El fuego para que caliente, debe venir de abajo

del Martín Fierro

Esta propuesta que pretendo hacer, esta muy alejada de cualquier persona que se crea un "sesudo" lector de los clásicos del Marxismo. Simplemente reflexiono, a partir de la experiencia acumulada por innumerables generaciones de militantes, a lo largo de la historia de la lucha de clases en la argentina y en Latinoamérica.

También soy consiente que el enemigo de clase -la burguesía-, al ser la clase que hegemoniza esta organización social establecida desde 1810, jamás se durmió en los "laureles" y fue preparando una fenomenal estructura de dominación socio-cultural que hasta el día de la fecha no pudimos resolver en favor de los revolucionarios. Es como dicen, una terrible derrota cultural, a manos de la burguesía.

En la sociedad en que vivimos, esta claro -por lo menos para los militantes revolucionarios- que el sistema capitalista, esta dividido en dos clases antagónicas e irreconciliables; explotadores y explotados; burgueses y proletarios, hasta aquí, es como si todos habláramos el mismo idioma.

Pero veámoslos de esta forma:

Generalmente las sectas religiosas, cabalgan sobre el miedo y la ignorancia de los pueblos, disponen de una sofisticada red de sociólogos que estudian las formas de cooptar y contener a sus feligreses dentro de su propio corral, dentro de su quinta, dentro de su ejercito, pero a la vez les ensañan a decir algo así como "nosotros, respetamos a todas las religiones, pero la nuestra es la mejor"

Me pregunto, ¿nosotros los de la izquierda, no tenemos una mecánica similar a las sectas religiosas?. Después de un siglo, ¿no es evidente que tenemos que resolver el problema de la unidad de los revolucionarios, con el nombre que se le quiera dar?¿que pasa con nosotros, que no podemos dejar de ser objetos políticos, bajo el pretexto que se le quiera inventar para la ocasión? el gran problema a resolver -para nosotros- es dejar de ser objetos para poder ser sujetos, pensar con cabeza propia. Resolver la cuestión de la unidad, no es un problema de coyuntura, es un objetivo, es estratégico.

Unidad y diversidad, unidad y disputa, unidad de acción etc. etc. La Asamblea Nacional de Trabajadores (ANT) fue una espectacular experiencia plural, combativa, amplia y profunda, entre la izquierda y las organizaciones sociales en lucha, un verdadero espacio de poder popular, trasgresor del sistema burgués. El Bloque Piquetero Nacional, otra experiencia, que produjo muchísimos acontecimientos de repercusión nacional e internacional. La izquierda ha logrado infinidades de acuerdos electorales en las Universidades y Gremios pero todos sabemos que estas experiencias no alcanzaron ni alcanzarán, sino construimos una alternativa política revolucionaria, que pueda contener lo que nace desde abajo. Me pregunto  ¿es una problema de programa? creo que no.

El abanico ideológico de la izquierda es amplio, y cada uno expresa parte de la verdad, marxistas-leninistas, maoístas, trotskistas, morenistas, posadistas, fidelistas, guevaristas, mariateguistas, peronistas revolucionarios. Todos a su manera plantean que la alternativa al capitalismo es el socialismo, me vuelvo a preguntar ¿no será que en la dirigencia de todos estos sectores existe una gran incapacidad para lograr de una vez y para siempre la síntesis histórica que necesitamos los de abajo?¿No será que actuamos como peuqueños-burgueses, que si no juego me llevo la pelota?

Esta incapacidad empírica implica -a mi enteder- una traición, en primer lugar a la clase obrera y al pueblo en general. Pensemos en los compañeros de la Patagonia Rebelde, en los de La Semana Trágica, en los cumpas del Choconazo, los del Cordobazo, en los cumpas Montoneros, los del Ejercito Revolucionario del Pueblo, FAP, FAR, en los 30.000 desaparecidos, mas todas las generaciones de militantes revolucionarios de base, todos soñaban con la Patria Socialista. Todas estas gestas, nos guste o no fueron, plurales, las ideas fueron plurales y los martires también, el enemigo no pregunta, ¡te liquida!.

Que en la Argentina no avancemos a un proceso revolucionario, es a mi entender exclusiva responsabilidad de la dirigencia de los partidos de izquierda. Las elecciones burguesas corrompen. Soy categórico, los dirigentes están convencidos de ser dueños de la verdad y lo peor que por medio de sus estructuras convencen a un sector importante de sus bases de que es así, les hacen creer que son la vanguardia, los verdaderos representantes de la clase obrera y que por supuesto los demás sectores en pugna son simplemente socialdemócratas, reformistas, estalinistas, y otros calificativos que sería imposible terminar de escribir, estoy convencido que la supuesta "pureza" ideológica tiene un solo fin, que el Dirigente conserve su estatus. Reitero: NO ES UN PROBLEMA DE PROGRAMA.

Lo que queda claro, que a partir de la experiencia histórica, con estos dirigentes jamás crearemos la vanguardia que nuestro Pueblo necesita.

A todos los Compañeros: sino logramos barrer a estas direcciones pequeño-burguesas, que tanto joden a los de abajo, no seremos jamás, capaces de tomar el poder político por la vía insurreccional, a no ser que se crea que el tránsito al socialismo será pacifico y por la vía parlamentaria. (Socialismo utopico)

La vanguardia, es vanguardia, cuando el Pueblo la toma en sus manos, toma su programa y lo lleva hasta la victoria.

¡¡El fuego, para que caliente, tiene que venir desde abajo!!

¡¡Por un Congreso de la Izquierdas!!

¡¡En la lucha por el Socialismo, o se triunfa o se muere!!

¡¡Socialismo o muerte!!

¡¡Hasta la victoria siempre, Venceremos!!

Dito-Malvinas Argentinas, 17 de noviembre de 2005.-    

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