CESACIÓN DE PAGOS SE ESCRIBE CON C.. DE CAMBIEMOS

 

El gobierno acaba de reconocer sin decirlo que hizo entrar al país en cesación de pagos. Para camuflarlo, inventó un término: "reperfilar". Otro de los tantos disfraces para trocar la mentira en verdad, como es método en la podrida corriente que por ahora ocupa La Rosada.

Algo que ya era una realidad concreta cuando fue a pedirle la escupidera al Fondo el año pasado.

Lo cierto es que el "mejor equipo de los últimos 50 años" no puede pagar la deuda que contrajo (para que la pague el pueblo argentino, por supuesto). El único gobierno de la historia del que se tenga memoria que "defolteó" el prestamo que él mismo pidió. Tal es el desastre en el que han hundido a las arcas del Estado.

En su desbarranque quiere arrastrar a toda la oposición parlamentaria hacia la corresponsabilidad de lo que es exclusividad propia. Quiere hacerla cómplice del desastre y más aún, si no aprueba las leyes requeridas por el oficialismo, lo que provocaría un terremoto de mayores dimensiones.

Por eso ahora envía al Congreso proyectos de ley para aprobar la reestructuración de una deuda que contrajo sin haberle pedido permiso. Un dislate absoluto, el colmo del cinismo y la caradurez.

En definitiva, lo que anunció Lacunza fue sólo la voz de un gobierno que está cada vez más de salida, sin ninguna legitimidad ni respaldo. Más que un programita financiero para lo que resta de esta administración, expresa la postura unilateral de sólo una parte en una acuerdo de varias. Difícilmente la oposición apruebe estas leyes que el oficialismo no puede imponer porque es minoría, más que nunca. Y además... falta el veredicto del mercado, ese monstruo insensible al que poco le importan las vicisitudes de la política, sino sólo llenarse los bolsillos a costa del trabajo de otros. Le pagarán al gobierno con su misma moneda: queriendo maximizar sus ganancias y empujándolo aún más al abismo.

Esto se parece mucho a un manotazo de ahogado terminal. Si al macrismo no le sale esta jugada, es difícil pensar en una salida ordenada en el lejano diciembre, porque no tiene de dónde sacar los alrededor de 30 mil millones de dólares que necesita de aquí a esa fecha para cumplir con los compromisos que contrajo.

Un final indecoroso para el peor gobierno de la historia de este país, elegido por los votos.

Gustavo Robles
28-8-19