Francia: experiencias de conflicto y resistencia biopolítica


 
Seguimos hablando con Judith Revel, filosofa, colaboradora del "Centre Foucault" y docente universitaria, sobre las movilizaciones francesas contra el CPE (contrato de primer empleo). La hemos pedido un comentario relacionado con las movilizaciones parisinas.
 
Francia: una revuelta social y general
 
"Una de las características de este movimiento es que es extremadamente difuso sobre el territorio sobretodo en el interior de los suburbios de Paris aunque también en la provincia. Como se puede apreciar en las últimas manifestaciones, como la del sábado en Marsella, ha habido una presencia enorme de personas y creo que ésta es una característica bastante nueva.

Lo más interesante de lo que está sucediendo es el hecho de que a partir una medida del gobierno, que probablemente tenía una finalidad electoralista dado que el plazo electoral está próximo, consistente en sacar adelante una seudo reforma a favor de la ocupación juvenil, en realidad ha provocado una reacción que no ha sido tanto una reacción de jóvenes que se sentían agredidos (recuerdo que el CPE concierne sólo a los jóvenes menores de 26 años, por el cual durante los dos primeros años de contrato de primer empleo ultra precario pueden ser despedidos en cualquier momento sin razón ninguna)

La reacción ha sido juvenil y estudiantil pero ha sido especialmente una reacción de la población francesa que ya no soporta esta situación: la gente ha dicho basta a una precariedad que no soporta más, que bloquea la vida y cuando se escuchaban los argumentos de la gente que se manifestaba el sábado y antes del sábado (como la del jueves anterior) la gente te decía: "¿cómo nos arreglamos para alquilar un apartamento cuando nos piden tres veces nuestro sueldo mensual? ¿cómo nos arreglamos para comprar una casa si después, de todas formas, los bancos no te dan un préstamo con un trabajo que sea precario? ¿cómo vamos a tener un hijo? ¿cómo vamos a acabar los estudios en estas condiciones... ?"

La población entera, empleados públicos y privados, funcionarios, profesores universitarios, obreros metalúrgicos, empleados del transporte público, amas de casa con sus niños, abuelos y estudiantes, jóvenes de los suburbios decían: "están hablando de nuestro futuro: para los más jóvenes, para nuestros hijos y no pueden jugar con esta precariedad: hablan de flexibilidad, hablan de modelo norteuropeo (Dinamarca, etc etc) sin embargo no dicen que en esos países hay una gran flexibilidad pero también hay un estado de bienestar que es diez veces el de Francia, dado que el estado de bienestar francés antes sólido ahora se viene abajo, ya no existe.

Por tanto: si queréis flexibilidad dadnos seguridad, dadnos bienestar, dadnos una indemnización de desempleo que dure tres años equivalente al último salario...

Creo que el gobierno francés no está teniendo en cuenta, o no quiere darse cuenta, de que no es solamente un sesenta y ocho juvenil. Creo que este movimiento tiene semejanzas fortísimas con el 68: no es solamente un movimiento estudiantil, el mayo francés era un movimiento de estudiantes y obreros y el gran momento del mayo francés fue la huelga general y es muy extraño y también muy bello que la palabra que “gira” en este momento sea precisamente la consigna de huelga general sobre: INTERCATEGORIAS PROFESIONALES.

No sé si llegaremos a este punto, dado que los sindicatos quizá se descuelguen. Está claro que la CGT, que ha sido muy reacia en otras movilizaciones (por ejemplo durante las ‘banlieues’ de octubre/noviembre pasado) está jugando la carta de la revuelta social.

Lo que está sucediendo en Francia es una revuelta social general. Lo que puedo decir como constatación elemental y cotidiana en mi centro de enseñanza, es que sigue cerrado y que, casi todos los alumnos de último año, son partícipes y actores de lo que sucede: se movilizan, escriben documentos y se reúnen.

Se trata de una especie de repetición de lo que sucedió en octubre/noviembre con una violencia ciega menor (no se queman coches) y con una verbalización y una politización importante.

No quiero decir que lo sucedido en octubre/noviembre no fuera político: era político, evidentemente.

Pero teniendo en cuenta que implica también a muchachos muy jóvenes que habían sido protagonistas de buena parte de lo que había sucedido y dado el elemento de violencia dentro de la banlieue, que se explicitaba de modo particular en la relación muchachos-policías, era difícil comprender y extender lo que pretendían, a menudo no verbalizando. Una dificultad para extender aquel discurso a una reivindicación general.

Lo que me sorprende enormemente es que entre noviembre y ahora estos muchachos están totalmente integrados dentro de cualquier cosa que se plantea como un movimiento y tiene las características del movimiento porque no tiene un alma unitaria sino la de la reivindicación puntual, estratégica y política de la lucha contra una precariedad impuesta y que destruye la vida.
 
Experiencias de conflicto y resistencia biopolítica
 
Es verdaderamente una lucha, un conflicto, una resistencia biopolitica: “nuestra vida no puede servir para tapar los agujeros de una economía que va mal porque vosotros dais el dinero a los patronos, por decirlo vulgar y toscamente pero ni mucho menos falso. ¡Nuestra vida no es un juego, nuestra vida es nuestra y nosotros la dirigimos!”.

Ha habido duros combates en la Sorbona al menos durante dos horas: la primera vez contra un grupo de fascistas que se habían hecho pasar por policías golpeando de modo infame e innoble a todos los que podían (incluso a chavales). Puede pensarse que fueran personas que tenían ganas de lanzar piedras, algún molotov y atacar a los gendarmes pero eran grupos de un centenar de personas.

El sábado pasado había un coche quemado, algún enfrentamiento de una media hora y lo único más grave fue la paliza, que parece haber sido cometido por la policía, de un sindicalista del "Sud", un sindicato de base. Sindicalista que está gravísimo en coma.

Mas si se trata de decir que los de los "banlieues" niegan a los estudiantes el derecho de representarlos me parece completamente fuera de lugar dado que el movimiento estudiantil no representa a nadie. Lo más interesante es la forma multitudinaria en que se ha organizado el movimiento: es verdad que hay portavoces, es verdad que hay personas que toman la palabra pero me parece una apertura tremenda.

Creo que hay una lógica del gobierno, (y no es el caso del discurso sobre la contraposición suburbio-ciudad hecho por Sarkozy y por De Villepin). Una lógica del "dividámoslos, así es más fácil gestionar la situación" . Por tanto dividamos creando conflictos.

Dicen: “hemos hecho un contrato para los más desfavorecidos, que favorece a los que entran en el mercado de trabajo cuando tienen  20 años y no tienen títulos de estudios. Así que pensamos en los de las "banlieues" y no en los parisinos.

¡No es verdad! Porque la precariedad hasta los 26 años corresponde a la situación de todos, también en París. Porque este modelo supone la primera medida para una precarización general que después tocará otras franjas de edad y de renta.

Recuerdo que hace un año, el 8 de marzo del 2005, hubo un movimiento muy importante en los liceos que contestaba a una reforma escolar que después pasó más o menos con las mismas condiciones que la que estamos hablando: impuesta, sin discutirse, con el articulo 493 que permitía su no discusión en el parlamento pero si proponer un decreto ley. Y esta reforma de la escuela impuesta desencadenó un movimiento importante, el 8 de marzo hubo una manifestación y algunos grupos de muchachos de los "balieues" durante el transcurso de la manifestación agredieron a algunos bachilleres parisinos y sustrajeron un gran numero de teléfonos móviles. Las enfrentamientos fueron bastante duros y el número de móviles robados muy importan, y recuerdo que "Le Monde", que es un diario bastante serio, tituló: "los boicoteadores negros la toman con los estudiantes blancos parisinos" con una foto en que se veía un grupo de encapuchados africanos (clásica divisa de los jóvenes de los banlieues) golpeando a estudiantes blancos.

Hasta "Le Monde" entonó su “mea culpa” quince días después porque esto era políticamente y sociológicamente falso: en los banlieues no viven solamente personas de color, hay muchas personas de color en Francia! Es una sociedad cuyo pasado colonial no es ciertamente espléndido, una sociedad, en particular en París, que es de todos los colores.

Que los jóvenes de los "banlieues" hayan venido a París y hayan agredido porque tengan la impresión que la protesta de la reforma estudiantil no los protegía porque no llegaban si quiera a la madurez puede ser.

De acuerdo que robaron algún móvil, y no digo que esté bien" Que después se invente o se cree una falsa contraposición pseudo racial o pseudo étnica hace que se esté a un paso de decir que "se trata de un conflicto de civilización entre religiones, etc.“

 “Es necesario estar muy atentos".

Con todo la dimensión de la metrópoli es particular, especialmente la de París, por lo que Italia resulta más difícil de comprender: es una dimensión cuyo territorio urbano es mucho más complejo que una simple superposición de centro y periferia.

En definitiva creo que esta idea no solo sea absolutamente falsa sino que las consecuencias políticas de este discurso puedan ser muy pesadas.

" ...tengo la impresión que el movimiento ha prendido tan fuerte y tan complejo desde el punto de vista de la composición social precisamente porque se trata de una reacción en toda Francia, un devenir banlieues que concierne a todos".