El “diciembre griego”: un breve balance de un movimiento traicionado

En diciembre la sociedad griega se vio sacudida por una enorme rebelión de la juventud que estalló después del asesinato de un joven estudiante a manos de la policía. Entre el 7 de diciembre y las navidades hubo manifestaciones de jóvenes cada 2-3 días y enfrentamientos con la policía. Un mes después podemos hacer un balance político teniendo en cuenta todos los elementos.
La primera cuestión que debemos analizar es el carácter concreto de este movimiento. Es importante porque dentro de la izquierda griega hay mucha confusión sobre este aspecto. Para la dirección reformista de derecha del PASOK (socialdemócratas) este movimiento fue sencillamente una "protesta ciega" contra un incidente de violencia policial. Para los dirigentes estalinistas del KKE (Partido Comunista) no hubo tal movimiento, ni insurrección, sino una protesta de la "juventud pequeño burguesa". Los líderes del SYRIZA (escisión del PC de los años 80) califican el movimiento como "insurrección general de la juventud". Algunos grupos de izquierda sectarios y los anarquistas hablaron de una "insurrección popular". Por supuesto, todas estas definiciones reflejan más la opinión subjetiva de estas tendencias políticas que la realidad del movimiento.
Muchas veces al intentar describir un fenómeno social no es posible encontrar una palabra que lo defina de manera simple. No es una cuestión escolástica ni tampoco algo que se pueda responder con formulas generales abstractas. La verdad es que este movimiento fue una insurrección juvenil con su principal base entre los estudiantes de secundaria. El movimiento tuvo un elemento semi-insurreccional, sobre todo con un espíritu muy combativo y de sacrificio, pero también una fuerte disposición a enfrentarse físicamente al corazón del Estado, a las fuerzas policiales griegas.
Por supuesto no fueron protestas "pequeño burguesas" como han intentado presentarlas los estalinistas. La gran mayoría de estudiantes que participaron en el movimiento procedían de las familias obreras pobres y todos estos estudiantes crearon sus propias formas independientes de coordinación durante la lucha.
Por otro lado, no es correcto caracterizar el movimiento como una "insurrección popular". Las sectas y los anarquistas utilizan habitualmente estas formulaciones, han demostrado de nuevo que para ellos sólo existen dos "colores", blanco o negro. Para ellos la sociedad se enfrenta a la "negra" reacción o a una "insurrección" general, entre los dos no existen otros matices.
En realidad, el movimiento obrero sólo mostró su simpatía con el movimiento pero no participó activamente en él. La excepción fue la huelga general de 24 horas del 10 de diciembre, que coincidió con las movilizaciones juveniles. Sin embargo, también debemos recordar que la huelga general ya estaba programada antes de que se iniciase el movimiento y aunque con su participación masiva los trabajadores expresaron su solidaridad con los estudiantes, después de ese día, no participaron masivamente en otras manifestaciones y concentraciones. Eso explica por qué, excepto las masivas manifestaciones estudiantiles en las puertas de las comisarías de toda Grecia el 8 y 9 de diciembre, las principales manifestaciones del movimiento no fueron tan masivas, la mayor reunió unas 40.000-45.000 personas.
Por supuesto, los responsables de esta situación son los dirigentes tanto de los partidos de izquierda como de los sindicatos. Con la huelga general de diciembre tenían el potencial de hacer un movimiento mucho más grande en el que se implicara la clase obrera en general. Así que con estos datos es evidente que la clase obrera no expresó activamente ningunas "intenciones insurreccionales" como han intentado convencerse a sí mismos los sectarios y su desafortunada audiencia. Por el momento, los trabajadores han permitido que sus hijos e hijas se expresen con el lenguaje dinámico que, inevitablemente, ellos utilizarán en un futuro próximo. En realidad, no podemos ni siquiera decir que hubo una "insurrección juvenil" generalizada, como pretenden los dirigentes del SYRIZA, porque la base principal fueron los estudiantes de secundaria. Los universitarios no se movilizaron masivamente y sólo una pequeña minoría de jóvenes trabajadores activos participó en las manifestaciones.

Un movimiento traicionado

Lo que sí podemos decir es que el movimiento de diciembre tuvo un elemento semi-insurreccional, pero que sólo consiguió parcialmente una expresión de masas y tuvo una corta duración. Las dos manifestaciones después de las vacaciones de Navidad fueron pequeñas, con la participación de 3.000-4.000, sobre todo universitarios movilizados por frentes juveniles ultraizquierdistas y por el SYRIZA. La razón principal del prematuro final del movimiento fue la traición de las direcciones de las organizaciones de masas tradicionales, tanto políticas como sindicales.
Por primera vez en los últimos veinte años vimos cómo el movimiento juvenil salía a la calle frente a la hostilidad de la dirección de los dos principales partidos obreros. La dirección del PASOK pidió abiertamente a los estudiantes que "regresaran a clase", mientras que los dirigentes del Partido Comunista (KKE) identificaban el movimiento con las acciones pequeño burguesas aventureras de los anarquistas, y se negaron no sólo a participar en él sino que también dijeron que no existía tal movimiento. La dirección del SYRIZA, aunque apoyó y participó en el movimiento, después de los ataques de la burguesía adoptó una táctica patética y se negó a apoyar activamente la necesidad de intensificar el movimiento y coordinarlo con la lucha de los trabajadores. Todo esto refleja la total bancarrota de los dirigentes socialdemócratas y estalinistas que será mucho más obvia según se acelere la lucha de clases.
Como resultado de esta traición por parte de las direcciones tradicionales, durante la corta vida del movimiento el vacío de dirección fue llenado por los anarquistas y las sectas ultraizquierdistas. Con sus consignas habituales abstractas y caóticas, como "la belleza está en las calles" o "ocupemos cada plaza" y otras cosas por el estilo, sin proponer ningún objetivo claro ni reivindicación, los anarquistas y sus leales seguidores, los sectarios, dirigieron el movimiento hacia un callejón sin salida y empujaron a las masas estudiantiles rápidamente hacia la confusión y el desencanto. Además de la hostilidad de los dirigentes de los partidos obreros, esa fue la segunda razón por la que el movimiento tuvo una vida breve.
Un tercer factor, y no el menos importante, fue el papel del terror estatal. En el momento de escribir este artículo 68 jóvenes están aún en prisión. La mayoría de ellos en absoluto participó en los enfrentamientos con la policía y fueron detenidos simplemente porque llevaban el pelo largo o son inmigrantes. La tragedia es que estos jóvenes se enfrentan a la acusación de cometer actos de terrorismo y algunos incluso a ¡la perspectiva de condenas a 6 y 8 años de prisión!
Las acciones del grupo "Lucha revolucionaria", organización que practica el terrorismo individual, fue muy útil para el Estado en su campaña de terror contra los estudiantes. El 6 de enero hirieron seriamente a un policía, este incidente fue utilizado para azuzar los sentimientos de simpatía con la policía entre un sector amplio de la población, fue utilizado como coartada para más brutalidad policial, de este modo inculcaban más miedo entre la juventud y frenaba su participación en las manifestaciones.

Una situación social explosiva y las perspectivas

El movimiento de diciembre fue sólo el preludio de las grandes batallas de clase que vendrán en el futuro inmediato. La crisis del capitalismo griego se profundiza y el ambiente en la sociedad es aún explosivo. Poco después del movimiento juvenil de diciembre, entre el 18 y 28 de enero, presenciamos movilizaciones masivas de los campesinos pobres de toda Grecia. Veintidós mil tractores bloquearon las carreteras nacionales en una lucha muy combativa contra los bajos precios que les ofrecen a los campesinos por sus productos las principales empresas de alimentación, se demostró la falta de sensibilidad del gobierno de derechas ante el sufrimiento de los pequeños campesinos que se hunden debido a la presión de la crisis actual. La lucha de los campesinos contó con una participación masiva y el débil gobierno de Nueva Democracia (derecha) tuvo que destinar 500 millones de euros en subvenciones como la única manera de evitar otra nueva ronda de explosividad social.
Esta movilización de los campesinos marca tres años en los que la mayoría de los sectores de la sociedad se han movilizado contra el gobierno y los ataques de los capitalistas a los niveles de vida. Hemos visto a los trabajadores participar en una huelga general tras otra, a los estudiantes universitarios y de secundaria movilizarse reiteradamente, a los tenderos, incluso a los profesionales y ahora a los campesinos. Aquí tenemos un ejemplo claro del potencial revolucionario que existe en cada uno de los niveles de la sociedad. Con el gobierno de derecha en una crisis profunda y permanente, con los dos partidos burgueses (Nueva Democracia y el pequeño Alerta Popular Ortodoxa, o LAOS, como se le conoce) consiguiendo menos de un 33 por ciento en las encuestas, si los partidos obreros tuvieran una política revolucionaria, la toma del poder en Grecia podría ser, sin exageración, una cuestión de meses.
Sin embargo, la ausencia del factor subjetivo revolucionario complica la situación. Inevitablemente, en el próximo período el gobierno de ND pasará a la historia bajo los martillazos de la crisis económica y la creciente lucha de clases. La presión sobre la dirección de la Confederación Griega de Trabajadores (GSEE) para que organice otra huelga general se está acumulando, en esta ocasión contra la oleada despidos en la industria. Los trabajadores tendrán que pasar por la experiencia de luchas más grandes y por la de otro gobierno reformista del PASOK, o posiblemente una coalición PASOK-SYRIZA.
Su instinto de clase los llevará en el próximo período hacia ideas más revolucionarias y efectivas, las ideas del marxismo. Por eso la única solución política real está en la lucha cotidiana paciente por la construcción de una corriente marxista de masas con profundas raíces en el movimiento obrero y la juventud griega, como la herramienta necesaria para la victoria decisiva de la clase obrera contra la burguesía reaccionaria griega y la construcción de una sociedad verdaderamente socialista donde no exista la explotación. A esta tarea está dedicada la sección griega de la CMI que edita el periódico Marxistiki Foni.

Comité de Redacción de Marxistiki Foni
martes, 03 de febrero de 2009

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