La educación como bandera

 

Jesualdo Sosa

"Incierta fue mi infancia en un pueblo del norte
(entre nubes de arena y tierra colorada)
de pie ya el alba entre cantos de gallos
y ladridos de perros..."

Jesualdo Sosa nació en el campo de Tacuarembó y trabajó desde niño, por eso pudo comprender mejor el drama de los que concurrían a la Escuela Rural de Canteras del Riachuelo (Colonia). Allí surge el relato de Vida de un Maestro (1935) que presentado como un diario de clase, registra mucho más que la búsqueda de una técnica por parte de un joven maestro inconformista. El libro que cumple setenta años, puede ser juzgado como una novela a la vez que constituye un tratado de educación.
Maestro y escritor, se dedicó a las letras para demostrar la posibilidad de una educación nueva y decir su "rebelión como hombre" y su "escondida venganza contra la despersonalización de la escuela hacia el individuo" según el mismo afirmara. Su primera experiencia docente la realizó en la Escuela Experimental Nº 1 de Montevideo. En su tarea chocaba a menudo con directores e inspectores que consideraban que su clase "paseaba demasiado". Su vocación social lo llevó a probar suerte en una escuela rural de la que su reciente esposa María Cristina Zerpa era directora. En Riachuelo se encontró con un panorama desolador. No podía enseñar a niños que padecían hambre, así que consiguió unas vacas para criar en el predio escolar. Descubrió en ese lugar la explotación y las desigualdades sociales; los niños de la escuela estaban obligados a "repetir" varias veces por ausencia de cursos superiores. Lo peor era el destino que les esperaba cuando a los diez o doce años debían convertirse en asalariados rurales para engrosar la lista de los que no tenían más que sus manos. Jesualdo así se dio cuenta que la escuela era el único agente de cultura y que hacía felices a los niños, por eso suprimió vacaciones y feriados y creó cursos para ex alumnos, además incluyó dentro de los estudios escolares el cálculo aplicado al valor de un jornal, el precio de la mercancía, la ganancia de un propietario, para que los jóvenes se movieran con mayor lucidez.
Inspirado en las ideas de la Escuela Nueva de principios de siglo, centró el quehacer educativo en los intereses del niño, estudiándose los temas que los alumnos llevaban como preocupaciones cotidianas. Dos de los centros de su práctica serán "la autonomía del trabajo infantil" y "el problema de la expresión" por eso en sus cursos se aprendía también al aire libre y en campamentos de exploración. El dibujo ocupaba un lugar fundamental, como una forma de apropiarse del mundo externo y como un camino para construir la propia identidad. De hecho un grupo de sus alumnos participó de una exposición en el Círculo de Bellas Artes de Montevideo y algunos, como Aldo Faedo fueron luego pintores. Otra forma de expresión promovida por él fue la escritura que representa un esfuerzo del niño por "traducir impresiones propias, por lo tanto es un instrumento personal de cada uno" razón por la cual el cuaderno escolar sería "el libro personal del niño" transformándose en una biografía de su experiencia. De esta forma obtiene productos reveladores del mundo interior del niño que recogerá en el libro 500 poemas de los niños de la escuela de Jesualdo. Otras de sus obras fueron Nave del alba pura (libro de poesía publicado en 1927), Elegía Autobiográfica (1949) donde habla de su infancia en un pueblo del norte, Mi viaje a la URSS (1952) donde documenta su admiración por el sistema soviético, luego de haber sido destituido de su cargo por la dictadura de Gabriel Terra y realizar ese viaje, 17 Educadores de América (1945) donde expresa su idea de desarrollar una "pedagogía de tránsito" útil para Latinoamérica que conjugue los ideales con las duras condiciones sociales.
Fue conferencista en el Uruguay y en el extranjero. En 1939 el gobierno de México lo invitó a colaborar en los planes de educación y en 1944, superado el ciclo terrista es asesor del Ministerio de Instrucción Pública y profesor de Pedagogía en los Institutos Normales. En esa época se afilia al Partido Comunista visitando varios países del "bloque socialista". Jesualdo contribuyó a concebir y fundar la Escuela de Educación de la Universidad de La Habana, que dirigió durante 1961-62 enseguida de la revolución y el Instituto Cultural Bertolt Brecht que vincula a Uruguay con Alemania.
En su libro Vaz Ferreira, pedagogo burgués (1963) analiza y rechaza buena parte de las ideas y proyectos del referente filósofo uruguayo, reprochándole vacilación, abstracciones, inacción, exceso reflexivo y temores propios de la pequeña burguesía y cuyos criterios contradicen su idea de "pedagogía de tránsito" que ubica su posición político-social y apuesta a todo lo que se puede cambiar antes de que cambie todo.
La dictadura cívico militar instalada en Uruguay en 1973 prohibió su actuación pública y la circulación de sus textos. El maestro fallece en 1982. Tres escuelas llevan su nombre en Caracas, Santiago de Chile y Riachuelo. Su último libro La Escuela Politécnica Humanista, se publicó en 1974. A diferencia de lo que ocurre con otras personalidades de la educación y la cultura, este maestro tacuaremboense no ha sido olvidado, encontrándose por ejemplo en internet referencia sobre su vida y obra (www.quehacer.com.uy/Uruguay/Jesualdo/jesualdo_vida_obra.htm).
Todo esto permite encontrar a Jesualdo Sosa entre quienes valoran el papel positivo y democratizador de la educación.

(Extraído de La elección del maestro, María de los Ángeles González, El País Cultural, 1/7/2005)

 

JESUALDO: UN PEDAGOGO LATINOAMERICANO.

 
En el año 2005 se cumplió el centenario del nacimiento de Jesualdo, y más allá del homenaje que se le tribute como pedagogo comprometido con los más altos valores de la educación de nuestro continente, es una buena ocasión para reflexionar sobre su obra, que ha permanecido marginada por el olvido inconsciente o interesado, el desconocimiento o el brillo de modas que muestran como nuevas, cuestiones planteadas con lucidez en el pasado.
Conocer las raíces pedagógicas comunes latinoamericanas es una exigencia que permanece insatisfecha a pesar del continuo multiplicarse de la literatura sobre educación. En este marco se plantea la recuperación de la obra de Jesualdo.La publicación en 1935 de “Vida de un maestro”, en la que narra su experiencia en la escuela rural de Canteras del Riachuelo, produjo viva conmoción en el magisterio latinoamericano que vio reflejada en aquellas páginas sus propias inquietudes y convicciones.
Luego fue ampliamente reconocido por los medios académicos que lo llevaron a ejercer la docencia y el asesoramiento en educación también fuera de su patria. Dictó conferencias y cursos en diversos países de América Latina, Europa, Asia y África, y en Estados Unidos. En 1961-62 estuvo en Cuba, donde fue decano de la Facultad de Educación y colaboró como asesor en la Campaña de Alfabetización. Desde innumerables tribunas luchó por los derechos de los niños y de los maestros y por un mundo más justo. En 1965 participó en el Congreso Internacional de Educadores en Argel como miembro informante de la Federación Internacional de Sindicatos de la Enseñanza.
Obtuvo varios premios nacionales e internacionales por su labor pedagógica, literaria e histórica.En el presente trabajo nos proponemos presentar brevemente los temas que consideramos fundamentales dentro de su obra: su proyecto curricular basado en la expresión creadora y el interés actual y su concepto de “pedagogía tránsito” que ubica su posición político-social. Además presentamos un comentario sobre el ensayo inédito “Vigencia de la educación en Lenin” en el que estaba trabajando cuando la dictadura se instauró en nuestro país. Durante ese nefasto período, cuyo final no llegó a ver ya que falleció en 1982, se le prohibió cualquier tipo de actuación, así como la difusión y venta de sus libros.

El interés actual y la expresión creadora como proyecto curricular.

Comienza a desarrollar la tesis sobre estos temas a partir de su primera obra pedagógica “Vida de un maestro” y culmina su concepción en “La expresión creadora del niño” en la que recoge su elaboración de varios años y él considera “una especie de pedagogía de valores sobre la expresión y creación infantil” (1). Henri Wallon calificó a esta última obra como un valioso aporte a la pedagogía contemporánea..La primera relata su experiencia en la escuela rural de Canteras del Riachuelo, a la que describe con las siguientes palabras: “...escuelita de un rincón de la tierra, simple barracón de cinc y madera, descascarado; podridas sus puertas; raídos sus pisos; con latas y cartones por vidrios; con un grupito de maestros salidos de la entraña de la realidad más que de cartapacios pedagógicos, como sostenedores e inquietadores...” (2).
La directora era su esposa María Cristina Zerpa, ejemplar compañera y fundamental apoyo para el desarrollo de la experiencia.Las autoridades de la dictadura de la época lo destituyeron en 1935 y prohibieron la continuación de la experiencia luego de la publicación de “Vida de un Maestro” en la que efectúa severas críticas al sistema, tanto en el ámbito educativo como en el social.Sus inquietudes lo inscribieron desde el comienzo de su actividad docente, aunque desde una actitud crítica, en los caminos renovadores de la corriente de la escuela nueva o activa que proponía el traslado del interés que había existido por los métodos de enseñanza, hacia lo relacionado con la psicología del niño y del aprendizaje, privilegiando nuevas pautas de actividad, libertad y autonomía. Jesualdo profundizó en particular el tema de la expresión otorgándole una dimensión mucho más rica de la que se le daba corrientemente.
Al referirse a su formación teórica, Jesualdo escribe: “Y entonces me encerré a leer todo, a apurar todo de un trago, como un borracho que cree llegar a ver a Cristo en el fondo de la última copa. Busqué lo que había en todas partes para doctorar mis intuiciones. Devoré lo bueno y lo malo; lo antiguo, que a veces me resultaba nuevo y lo que parecía nuevo, porque las hojas del libro estaban sin cortar y era, ay, viejo de senectud.” (3). Supo conciliar la práctica con la teoría y apostó a la concreción de su experiencia en un marco que escapaba a toda solución elitista, al llevarla a cabo en una escuela pública, como legítimo heredero de la mejor tradición iniciada por el Reformador José Pedro Varela.El centro medular de su pedagogía era la expresión creadora que, junto a lo que él llamaba interés actual, configuraron los pilares de su proyecto curricular.
El término expresión que manejó desbordaba el concepto de manifestación que permite la comunicación entre los seres mediante el uso de diversos signos, y también la acepción que la vincula exclusivamente al hecho estético ligado al arte.Jesualdo ilustraba las conferencias con los trabajos de sus alumnos que asombraban por su originalidad y cualidades plásticas.
En esos años fueron publicados “180 poemas de los niños de la escuela de Jesualdo”, “La literatura infantil” y su antología ampliada “500 poemas de los niños de la escuela de Jesualdo”. Los excelentes resultados obtenidos en ese terreno tuvieron inmediata repercusión, pero no se llegaron a analizar suficientemente las connotaciones cognitivas, emocionales y sociales de la expresión como propuesta pedagógica que debía guiar la totalidad de la práctica escolar. Se enfrentó a las contradicciones que percibía en la pedagogía a partir de dicho aspecto pues para él estaba estrechamente vinculado a la apropiación del conocimiento, por lo cual comenzó a interrogarse acerca de la lógica de aprender a expresarse mediante el conocimiento o si, por el contrario, el conocimiento estaba condicionado a la necesidad expresiva.Sostenía que la escuela en ese tiempo trabajaba la expresión de manera que no le servía al niño para traducir sus vivencias íntimas, ni como vehículo para dominar el conocimiento, ni para integrarse al medio enriqueciéndolo Si esta expresión sigue su curso natural de maduración sin represiones, podía y debía ser original y llegar a ser creadora ya que todos los individuos disponen de una expresión particular en cualquier material, ya sea la palabra, la línea, el ritmo, la forma, etc., que le debe servir para su comunicación y su desarrollo propio y del medio.
Es la escuela “...la que debe hacer jugar todos los elementos de la preparación del niño para servir al desarrollo de esa expresión, invirtiendo los signos: en lugar de proporcionar al niño cultura para lograr expresarse – una de las razones fundamentales del destino humano- , desenvolver la expresión aprendiendo.” (4) El autor señalaba que cuando la expresión es reprimida se somete a los niños a la pérdida de espontaneidad y originalidad y sus consecuencias para la psiquis son funestas porque luego se manifestarán no solo en el empobrecimiento del lenguaje sino también en el campo de lo emocional y de lo cognitivo, ya que la expresión es un elemento de retroalimentación con el conocimiento: “Cuanto mayores vayan siendo sus medios para expresarse y más limitados los horizontes de sus posibilidades para hacerlo, mayores perturbaciones generales experimentará su psique, mayor disipación mostrará en lo que realiza, porque el niño tiene que encontrar, en alguna forma, una vía de descarga para sus complejos expresivos que no son menores que ningunos otros.” (5).
Se apoyaba en Freud y Ponce para fundamentar este concepto. En su ensayo “Del mito primitivo a la sinfonía tonta” (1943) se encuentran también referencias a Piaget y Wallon cuando se refiere a las características psicológicas del niño.Por este camino se encontró con el problema teórico de la aptitud por ser el antecedente directo de la expresión. Situó su origen en lo orgánico como predisposiciones, funciones potenciales o tendencias, que podrán desarrollarse o no, de acuerdo con las influencias de las condiciones exteriores y ante todo de la educación.
Repasando los trabajos sobre la aptitud efectuados en aquella época se constata que la investigación se realizaba dentro del campo de la orientación vocacional y laboral. Jesualdo revisó la bibliografía sobre este tema y concluyó que desde Platón hasta Taylor solo se especulaba en ese terreno con fines utilitarios y denunció a las exigencias del fabrilismo que habían reducido el concepto de aptitud al de automatismo.
Algunos de los modelos teóricos en los que basó su pensamiento han dejado de ser actuales, otros en cambio alcanzaron mayor notoriedad posteriormente, pero cabe destacar su capacidad para seleccionar dentro de la frondosa literatura existente, muchas concepciones que aún hoy se mantienen vigentes. Encontró que eran los propios psicólogos quienes planteaban carencias en el desarrollo de temas de referencia insoslayable en el campo de la educación, y al estudiar las reflexiones en este sentido de Claparéde y Vigotski, entre otros, llegó a proponer un verdadero plan de investigación sobre la aptitud.
Desde el marco de la expresión, planificó el trabajo escolar que debía fincarse además en los intereses actuales de los niños, para cuya definición se separó del concepto de centro de interés utilizado por la escuela nueva considerándolo artificial y representativo del interés del maestro y no del niño, mientras que por el contrario “ el centro debe ser el niño y el interés debe nacer de su necesidad presente.” (6).
En la médula de la vastísima bibliografía consultada introdujo el bisturí de su crítica y descubrió cómo la realidad entraba en los planes y los programas de la escuela, señalando que: “en nuestra “vida aprendiendo” –no cabe otro nombre a nuestro trabajo- no era necesario crear el “ambiente especial” que reclama la Dra. Montessori, quien asegura que “el niño no puede desarrollarse en el ambiente complicado de nuestra sociedad...” (7)
Al explicar las características del interés actual destacó la diferencia entre el concepto decrolyano de centros de interés, y el método de complejos tal como se experimentaba en ese tiempo en la Unión Soviética, porque éste, además de ser globalizador “es una aplicación de la dialéctica marxista a las actividades de la escuela, y tiene como base el trabajo productivo y socialmente útil, con lo cual entraña la intervención de la actualidad (los intereses actuales) y el autogobierno escolar.” (8)
Su propuesta se vinculaba a esta concepción ya que estructuraba el trabajo partiendo de la realidad concreta de lo que ocurría en el medio, de la relación con los hogares, de la situación social y económica de sus habitantes, de la peripecia de cada uno de los niños, lo que implicaba el análisis con ellos del programa a desarrollar para atender a sus inquietudes y valorar sus iniciativas.
También se discutían y planificaban en conjunto con los niños las normas de responsabilidad y disciplina colectiva, así como la publicación del periódico escolar realizado por los niños y los maestros, llamado “El marrón”, nombre inspirado en la herramienta utilizada por los trabajadores de la cantera para romper la piedra, emblema que también se encontraba en la bandera del equipo deportivo de la escuela.Consideraba que su generación hasta ese momento había prestado mayor atención a las formas que a los fines y había dado por resueltas mediante las fórmulas mágicas de los métodos las relaciones de la conducta y la personalidad del niño con los intereses propuestos por la colectividad, cuando en verdad había una enorme desproporción entre el oficio teórico del educador y la realidad concreta a que debía servir.

Su dimensión político-social.

1.-Pedagogía- tránsito.

Al referirse a José Carlos Mariátegui, Jesualdo dice: “La obra de los pedagogos que América ha denominado revolucionarios, está llena del más hondo sentido humanista; tiene un derrotero lógico y científico, nunca utópico, y tan seguro como que él acabará con esa escuela arcaica; y responde, en su tiempo, a los llamados del pueblo que despierta a la conciencia de su verdadero destino social, más allá de toda especulación puramente intelectualista.” (9)Estas palabras son premonitorias de la forma en la que hoy se puede caracterizar la propia trayectoria de Jesualdo, que desde muy joven estuvo presidida por una visión humanista arraigada en nuestro destino latinoamericano. Sus inquietudes lo llevaron a estudiar magisterio y a vincularse al periodismo, actividades que lo pusieron rápidamente en contacto con la situación política y social.
Es así que se alineó con quienes luchaban a favor de la República Española y de los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial y adhirió al marxismo, integrando una generación de docentes uruguayos que prestigió nuestra escuela pública intentando elevar su nivel técnico y luchando al mismo tiempo por los derechos del niño.En su trabajo inicial como maestro, se sintió obligado a hacer una fundamental opción: “...o yo respondía con mi trabajo a los intereses de la Empresa explotadora de la región, (...) o a las necesidades e intereses de los habitantes de la aldea, en su mayoría, obreros y gregarios de la Empresa. (...) desde luego, me decidí por la aldea y los habitantes, porque allí empecé a tener una nueva medida de mis relaciones humanas y el verdadero concepto de las contradicciones sociales que vivía.” (10).
Con esta decisión a cuestas comenzó su peregrinaje por América exponiendo sus ideas, al tiempo que estudiaba los problemas que padecía la educación a nivel continental, y es desde esta perspectiva que consideramos a Jesualdo un precursor por sus aportes al enfoque analítico de esa realidad. El registro político social impregna toda su obra, pero es fundamentalmente en “Problemas de la educación y la cultura en América” y “El niño y la educación en América Latina” donde profundizó el análisis desde este punto de vista, sustentando sus argumentos con el examen de cifras, legislaciones y balances de la gestión de los gobiernos y de los organismos internacionales.
A lo largo de sus trabajos mantuvo la búsqueda de una síntesis que aportara los cambios necesarios en los métodos y en la relación de la escuela con la sociedad, pasando por la conquista de los conocimientos, el desarrollo de la personalidad y la democratización.Compartía la posición que Aníbal Ponce desarrolla en “Educación y lucha de clases” aunque consideraba que su criterio era excesivamente riguroso para juzgar la función social en la evolución pedagógica ya que se debía tener en cuenta el factor temporal, porque con una vara tan rígida “... no la medía ni el propio Marx, ni Engels, ni se ha seguido midiendo...-; empequeñeciendo a pedagogos y reformas que aún ahora están gravitando en la escuela del mundo, y cuya visión progresista, costará mucho trascenderla aún, por sus fundamentos humanos y racionales.” (11)
A partir del estudio de la obra de Ponce, Jesualdo expuso su concepto de “pedagogía-tránsito” acerca de que la educación no es tan solo un factor de reproducción social. Sostenía que la obra de Ponce carece de un capítulo de orientaciones “...a los maestros que actúan en la escuela actual y que quieren servir a una obra de mayor justicia y razón, como un planteo en proyección, de una escuela para una sociedad en transformación.” (12).
Para Jesualdo, si bien la escuela ha vivido subordinada a lo político social y es su reflejo, siempre existieron y siguen existiendo en nuestras realidades determinadas contradicciones que permiten un espacio intersticial en el que puede instalarse la lucha para colaborar en la transformación del medio, a partir de “...una pedagogía-tránsito que ha de servirnos en las sociedades actuales y los instrumentos que ella nos puede proporcionar para el mejor éxito de nuestro cometido.” (13).
La intensa actividad que desarrolló es un ejemplo de su lucha por interpretar la realidad y tratar de transformarla.
En los últimos años surgieron en el marco de las ciencias sociales, corrientes “reproductivistas” que niegan el espacio de la educación como instrumento de desarrollo individual y liberación colectiva, portando un sentimiento de impotencia y escepticismo.
La definición de “pedagogía-tránsito” expresa una nítida posición sobre la relación entre las esferas de lo político y lo educativo que ubicaría a Jesualdo entre quienes en la actualidad discrepan con aquella posición y valoran el papel democratizador de la escuela en el ámbito social.

2.-Hacia una concepción marxista-leninista de la educación.

Jesuldo publicó “V.I.LENIN, acerca de la educación” en 1970, en el marco de los homenajes tributados al gran revolucionario, con motivo del centenario de su nacimiento como forma, dice al comienzo de la obra, de saldar en parte la deuda que sentía hacia quien le había señalado un camino posible en la búsqueda de un mundo más justo, sin explotados ni explotadores.
Esta ardua investigación compila textos que recogen temas sobre educación extraídos de las “Obras completas”, y en el prólogo asume el compromiso de complementarla en un ensayo posterior que tenía en preparación y esperaba editar en el curso de ese mismo año.El extenso trabajo prometido, al que tituló “Vigencia de la educación en Lenin” (*), quedó inédito y solo publicó un fragmento del mismo poco después en el No.11 de la Revista de la Educación del Pueblo.
Darlo a conocer a través de esta breve incursión en sus lineamientos generales, va más allá del hecho puntualmente histórico: se trata también de instalar la teoría pedagógica en el marco de nuestras propias fuentes, de hacer una aproximación a la vigencia de las concepciones de nuestros educadores y a la lectura que hicieron de la realidad educativa.Luego de alrededor de treinta años transcurridos desde su elaboración, “Vigencia de la educación en Lenin” mantiene una gran riqueza de contenido por el enfoque y el análisis de problemas que han trascendido en el tiempo.
El autor manifiesta que cada vez que la acción revolucionaria implique cambio social, la educación debe ser de las tareas inmediatas a realizar y fundamenta su trabajo diciendo: “Desarrollar ese conocimiento y su función transformadora, a través de la vida y la obra de Lenin, y ponerla al rojo vivo en el conocimiento de todo constructor revolucionario, en la época que nos toca vivir, ha sido el objeto de este trabajo.”La teoría político educativa de Jesualdo es el producto de una larga elaboración que se nutre de su experiencia y de su formación teórica a través de la lectura crítica de filósofos y pedagogos, desde los clásicos hasta sus contemporáneos.
En “17 Educadores de América” dice: “... me dediqué durante varios años –sigo aún en esa tarea- a reunir documentos de nuestra experiencia para tratar de señalar, entre el laberinto de contradicciones, cuál había sido nuestro camino pedagógico, cuáles los instrumentos de esa labor, qué resultados prácticos se podían desprender de ellas y de qué manera se podía generalizar y disciplinar este (aunque me resisto a llamarlo así) sistema.” (14)
Pensamos que la fundamentación de su tan buscada teoría, culmina cuando se adentra y analiza los textos de Lenin, en quien destaca al conductor de una revolución que se propone llevar a la práctica sus ideas sobre la educación del pueblo.
Jesualdo dice: “La educación es el fundamental instrumento de transformación social en cualquier proceso que exige cambios profundos y permanentes, en cualquier época y sean cuales fueren las circunstancias y regímenes que tengan que operar en tal sentido.” Agrega que así fue entendido y utilizado desde las primeras relaciones humanas y por lo tanto este principio no podía escapar a los fundadores del marxismo-leninismo.Esta valoración la encuentra en el concepto de “categoría eterna”, como califica Lenin a la educación, por lo que plantea que esta idea debe encabezar su exposición por considerarla una original definición totalizadora, y añade: “...las categorías, desde el punto de vista marxista, no son sistemas cerrados o inmutables de nociones fundamentales, a priori, sino como un reflejo de los aspectos más generales y más esenciales de la naturaleza y de la sociedad en la conciencia, que expresan la realidad objetiva (siempre cambiante)...
En consecuencia, la educación es una categoría porque no es sino la expresión objetiva de un estado de conciencia que denuncia en el hombre su capacidad, su posibilidad para interpretar su medio, evaluar sus relaciones cognoscitivas, aprehender las leyes que rigen esas relaciones y a su vez, estimularse hacia la superación cognoscitiva en un progresivo trabajo de concientización.”Comparte con Lenin la idea de que para avanzar hacia las metas políticas y económicas transformadoras de la sociedad es imprescindible implementar el proceso cultural empezando desde su base o sea desde la alfabetización total, ya que “ el analfabetismo “ es una secuela de la esclavitud”. Para que todo el pueblo participe verdaderamente en la construcción de una política económica que lo beneficie debe salir de su ignorancia y subraya la frase de Lenin: “Un hombre analfabeto se halla fuera de la política.
”·La lucha contra el analfabetismo es una preocupación constante en Jesualdo, no solo en el plano teórico sino también en la acción concreta desde el comienzo de su actividad en Canteras del Riachuelo hasta su activa intervención en las campañas de alfabetización en México (1939) y Cuba (1961). Preocupación esta que es permanente en el magisterio latinoamericano ya que el problema ha seguido agravándose, por lo que será una instancia fundamental el Primer Congreso Mundial de Alfabetización a realizarse el año próximo en Cuba, el único país de América sin analfabetos.A lo largo de su ensayo desarrolla las ideas de Lenin relacionadas con la educación y su gran poder transformador, al tiempo que va exponiendo sus propias reflexiones. En el capítulo final extrae algunas conclusiones que pueden orientar en situaciones de cambios sociales que se propongan el servicio del bien colectivo “...para estructurar bases firmes científicas de tipo general pero de importancia capital para que los pasos posteriores se encadenen con la seriedad y el rigor técnico-científico que exige la educación moderna.
La educación que ya ha dejado de ser meras formulaciones, frivolismo metodológico o mescolanzas idealistas y subjetivas que repugnan tanto al buen sentido de los pedagogos verdaderamente modernos (por lo progresistas y científicos), como a la seriedad que reclaman los pueblos sobre los efectos de servicio tan comprometido con la formación de la niñez y la juventud para un porvenir luminoso.”Destaca la importancia de no desechar los conocimientos adquiridos por la humanidad y elaborados a lo largo de la historia, siempre con sentido crítico, respetando los valores que el tiempo ha decantado.
Se extiende en este capítulo al tratar el tema del valor de instrumento político de la educación, recogiendo la idea de Lenin de que los fines educativos en un sistema capitalista no son los mismos que en el socialismo, ya que son diferentes sus concepciones del hombre y de sus relaciones con el medio. Un sistema que considere la educación como instrumento político cultural, que tenga como base el trabajo y sus relaciones con la ayuda de la técnica y la ciencia, puede lograr la preparación y superación del hombre en un proceso único, continuado, sin interferencias.
La educación en una sociedad socialista , tal como la veía Lenin, es un instrumento político-cultural que tiene como sustento teórico el trabajo y sus relaciones, y cuya finalidad es liberar al ser humano de la alienación despojadora de sus posibilidades y desarrollar las virtudes intrínsecas del ser humano.Es una falsedad, opina Jesualdo, separar la política de la economía como lo hace la concepción burguesa, ya que la política no puede ni debe ser un efecto pasivo de la economía, sino que ha de ser una “gran fuerza transformadora” resultado de la elaboración del pueblo puesto que éste “forma parte principalísima de las clases de la nación: son los productores, los creadores de la riqueza nacional con su esfuerzo y trabajo.” Y agrega: “Tampoco es casual que en estos momentos en que las condiciones sociales comienzan a ser semejantes en los países subdesarrollados, los sistemas educativos empiecen a entrar en crisis en todos sus renglones: económicos, políticos, administrativos, culturales, manoteando el servicio educativo como a una rama para salvar si no otra cosa, el statu quo, que les permita sobrevivir...”Finalmente se refiere a dos temas estrechamente vinculados entre sí: la implementación de la escuela única y la enseñanza politécnica, cuya esencia conlleva el concepto del trabajo productivo socialmente útil. En relación a la escuela única manifiesta que constituye “un proceso educativo entero, ligado entre sus eslabones desde los primeros grados del aprendizaje del niño hasta las últimas etapas formativas del individuo.
Es decir, es una escuela como la ha soñado siempre el magisterio más progresista, que comienza la preparación del ser humano y ya no tiene más detenes. Y que además de ser, no como en general es la escuela del mundo capitalista: un mosaico indeterminado a menudo incongruente y en general irracional de instituciones que tienen el cometido de los servicios educativos con superposiciones, distorsiones, interferencias o reiteraciones, cada una de ellas girando casi siempre sobre un eje autónomo o cuasi ( en algunos países los entes educativos, como en el nuestro, son como se ha dicho y lo compartimos, pequeñas repúblicas autónomas) totalmente desengarzadas o incoordinadas entre sí verdadero disparate de incoherencia, desunidad y despilfarro económico...”Han pasado más de treinta años desde que Jesualdo escribiera estas palabras y parecería que la situación poco ha cambiado; más allá de propósitos enunciados, la verdadera transformación está aún por llegar.Junto a la organización de la enseñanza a partir de este concepto de escuela única, el autor expresa su acuerdo con Lenin con respecto a que la enseñanza debe ser gratuita, obligatoria general y politécnica.
Según él: “... la instrucción politécnica equipa ya al alumno con conocimientos que por un lado familiariza con la técnica y por otro lado le dan posibilidades para comprender su papel humano en el proceso social de producción. Va engañado aquel que cree que la instrucción politécnica consiste en hacer repetir manipulaciones mecánicas.” (15)
Su análisis tiene como centro fundamental la idea del trabajo en la formación cultural de la juventud, idea que Lenin asimiló de Marx y Engels y sus antecesores socialistas utópicos, en particular Owen. Jesualdo hace un pormenorizado estudio de estas fuentes.Cita a Lenin: “ Este pensamiento justo, reside en que no es posible imaginarse el ideal de una sociedad futura sin la conjugación de la enseñanza con el trabajo productivo de la joven generación; ni la enseñanza e instrucción, sin trabajo productivo, ni trabajo productivo, sin la paralela enseñanza e instrucción, podrían ser puestos a la altura que requiere el nivel contemporáneo de la técnica y el actual estado del conocimiento científico.
”De acuerdo con esto, para Jesualdo toda la concepción moderna que incorpora con carácter pedagógico la técnica productiva del trabajo socialmente útil abre nuevas perspectivas metodológicas teórico-prácticas. Estas ideas permiten reflexionar acerca de la relación del aprendizaje con el trabajo que luego incidirá en la relación que tendrá el hombre con el acto de producción. Si el sujeto considera ajeno el producto de su trabajo y no reconoce en él su propia actividad, también se sentirá extraño consigo mismo.
Este aspecto se encuentra en la base de la concepción pedagógica experimentada en Canteras del Riachuelo cuando se promovía una preparación liberadora de la alienación que despoja al niño de sus posibilidades y virtudes intrínsecas y se ponía en práctica la interacción del niño con su medio mediante la expresión creadora y el interés actual.Finalmente el autor expresa el deseo de que su ensayo sea un estímulo, más allá de prejuicios que a menudo dominan a los dirigentes, para la lucha de los pueblos por la independencia y la desalienación.
Esta obra se encuentra, junto a otros documentos pertenecientes al pedagogo, en custodia de su hija Dana Sosa de Boccardo.

CITAS. 1.-“Biografía”, Jesualdo, inédito. 2.-“Fuera de la escuela”, Jesualdo, p. 11, 1960, Ed. Meridión, Bs. As. 3.-“Antecedentes de mi pedagogía de la expresión”, Jesualdo, p. 13, Ed. Aquí testimonio, Montevideo,1968. 4.-“Biografía”, ob.cit.5.-“Del mito primitivo a la sinfonía tonta”, Jesualdo, p.85, Anales de I. Primaria, diciembre de 1943, Uruguay.6.-“Vida de un maestro”, Jesualdo, p.117, Ed. Losada, Bs. Aires, 1947.7.-“17 educadores de América”, Jesualdo, p. 428, Ed. Pueblos Unidos, Montevideo, 1945.8.-“Los fundamentos de la nueva pedagogía”, Jesualdo, p.287, Ed. Americalee, 1943, Bs. Aires.9.-“17 educadores de América”, ob.cit., p.359.10.-Ob.cit. p.419.11.-Ob.cit. p.402.12.-Ob. cit. p.403.13.-“La expresión creadora del niño”, Jesualdo, Ed. Poseidón, Bs.Aires, 1950, p. 25.14.- “!7 educadores...” p.411-412.15.-“La escuela politécnica humanista”, Jesualdo, Ed. Losada, Bs.As., 1974, ps. 52-53.
 

OBRA DE JESUALDO

1927.- “Lecturas, biografías y héroes de leyenda” y “Nave del alba pura”.1929.- “Siembra de pájaros” y “El hermano polichinela” (premiada por el Ministerio de Instrucción Pública).1935.- “Vida de un maestro”. 1937.- 2ª. edición de “Vida de un Maestro”.1938.-“180 poemas de los niños de la escuela de Jesualdo”.1940.-“José Artigas, del vasallaje a la revolución” (premiada por el Ministerio de Instrucción Pública). 1942.-“Fuera de la escuela” y “Sinfonía de la bailarina”.1943.-“Problemas de la educación y la cultura en América” (Premio Nacional de Ensayo del Ministerio de I. Pública), “Los fundamentos de la Nueva Pedagogía” y “Del mito primitivo a la sinfonía tonta”, premiada por el Consejo de Enseñanza Primaria. 1944.-“La literatura infantil”1945.-“José Artigas, primer uruguayo ejemplo para los niños”, “500 poemas de los niños de la escuela de Jesualdo” y “17 educadores de América”(premiada por el Ministerio de I. Pública).1947.-“La enseñanza en el Uruguay” (Informe para el Ministerio de Instrucción Pública)1949.- “Elegía autobiográfica” (premio Poesía del Banco de la República), “La Escuela de la Patria”, (Revista Nacional No.124, Montevideo)1950.- “La expresión creadora del niño” e “Ideas pedagógicas de F.A.Berra”.1952.-“Mi viaje a la U.R.S.S.” 1954.- “La escuela lancasteriana” (premio anual de la Universidad).1955.- “Don Juan de Byron”. 1958.- “Formación del pensamiento racionalista de José Pedro Varela”1959.- “Conocí China en otoño”.1960.- Capítulo: “Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo” en “La América Latina en el pasado y en el presente”.1961.- “Antología de la poesía latinoamericana”.1963.- “Vaz Ferreira, pedagogo burgués”.1965.- “La educación y el niño en América Latina”.1966.- “El tiempo oscuro”.1968.- “Antecedentes de mi pedagogía de la expresión”, “Pedagogía de la Expresión” (Universidad Central de Venezuela, Caracas), “Artigas” (edición en ruso, Moscú), “Los fundamentos de la nueva pedagogía” (Universidad de Venezuela”.1970.- “Lenin y la educación”, “Reencuentro en Roma con Rafael Alberti”.1971.- “El garañón blanco”.1974.- “La escuela politécnica humanista”.

Ensayo inédito: “Vigencia de la educación en Lenin”
Dana Sosa de Boccardo Maestra
Carmen Pastorino Maestra

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