14.10.07
 
El gran fraude de la "ayuda al desarrollo"
x Ann Jones y Fariba Nawa


 
Un informe publicado en junio de 2005 por la ONG Action Aid indica que la mayor parte del dinero del régimen de Bush para la "reconstrucción" de Afganistán realmente terminó en los bolsillos de las corporaciones estadounidenses más ricas.
La "ayuda fantasma" nunca explica que en el país receptor se pagan con sobreprecio trabajos mal hechos por "expertos” y empresas estadounidenses, a menudo incompetentes, contratados por la Agencia Internacional de Desarrollo de EEUU (USAID, su sigla en inglés). El dinero pasa directamente de la USAID a cuentas bancarias estadounidenses. Además, el 70% de la ayuda destinada al país receptor es cuidadosamente “amarrado” al país donante porque se exige que el país receptor use el dinero donado en comprar productos y servicios del país donatario, a menudo a precios inflados drásticamente. EEUU supera lejos a otras naciones en estos esquemas. Action Aid calcula que 86 centavos de cada dólar de ayuda estadounidense son fantasmagóricos.
 
Los autores Ana Jones y Fariba Nawa sugieren que para entender la negligencia y el fraude en la reconstrucción de Afganistán, resulta importante observar el sistema peculiar de la ayuda estadounidense al desarrollo internacional. Las agencias internacionales y nacionales, incluyendo al Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la USAID, que tradicionalmente distribuye ayuda monetaria entre los “países en vías de desarrollo”, han diseñado un sistema que es eficiente en enviar el dinero de regreso a los países donatarios ricos, mientras el desarrollo sustentable de los estados pobres resulta erosionado.
 
Un ex jefe de la USAID describió la ayuda exterior como "un instrumento dominante de la política exterior" diseñado para ayudar a los países "a que se conviertan en mejores mercados para las exportaciones de EEUU”. A fin de garantizar esa misión, el departamento de Estado asumió recientemente el control de la agencia de ayuda. USAID comenzó a participar en las decisiones en los negocios de interés para el gobierno de EEUU, cerciorándose de que el dinero esté asignado según las prioridades económicas, políticas, estratégicas y militares estadounidenses, sin tomar en cuenta lo que pueda considerar importante la nación receptora.
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Actualización de Fariba Nawa
 
Afghanistan, Inc. es un informe de 30 páginas que cava profundamente en la corrupción implicada en la reconstrucción de Afganistán. El informe se centra en las compañías contratadas y financiadas por el gobierno de EEUU para reconstruir Afganistán. La importancia de este informe es que se trata de la primera mirada seria sobre la corrupción en el gasto del dinero de origen popular de la ayuda. Pone énfasis en varios proyectos en aldeas y ciudades que cubren diversos aspectos del documento. Muestra cómo mucho dinero está gastándose en malos trabajos.
 
El informe, primero fue publicado en inglés en CorpWatch, un “perro guardián” de las corporaciones, el 2 de mayo de 2006. Fue traducido a las lenguas persas dari y pashto en septiembre de 2006. Las compañías investigadas en el informe continúan recibiendo millones de dólares en contratos del gobierno de EEUU a pesar de su incompetencia y gasto derrochador. Louis Berger, Bearing Point, Chemonics y DynCorp todavía están tomando el dinero de los contribuyentes estadounidenses y están demostrando resultados mínimos en Afganistán.
 
Algunos de los grandes medios de prensa dieron cobertura al informe, incluyendo la edición matinal de noticias NPR, del canal 4 KRON de San Francisco cuando fue publicado por primera vez y más adelante, la radio de la BBC y muchos otros medios europeos continuaron llamando y preguntándole al autor acerca del informe. Sin embargo, ésa es una respuesta limitada al hecho de que éste era un primer informe con datos importantes para cambiar las políticas. El informe ha sido una fuente para muchos otros investigadores del tema. Si usted quisiera más información sobre la corrupción en la reconstrucción en Afganistán, diríjase por favor al sitio web www.corpwatch.org de CorpWatch. Integrity Watch Afghanistan es otra organización que supervisa la corrupción en el país y produce variados informes.
 
Actualización de Ann Jones
 
Nueve meses después de descrito todavía persiste este acertijo –ninguna paz, ninguna seguridad, ningún desarrollo– y las amargas esperanzas afganas. EEUU todavía busca una solución militar. En los primeros cinco meses de 2007, fueron muertos 75 atacantes de la coalición invasora (comparados con 53 del mismo período del año pasado), incluyendo a 38 estadounidenses. Las víctimas civiles fueron variadamente divulgadas. Algunas fuentes hablaron de “cerca de 1.800”, incluyendo al menos a 135 muertos por las fuerzas invasoras de EEUU o de la OTAN. La postura de EEUU respecto a los "progresos" militares contra el Talibán, expresada por el secretario de Defensa Robert Gates, el 4 de junio de 2007, mientras se preparaba para visitar Afganistán, seguía “guardando optimismo”. Gates dijo a los reporteros que una meta de su viaje era asegurar una coordinación más cercana entre las operaciones de combate y los esfuerzos por el desarrollo y la reconstrucción. Eso es un interruptor, dijo, sugiriendo una cierta pista de que la reconstrucción pudiera ser una manera mejor "de matar" al Talibán, pero dejando sin contestar la cuestión de cómo coordinar guerra y actividad pacífica.
 
La real importancia de "¿Por qué no se está trabajando en Afganistán?" son las mentiras escondidas detrás de la primera página de la cobertura militar, al revelarse una pillería sistémica que muestra los escándalos de la ayuda estadounidense. La historia hace noticia ahora y después cuando "desaparecen" mil millones de dólares para proyectos de reconstrucción en Iraq, pero a mi entender todavía tiene que haber una investigación de los medios o del Congreso. Se discute si es un agujero negro presupuestario ocasional que sugiere un cierto hecho delictivo al azar, muy similar a la manera en que la tortura en Abu Ghraib fue presentada como la acción de algunas "manzanas podridas". Quizás los reporteros no desean tomar la historia porque es complicada. Aborda números, como Enron. Es aburrida, da sueño…, no sé. Pero hay una cosa curiosa: cuando mi libro Kabul in Winter (Kabul en invierno) apareció en 2006, una larga sección sobre este tópico fue un asunto que ningún comentarista tocó.
Ann Jones (Tomdispatch.com) y Fariba Nawa (CorpWatch). Traducción: Ernesto Carmona para Argenpress. Revisado por La Haine
http://www.lahaine.org/index.php?p=24892

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