, NO AL PACTO SOCIAL PATRONAL

ORGANIZAR AL PUEBLO PARA SU VERDADERA LIBERACIÓN

 

 

El pueblo argentino asiste al inicio de un proceso electoral, cuyo primer escalón son las PASO del próximo domingo 11 de agosto, en medio de una aguda crisis del capitalismo mundial y un fenomenal desbarranque económico en el país.

 

La guerra comercial entre las dos mayores potencias económicas del mundo, EEUU y China, provoca cimbronazos en todos los estados de la Tierra. Las políticas que implementan para proteger sus mercados y sus hegemonías generan caídas de las monedas y de las acciones de las empresas de las economías dependientes como la nuestra, y por lo tanto, la multiplicación de sus deudas en divisas. Lo que no se puede ocultar ya detrás de la espectacularidad mediática de la agresión entre los gigantes, es el mundo tremendamente desigual que ha moldeado el sistema capitalista. Sólo basta mencionar que las diez familias más ricas del planeta concentran la riqueza de la mitad de la población mundial, es decir, de 3.750 millones de personas, mientras casi 1.000 millones pasan hambre.

 

En Argentina la crisis provocada por las políticas de la administración Cambiemos bajo el liderazgo de Mauricio Macri ha adquirido características de terminal.  La inflación de todo el periodo terminará redondeando el 200%; la devaluación de la moneda, hasta el momento, es de alrededor del 350%; la fuga de capitales es de 133.000 millones de dólares y el endeudamiento en estos 3 años y medio de u$d 187.298 millones, sin precedentes en toda nuestra historia. Los salarios han caído el 50% en dólares y las jubilaciones aún más. Según el Indec, una familia tipo necesitó en junio de este año $31.148 para no ser pobre y $12.409 para no caer en la indigencia. Según ese mismo organismo, alrededor de 15 millones de personas son pobres. Pero el salario promedio en el país es de $21.892 (casi $10.000 debajo del límite de pobreza) y el 80% de los asalariados cobra por debajo de los $28.306 (casi $3.000 por debajo). La jubilación mínima es de miserables $11.528, que cobran el 70% de los jubilados. La desocupación pasó los dos dígitos: 10,1%; la subocupación alcanza al 11,8%. Millones de seres humanos sufren problemas de empleo.

 

En medio de tal descalabro, hay sectores que se han beneficiado astronómicamente:

Bancos y financieras declararon ganancias por $253.739 millones de pesos durante 2018. Las empresas que más ganaron tienen que ver además con petróleo y energía. Las 10 primeras son: YPF, $38.600 millones; Ternium $25.674; Banco Macro $15.776; Grupo Galicia $14.789; Santander Río $13.971; Transportadora Gas del Sur $11.415; Pampa Energía $11.001; Tecpetrol $10.164; BBWA Francés $$9.686; Tenaris $9.942

 

Lo que ha instrumentado el gobierno actual entonces es una criminal transferencia de riqueza desde los sectores del trabajo hacia el poder económico. No hay errores ni impericias, la alianza Cambiemos vino a hacer exactamente lo que está haciendo. Para ello, contó con la necesaria la colaboración del PJ Federal, el massismo y los gobernadores del PJ, hoy parte fundamental del Frente de Todos que se proclama como “salvador del pueblo”.

 

El gobierno avanza hacia la destrucción de los derechos laborales, jubilatorios y humanos. Busca implantar una sociedad similar a la de principios del siglo 20. La represión, con la doctrina “Chocobar” como bandera, es el instrumento por excelencia para el disciplinamiento de la protesta social. De esa manera, hace los deberes que le ha encomendado el imperialismo para ubicar al país en el lugar que le asignaron en su globalización. La injerencia no sólo del FMI, sino de la Embajada Yanqui en todos los órdenes de la institucionalidad nacional, hace recordar a otras épocas nefastas de nuestra historia.

 

Todo este desastre civilizatorio a nivel mundial, regional y nacional, ha llevado a las masas hacia un creciente cuestionamiento de lo que las clases dominantes han llamado “democracia”, una entelequia que no es más que la visión burguesa de ese concepto, pero que nada tiene que ver con él.

Así lo verifican diversos muestreos de opinión. Por ejemplo, según un estudio publicado recientemente por el Observatorio de la Deuda Social en Argentina de la UCA, el 65,6% de los argentinos están disconformes con “la democracia”. En los sectores pobres, esa disconformidad sube al 73%.

Según ese mismo informe, el 80,7% de la población está disconforme con el gobierno macrista; el 88,5% está disconforme con el Congreso; el 93%, con el Poder Judicial; el 73,2%, con las Fuerzas de “seguridad” (de represión).

Según una encuesta realizada por OhPanel –ues, el 90% desconfía de los medios de comunicación y el 91% de las grandes empresas.

 

Lo que está en cuestión, entonces, es el mismísimo sistema burgués y su “democracia”.

 

Es por eso que en la presente coyuntura nos proponemos desenmascarar estas elecciones, ya que no pueden ofrecer ninguna alternativa real a la clase obrera y el pueblo. Ninguna fuerza política plantea una plataforma programática que ataque las causas de fondo de la dependencia y la explotación, miseria y hambre de nuestro pueblo, con excepción del FITU y el MAS, aunque en sus spots de campaña lo disimulan y mucho, con un discurso lavado y lo más “políticamente correcto” posible. Vemos que la creciente incorporación del FITU y el MAS a la institucionalidad vigente los aleja de una lucha consecuente por esa plataforma programática que declaman y los constituye en la pata izquierda del sistema. Su objetivo es la obtención de bancas en las legislaturas, no la denuncia del sistema capitalista, lo que los hace dejar de lado el objetivo revolucionario.

 

Nuestra postura ideológica no nos impide reconocer que millones de trabajadores, la inmensa mayoría, concurrirán a las urnas en agosto y octubre próximos. A ellos les decimos que voten en blanco o anulen su voto para vaciar de legitimidad no sólo a las futuras autoridades, sino al sistema mismo. Pero, si finalmente quieren hacerlo por alguien, que no lo hagan por Macri y su banda de cipayos y saqueadores antiobreros, ni por ninguna variante del sistema.

 

Estas observaciones que planteamos con preocupación no nos hacen desconocer el componente de masas populares en estos espacios. Lo cual nos provoca una inquietud mayor, al ver como esas expresiones populares han quedado subalternizadas a lo más rancio de la política del sistema. Hoy en día el progresismo se apoya en la derecha del peronismo y mediante esas alianzas nefastas, se someten al sector más reaccionario del PJ y el kirchnerismo.

No muy lejos de esto queda el FITU con su disrcuso inconsecuente.

 

 

Denunciamos lo nefasto que es para los intereses del pueblo y la nación, el nuevo Pacto Social que se está pergeñando. Si resultara reelecta la alianza Cambiemos – “Todos por el Cambio”-, procurará terminar su tarea de destruir formalmente todos los derechos que los trabajadores han conquistado a través de décadas de lucha, para estructurar una sociedad dependiente y agroexportadora. Si en cambio resultara ganadora la fórmula Fernández-Fernández del Frente de Todxs, sus máximos referentes ya han aclarado que la –otra vez- “pesada herencia” resultará una barrera difícil de sortear para beneficio del pueblo. Insinúan que “algún tipo” de reforma laboral y previsional es necesaria. Y que pagarán la deuda contraída criminalmente por el gobierno actual: ni se les pasa por la cabeza romper con el FMI o, al menos, decirles que se cobren con las divisas que fugaron al exterior los dueños del poder económico –entre ellos, los integrantes de la administración macrista-: otra vez pedirán el sacrificio de los asalariados y los sectores más empobrecidos de la población.

Un dato de gran importancia para tener en cuenta es que el oficialismo, que representa un sector del bloque de poder dominante, necesita la reelección no sólo para terminar la tarea que se propuso (la destrucción de todos los derechos de los trabajadores y la total sumisión a la voluntad imperial), sino porque de perder en octubre, muchos de sus integrantes correrán el riesgo de enfrentar numerosos procesos penales que pondrán en riesgo su libertad. Por eso es altamente probable que apelen al fraude en pos de ese objetivo. No sería de extrañar de estos nefastos individuos y de su propia clase, que no escatimó en todo tipo de artimañas, fraudes e incluso genocidios para conseguir y sostener sus privilegios. Es por eso que debemos estar atentos para denunciar esa posibilidad y, de ser necesario, enfrentarla en las calles.

 

La cultura dominante induce a las masas a votar por sus verdugos. Por eso lo importante es, más allá de lo que se haga en octubre, organizarse para enfrentar las políticas de saqueo y explotación que, con mayor o menor intensidad, continuarán.

La prioridad no está en las urnas, sino en dar batalla para instalar en el corazón y la mente de millones de compatriotas una plataforma programática que dé respuesta inmediata a los problemas más urgentes: el trabajo, la vivienda, la salud y educación de millones y millones de argentinxs y latinoamericanxs.  La base de ello es el Programa de Huerta Grande: No pago de la deuda; nacionalización de la banca y el comercio exterior; plan nacional de obras públicas capaz de poner millones a trabajar inmediatamente; aumento de salarios, jubilaciones, pensiones y ayuda social y congelamiento de precios, alquileres y tarifas a diciembre del 2015; la materialización del derecho al aborto y la igualdad de género; el respeto a los derechos ancestrales de los pueblos originarios; la producción de energía limpia y el cuidado del medioambiente. Sólo el pueblo organizado en las calles podrá parar esta avanzada conservadora.

 

El capitalismo ya no puede satisfacer esos derechos inalienables. Sólo el horizonte socialista puede hacerlos posibles y permanentes, y hacia ello hay que marchar.

La tarea, entonces, es unir a aquellas fuerzas políticas, sociales, sindicales, estudiantiles, etc, que acuerden con la necesidad de coordinar e impulsar un espacio/frente de carácter Socialista y Antiimperialista para dar batalla a las clases dominantes en condiciones más aptas y apuntando a crear verdadero poder revolucionario, única manera de poder lograr de forma definitiva la liberación nacional y social de nuestro pueblo.

 

 

RESISTENCIA PARA LA LIBERACIÓN – MTR 12 DE ABRIL – TENDENCIA GUEVARISTA – PARTIDO COMUNISTA DE LOS TRABAJADORES