DISCURSO PCT EN EL HOMENAJE AL COMANDANTE SANTUCHO

Compañeras y compañeros

Hoy nos convocamos para rendirle homenaje al compañero Santucho, al comandante, al revolucionario, en el 30 Aniversario de su caída en combate. Casi siempre que se homenajea a alguien se tiende a utilizar hermosas palabras, y la cosa no va más allá de eso. Nosotros, desde el Partido Comunista de los Trabajadores, que llevamos en nuestros corazones la figura esencialmente humana de Robi, bien lejos estamos de una postura semejante: queremos reivindicar al compañero, a sus virtudes revolucionarias, y que las palabras no queden en el vacío, sino que tengan continuidad y coherencia en los hechos. Y eso es, precisamente, lo que venimos a reivindicar del Comandante Santucho: su dignidad, su ética revolucionaria, su coherencia, ésas que le hacían decir lo que pensaba y hacer lo que decía, desde la perspectiva del proletariado. Robi, a treinta años, es una presencia taladrante para muchos que dicen ser lo que en los hechos no son. Estamos cansados de aquellos que en el discurso encienden las hogueras de la Revolución, y en los hechos claudican permanentemente ante el imperialismo y las burguesías. Estamos cansados de aquellos que se dicen proletarios y forman patrones en sus organizaciones. Estamos cansados de aquellos a los que de vez en cuando se les escapan las palabras clasismo, revolución y socialismo, pero permanentemente ejecutan políticas de conciliación de clases.
¡A eso hay que decirle basta, compañeros!
Santucho dio la vida por lo que pensaba, abrazado a aquellas palabras del Che: “en la lucha revolucionaria, o se triunfa o se muere”. Los dos, como tantos miles de compañeros, protagonizaron el acto de amor más grande que puede llevar a cabo un ser humano, que es entregar la propia vida peleando por un mundo justo. Ésa es la cualidad más grande de un revolucionario.
Ésa es la coherencia que desde el Partido comunista de los Trabajadores intentamos enarbolar en éste y en todos los días.
Como Robi, pretendemos contribuir a la lucha de nuestro pueblo por romper sus cadenas. En ese sentido, estamos convencidos que la dispersión es absolutamente funcional a los intereses de nuestros enemigos de clase. Por eso buscamos como premisa la UNIDAD de los revolucionarios, porque sólo a partir de la unidad podremos aspirar a referenciarnos y legitimarnos ante nuestra clase y nuestro pueblo, para poder marchar juntos hacia el horizonte socialista.
Justamente con el compañero Santucho como guía, decimos que no queremos quedarnos sólo en la denuncia y los reclamos.Queremos pronunciarnos también por la positiva, por la opción política que nosotros vislumbramos como la única para terminar con la barbarie capitalista, y esa opción es el SOCIALISMO.
Hoy está más clara que nunca aquella consigna que lanzara a principios del siglo pasado Rosa Luxemburgo: “Socialismo o Barbarie”. La barbarie capitalista que hunde sus garras en Palestina, en Irak, en Afganistán, en Haití y en cualquier lugar del mundo donde alguien alce su voz ante la opresión y la explotación.
Y repetir una y mil veces que ante cada ser humano que padece los horrores de la guerra imperialista, nosotros oponemos la palabra SOCIALISMO.
Que ante cada chico de la calle víctima del sistema, ante cada anciano abandonado a su suerte, nosotros decimos que la única solución es el SOCIALISMO.
Que a cada injusticia sufrida por los pueblos del mundo, ante la desocupación, el hambre, la miseria y la marginación de millones, nosotros oponemos el SOCIALISMO como única salida, porque el es SOCIALISMO el futuro de la humanidad, o sino, la humanidad será la nada.
Ése es el camino que nos señala el Comandante: él estará vivo en cada lucha, porque el que murió peleando vive en cada compañero que sigue luchando.

¡VIVA EL COMANDANTE SANTUCHO!
¡VIVA LA CLASE TRABAJADORA!
¡VIVA LA UNIDAD DE LOS REVOLUCIONARIOS!
¡VIVA EL SOCIALISMO!

Hasta la Victoria Siempre ¡Venceremos!