Macri y su plan exterminio

 

- Macri avisó a Wall Street: “Si ganamos en octubre vamos a un ajuste durísimo”El ministro de Finanzas Luis Caputo, hombre de confianza del presidente Mauricio Macri, en una reunión secreta con 30 jefes de bancos y fondos de Wall Street, realizada en Manhattan, prometió que “si ganamos las elecciones en octubre vamos a profundizar nuestro programa económico y a encarar las asignaturas pendientes”. La respuesta fue antes las dudas del proceso económico que está estancado y sin cumplir con leyes de flexibilización laboral que piden desde el exterior para invertir en el país. Caputo explicó: “Ahora no podemos encarar el problema fiscal. Si acotamos el déficit, habrá más piquetes y la vida será imposible en Argentina”.

Hay que creerle a Macri. Ha tomado como una Cruzada de su clase “acabar con el Peronismo” para domesticar, de una vez por todas, a la población trabajadora tanto en lo político como en lo económico.

La institución central (no única) a la que apunta es la sindical por ramas y su aparato de fuerza y coacción principal: la Confederación General del Trabajo. A lo que se puede denominar peronismo “político” no le asigna mayor importancia porque la mayoría de sus integrantes son individuos venales, por tanto, completamente controlables y sometidos a la presión gubernamental (Gobernadores, Vicegobernadores, Cámaras provinciales, Intendentes, Concejales y militancia varia).

La dirigencia sindical a lo largo de décadas, una vez derrocado el peronismo en 19 55, se ha ido transformando en una fracción socio-política peronista “autónoma” con procedimientos y fines propios, pero no antagónicos a lo de la clase capitalista argentina, sino por el contrario, como “socia” preferencial; es una extensión de aquella  que muestra una obscena conducta no obrera sino empresarial. Es de hecho, una burguesía sindical, que suele plantarse a la burguesía capitalista con pedidos y demandas “económicas”: paritarias; aumentos salariales, manejo de los fondos de las obras sociales, negocios personales, coimas y trapacerías varias, que la convierten en “incómoda” aunque cumplan un papel de “freno”, de “contención”, de la rebeldía de los trabajadores y de sus intereses, “canalizándolos” por el “diálogo” y oficiando de “caza de brujas” ante cualquier movimiento o agrupación de trabajadores que pretenda escapar de su dominio y vigilancia. Esto les ha servido tradicionalmente para “asustar” a la burguesía con la angustiante alternativa: “o ellos” o los “rojos”.

Esto al macrismo & Cia. ya no los asusta más. La burguesía argentina, por medio de Macri y sus secuaces, ha tomado la decisión de arreglarse ella misma según sus propias decisiones y políticas: planea “exterminar al sindicalismo peronista”, en particular, y a todo peronismo en general.  

Macri se dispone a “quebrar” este sindicalismo “extorsionador” del capital, con todo lo que tiene de burócrata, de “gordos” empresariales, etc. porque es demasiado “oneroso” para sus costos y ganancias. No es miopía lo que se propone, no es un error, no es una estupidez personal ¡es una política de clase! Al más puro estilo de Martínez de Hoz, sólo que sin los militares (¡todavía!), pero éstos por orden presidencial reprimirán, castigarán, toda resistencia y organización que se le oponga sólidamente en defensa de sus derechos, pondrá en movimiento la fuerza de la “ley” y de las balas.

Macri & Cia. están dispuestos a producir un baño de sangre en su afán salvaje de revanchismo de clase y “disciplinamiento” de la sociedad trabajadora. ¡No hay que subestimarlo! ¡Lo hará! Además de ser un procesado, contrabandista, estafador, desfalcador, evasor, fugador, se convertirá sin duda alguna en ¡asesino! Hay que creerle cuando afirma que no se irá del poder como de la Rua, antes dejará mucho dolor y muerte en el pueblo argentino.

Fernando H. Azcurra

Abril 2017