Publicamos a continuación una declaración de los compañeros de Convergencia Socialista, para que los sectores combativos se convoquen en un Plenario para frenar los despidos, el ajuste y el tarifazo de la Alianza Cambiemos en el gobierno, con la complicidad de los gobernadores del FPV Kirchnerista y el PJ. Creemos que, más allá de las lógicas diferencias y los matices, la propuesta va en el mismo sentido que la nuestra. La izquierda debe tomar el lugar de la defensa de los intereses de los trabajadores y los sectores más débiles y humildes de la población, rol que no cumplen ni la CGT, las CTA ni mucho menos los partidos políticos del sistema

Mientras estos eternos traidores comen y discuten, millones nos cagamos de hambre.
Por Nico Kobane y Juan Giglio 
 

 
Horas atrás finalizó la primera reunión del año  del Consejo Directivo de la CGT, en la cual su “Triunvirato” anunció que no participarán más en la Mesa del Diálogo, debido a la falta de cumplimiento por parte del gobierno y los empresarios, que no pagaron el bono de fin de año y continuaron despidiendo y suspendiendo, a pesar de haber firmado lo contrario.

 
Estuvieron presentes Andrés Rodríguez (UPCN), Pablo Moyano (camioneros), Francisco Gutiérrez (UOM), Armando Cavalieri (Comercio), Jorge Sola (Seguro), Roberto Fernández (UTA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Gerardo Martínez (UOCRA), Amadeo Genta (Municipales) y Omar Maturano (La Fraternidad). 

 
Los burócratas cegetistas dijeron, en ese sentido, que realizarán una movilización para el 7 de marzo hacia el Ministerio de la Industria y un probable cese de actividades - parcial, ya que comenzaría a partir de las 12 horas - durante la segunda quincena  de marzo. ¡Un verdadero y escandaloso saludo a la bandera por parte de estos traidores!    

 
Para colmo de males, esta nueva agachada se produce a los pocos días de la reunión entre los trabajadores de AGR Clarín y la cúpula de la CGT, que había prometido tener en cuenta esta emblemática pelea contra una de las patronales más duras y el gobierno, por la reincorporación de 380 compañeros despedidos.

 
Además de este, continúan desarrollándose numerosos conflictos - Cresta Roja, Canalé, Bangho, Nevares, Pampero, textiles y decenas de fábricas y gremios que están resistiendo los despidos y las suspensiones - y se avecinan durísimos combates contra el tope del 18% que pretende imponer Macri, cuando la inflación ya ha superado ampliamente esa cifra.  

 
Los trabajadores y el pueblo pobre están frente a un cruce de caminos histórico: o esperan los tiempos de los “cuerpos orgánicos”, que tradicionalmente fueron los encargados de enfrentar las políticas de ajuste de otros gobiernos, o emprende un camino diferente, pasando por encima de estos verdaderos diques de contención de la combatividad proletaria.

 
La izquierda tradicional sufre esta situación, ya que en general mantiene la línea de “exigencia” de manera casi dogmática. Por esa razón, los representantes de estos sectores, PO, PTS, MST y compañía, alegan que no han madurado las condiciones para impulsar medidas de lucha nacionales sin empujar a los burócratas para que estos las concreten. 

 
Sin embargo existe un elemento fundamental que obliga a optar por otra orientación más audaz,  como es la ubicación de la burocracia, que de conjunto - y más allá de las obvias contradicciones entre sus miembros - se convirtió en el aliado más fuerte del gobierno. ¡La amenaza de paros no es más que un reacomodamiento para mantener esa posición y continuar traicionando! 

 
Esto no quiere decir que no haya que aprovechar los quiebres entre la conducción traidora, aprovechando cualquier oportunidad para empujar medidas de acción directa. Lo que se plantea es que, de aquí en más los sectores combativos y de izquierda deben dar un paso al frente y plantarse como una verdadera alternativa de dirección, impulsando medidas audaces como un Plan de Lucha Nacional. 

 
La otra condición para que esta perspectiva se concrete, es que en la base obrera existe una tendencia – más que saludable – hacia la autodeterminación, que se expresó magníficamente en el “Paro de Mujeres”, donde millones paralizaron sus tareas sin pedirle permiso a nadie. ¡Ahora vamos hacia otra huelga de esas características, el próximo 8 de marzo! 

 
En el Paro del Gremio Gráfico, que se realizó en solidaridad con los trabajadores de AGR-Clarín, esta dinámica se manifestó en distintos talleres, como el de Arcángel Maggio, que pararon no por la burocracia de la Federación – que no hizo nada para que eso ocurriera – sino debido al accionar de los piquetes, que fueron a las puertas de las empresas a dialogar con cientos de trabajadores. 

 
Durante todo el año pasado y el anterior, la auto organización se desarrolló dentro del gremio docente de la provincia de Buenos Aires, donde el Plenario Auto Convocado de Delegados – de la Multicolor – organizó paros muy exitosos, a tal punto que las autoridades de las escuelas terminaron legitimándolos como si hubieran sido decretados por el Suteba. 

 
La burocracia sindical está muy débil y a la defensiva, los trabajadores están dispuestos a pelear en serio, mientras que la izquierda gana cada vez más elementos de la vanguardia obrera, una situación que se expresa en la conquista de comisiones internas, cuerpos de delegados e incluso algunos sindicatos, como el del neumático o SUTNA. 

 
Las direcciones de las organizaciones que se reclaman combativas tienen, en ese sentido, la obligación de dar un paso hacia adelante, convocando a un Plenario Nacional de Luchadores y Luchadoras que discuta la actual situación política y resuelva un Plan de Lucha en todo el país, mediante la paralización directa de los sectores en los que se tiene influencia y la organización de piquetes de convencimiento para bloquear parques industriales y terminales del transporte. 

 
Si eso sucede, cientos de miles de compañeros y compañeras se sumarán a las medidas de acción directa, ya que la otra condición prioritaria que existe para empujar la lucha es la enorme bronca y radicalización de amplias capas del movimiento obrero y el pueblo, que no se bancan más a este gobierno y sus políticas y están esperando que alguien o algo se ponga al frente de sus reclamos. 

 
Este Plan de Lucha serviría para meterles presión a los burócratas y gestar las condiciones objetivas y subjetivas para construir, desde las bases, el nuevo Argentinazo que será necesario para acabar con este gobierno e imponer una salida democrática, mediante la cual el pueblo de conjunto decida qué “modelo” de país hace falta para salir de la crisis. Para los socialistas revolucionarios de CS de Combate, esa herramienta es la Asamblea Nacional Constituyente, Libre y Soberana.