Cuando no motosierra, dinamita oral…

                                                                                

La prensa televisiva del mundo mostró mientras agonizaba el año 2007, la cara más perversa que heló hasta las latitudes donde el calor está causando grandes estragos y a pocas horas del parto del nuevo año que pensamos que podría traer alguna tranquilidad a un  pueblo asolado por un terrible Terrorismo de Estado, magnificado a partir de la irrupción de un genocida, hijo y continuador de la obra narco-para-militar, llamado Alvaro Uribe Vélez y “ordenado” por Washington.

El presidente Uribe, con el seño fruncido y rodeado de personalidades que de solo verlas producen escozor en los cuerpos hasta de los más acostumbrados a los accionares traidores y cínicos del para-presidente, se lanzó como siempre, irresponsablemente, a dar un discurso repudiado por todos los que venimos siguiendo paso a paso los recodos trazados por el cinismo y el crimen organizado.

Se esperaban buenas noticias en lo que podría ser un inicio para conversaciones de paz donde el poder de las motosierras y los machetes, ahora sumaron poderío bélico a partir de barras de “dinamita oral”, que estallaron en el centro de los corazones humanitarios.

     

Con el gran nerviosismo que causa la reproducción de la mentira desenmascarada y pretendiendo convencer al mundo de lo que ni él mismo está convencido, Uribe escupió sobre los rostros de las familias de los prisioneros en manos de la insurgencia, una realidad que empequeñece la obra de terror más espeluznante, basada en la mentira más cruel que pueda imaginar mente enferma alguna.

La Operación Emmanuel, en la que participaron siete países con la voluntad de colaborar con la entrega de los prisioneros, entre ellos un pequeño nacido del amor en cautiverio de una retenida y un guerrillero, sufrió un revés.

Y ello sucedió mientras la prensa internacional esperaba con ansiedad el retorno al hogar e imaginando la expectativa de las propias familias que habrían de terminar varios años de angustia, para comenzar otro donde la esperanza fuera la figura central de la fiesta, a la vez que demostraría la posibilidad de una gran puerta abierta que podría llevar solución a otras familias y a los propios retenidos de ambas partes.

El cínico presidente, habló sobre la “casi certeza” de que los revolucionarios no tuvieran en su poder al niño y fiel a su costumbre de crear falsos positivos ahora crea falsas expectativas.

Ni un niño de 10 años, con facultades mentales normales –hecho que es posible sólo en niños que cuentan con su cuota de alimentos satisfechas- puede aceptar la duda que plantea Uribe cuando habla de otro niño, Juan David Rojas, quien fuera hallado en custodia de una familia y en paupérrimas condiciones de salud, manifestando su sospecha de que se tratara del pequeño Emmanuel.

En su alterado discurso el súbdito del imperio omitió decir que sea cual fuere el niño hallado, de todos modos la responsabilidad recaería exclusivamente sobre el Estado colombiano, porque si existe un pequeño en las condiciones que el bárbaro presidente describió, y sea donde fuere que el niño estuviera, no hay más responsables que ese estado terrorista que es el que el mismo dirige…

Desde la última semana de 2007 se dio comienzo a la Operación Emmanuel, ¿por qué este paraco devenido en presidente no planteó su duda antes?

¿No parece demasiado “casual” que ahora se hable de otro niño?

¿Esperó que casi venciera el plazo otorgado para que la Misión Internacional y la guerrilla pudieran efectuar el intercambio esperado, mientras ordenaba el bombardeo en zonas cercanas a las cuales se debía realizar la entrega de prisioneros y donde se encontraba también Emmanuel?

¿Cuál es la garantía que el gobierno ofrecía para que los prisioneros pudieran ser liberados?

¿Cuál es la garantía que Uribe ofrecía para que fueran puestos a resguardo por la Misión Humanitaria?

Ninguna, es lógico que el presidente sabe muy bien lo que hace y por qué lo hace, no olvidemos nunca que estamos hablando del fascismo encarnado en el poder.

Uribe sabe muy bien que perdió protagonismo, que el juego político era muy fuerte, pero también sabe que no es amigo de las causas nobles y que su accionar sólo es respaldado por las fuerzas de la muerte que lo rodean y que lo rodearon ayer en pleno discurso, a la vez que hacía añicos la voluntad y el deseo fervoroso de los familiares y de la comunidad internacional, así como de quienes tienen en su poder a las personas que debían ser entregadas como gesto unilateral de reconocimiento a la labor iniciada por el presidente Chávez y la senadora Piedad Córdoba.

 Clara Rojas, su hijo Emmanuel y la parlamentaria Consuelo González hoy pasaron a ser rehenes de un irresponsable criminal, cuando ya podrían estar en el seno de sus hogares para comenzar el proceso de adaptación que diera paso a la cicatrización de las heridas que dejara la situación vivida durante el cautiverio.

No pueden existir dudas que hasta el momento el único que queda mal parado en esta absurda situación es nuevamente el presidente Alvaro Uribe Vélez, repetiremos hasta el cansancio: narco-para-presidente, horror de Colombia y repudiado por el mundo que ansía la paz con justicia social en esa tierra regada en sangre y empapada de lágrimas de espanto.

Uribe está nervioso, ello lo sitúa en un lugar de muchísima mayor peligrosidad que el que viene ocupando y con libreto gringo, no obstante la Misión Internacional Humanitaria,  continúa adelante.

Y demostró ser muchísimo más Humanitaria que la actitud de un desesperado jefe de Estado que necesita imperiosamente estar rodeado por bestias de su misma calaña para poder hacer públicas sus mentiras más repugnantes.

Deberá este siniestro personaje recurrir a psicofármacos que calmen su alteración, porque el mundo se mantiene expectante y sabe que la mentira se auto destruye inexorablemente.

No hay carnaval en Colombia, las máscaras están demás, hay sí montones de retenidos en manos del Estado y en manos de los revolucionarios y sobre todo hay un mundo harto de tanta hipocresía que sabrá aplicar litros de agua, los suficientes como para que la dinamita oral del narco quede inutilizada de una vez por todas.

Estamos frente a un juego perverso, y hay un dato interesante que no se puede dejar de analizar y ojalá lo tuviera presente este personaje al cual muy mal le soplan al oído los libretos, sabemos que su padre del corazón es otro bruto como él…

De poder realizarse el intercambio esperado y por esas cosas que son visibles dentro de la política si bien hay un bando que gana más que el otro, en realidad ambos son los que ganan, he aquí una excelente posibilidad para que el presidente Uribe pueda sacar su rédito también, porque estaría demostrando al mundo que tiene voluntad política para terminar con el padecimiento de tantas familias.

Es tan simple como obvio, pena que a ese muchacho siempre le atraigan las cosas más complicadas y que por supuesto son además, las más horripilantes…

Si no motosierra, dinamita oral, esperemos que ésta última no estalle hacia adentro…

Ingrid Storgen

Enero, recién nacido, de 2008 y mientras la esperanza se niega a ser asesinada…

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