LA IZQUIERDA MARXISTA... ¿ES MARXISTA?

Si esto es el marxismo, yo no soy marxista” - repetía Carlos Marx (Carta de Engels a Paul Lafargue, fechada en octubre de 1890)

Hay un mal en lo que conocemos como “Izquierda” que permanece inmutable en el tiempo, a pesar de que la realidad hace rato exige un cambio de manera urgente e imprescindible: el sectarismo. Dentro del marxismo, es una práctica que, desgraciadamente, está insertada hasta los tuétanos. Y como consecuencia de ella, la dispersión, la división permanente

Obviamente, no hay que comer vidrio: debemos tener en claro que ese mal es el sectarismo entre nosotros, los que nos decimos “de izquierda” o más bien “revolucionarios”, porque con los burgueses hay que ser sectarios si queremos ser coherentes con lo que decimos y pensamos. Pensando en un mundo justo e igualitario, sin explotación del hombre por el hombre, la burguesía no puede existir: nuestro sueño es una Humanidad sin clases

Siguiendo con esa línea de pensamiento, lo lógico sería entonces que todos los explotados de la Tierra unamos nuestras fuerzas para pelear contra aquellos que nos explotan. Marx resumió esa necesidad de forma simple y genial: “proletarios del mundo, uníos”. Más lógico sería aún, que quienes decimos tener un poco más en claro y “conocer” el pensamiento de ése, el más grande pensador de todos los tiempos, tuvieramos como premisa la unidad.

Sin embargo.... no es así. Lamentablemente hay que escribir a cada rato sobre lo mismo, y eso es claro síntoma de que no aprendemos. Y cansa, realmente. Y no sólo eso: le hace el juego a los explotadores, que muy tranquilos están, al menos, con quienes deberían ser sus enemigos más temidos.

Deberíamos pensar, entonces, si somos tan marxistas como decimos ser.

Habría que ver si basta con autoproclamarse

Habría que ver si basta con defender los intereses de la clase trabajadora (el asunto es “cómo”)


Habría que ver si basta con organizar un grupito donde todos piensen igual... que el líder de ese grupo

Habría que ver si basta con tener algún conocimiento de los clásicos del marxismo, para luego utilizar sólo parte de éste, lo que le conviene a cada línea de pensamiento político...

 

Me parece que el marxismo es mucho más que eso

El marxismo no es sólo la visión de la historia de la humanidad como la historia de la lucha de clases (aunque es uno de sus aspectos fundamentales)

El marxismo abreva en las fuentes filosóficas del materialismo y de la dialéctica

¿Qué prácticas coherentes con ellas tenemos?

El materialismo nos indica el camino del pensamiento científico: la negación del misticismo, del culto a la personalidad, del pensamiento mágico, de tomar como verdad lo no probado, del dogma. Exige pensar la realidad desde lo concreto, para desarrollarnos a partir de ello, no de los pajaritos que tengamos en la cabeza. ¿Cuánto de ello hay en la izquierda marxista? ¿cómo es posible que ante la realidad concreta del ninguneo de las masas trabajadoras, insistamos siempre con los mismos métodos que produjeron ese divorcio? ¿dónde está el análisis materialista y su consecuencia política?

La dialéctica materialista exige, justamente, una dinámica que revolucione todo el tiempo lo instituido. Es movimiento permanente. Es lo contrario al estatismo, al conformismo, a lo anquilosado... es la antítesis de lo dogmático. Nos plantea que allí donde hay una fuerza, un organismo, un pensamiento, siempre habrá una contraposición, que generará, interactuando, una resultante: tesis y antítesis, que como resultado daran una síntesis, la cual a su vez tendrá una nueva antítesis, lo que resultará en una nueva síntesis con su antítesis, y así sucesivamente. El movimiento permanente, la diversidad permanente. El antidogma.

¿Dónde se verifica eso en la izquierda marxista? Varios ejemplos dimos antes. Y podríamos seguir. Si tenemos en claro la dialéctica, es decir, que no hay una verdad absoluta... ¿quién puede autoproclamarse y actuar como el dueño de ella? ¿cómo no admitir el pensamiento del otro, del compañero de objetivo, sólo porque tiene diferencias en el camino a tomar? ¿Cómo no entender que NUNCA se podrá homogeneizar el pensamiento humano -y mucho menos el revolucionario-, y que es A PARTIR DE LA HETEROGENEIDAD que debemos luchar por la unidad de los que tenemos los mismos objetivos?

Hartan aquellos que tildan de “revisionista” “socialdemócrata” “pequeñoburgués” a un compañero porque ante determinada situación social piensa que hay que intervenir en las elecciones burguesas. Algunos entienden tan poco la ideología que plantean que eso es lo mismo que querer pertenecer al Estado Burgués ¡Compañeros! ¡nosotros, los proletarios, somos parte resultante y fundamental del Estado Burgués, y seremos revolucionarios en tanto entendamos esa realidad concreta y luchemos por emanciparnos y terminar con él! Si pensamos que estamos afuera y actuamos en consecuencia... ¡qué equivocados estaremos, y así también nuestras políticas! Causan risa los que eso plantean, y van o mandan a sus hijos a la escuela (herramienta fundamental de la clase dominante para la “culturización” de las masas según su conveniencia), o... ¡trabajan! y van a los sindicatos, o... pagan algún impuesto (ya sea un abl o comprando la leche... el IVA).


Hartan los que llaman “ultra” a quien piensa que, en determinadas ocasiones, diferentes a las antes aludidas, NO hay que participar de las elecciones, porque, por ejemplo, el pueblo está en las calles, y hay que fogonear la rebelión popular. O porque sostenga que la violencia popular es la vía más plausible para la Revolución.

Hartan aquellos que se dicen “revolucionarios marxistas” y desprecian a quienes le ponen el cuerpo a la lucha por la Revolución pero por otros caminos a los que ellos consideran “correctos”. Hartan los imbéciles-sectarios-intolerantes que al que expone su pensamiento, por no ser el de ellos, lo califican como “predicador del sexo en saturno”. O lo consideran su enemigo. ¡Enemigo al que, igual que ellos, busca desesperadamente el camino para desembocar al fin en ese mundo justo que soñamos! Mamita, con revolucionarios como esos... qué tranquilos estarán los burgueses

Pero... ¿quién les dijo que eran los dueños de la Verdad? ¿dónde quedó el materialismo ante su sabiduría de café, dónde la dialéctica ante su persistencia en el error?

¿Dónde, en definitiva, el marxismo, ante su división permanente de lo que Marx mismo dijo “debe estar unido”?

Compañeros: HAY QUE PELEARSE ÚNICAMENTE CON LOS BURGUESES. Ellos son nuestros enemigos.

Es evidente que hay que cambiar. Pero sobre todo, coherentizarnos con lo que decimos ser y pensar. Una de las principales tareas a encarar entonces es desdogmatizar y revolucionar el pensamiento que hoy tiene la izquierda marxista. Para empezar a unir lo que está dividido y debe unirse. Si empezamos a pensar que no somos los dueños de la verdad en los caminos hacia la Revolución, si empezamos a ver como compañeros a los que hoy consideramos al menos adversarios (y persiguen nuestros mismos objetivos), si empezamos a ver que el otro puede tener razón en lo que piensa y nosotros podemos equivocarnos, entonces... puede haber una esperanza. “Un Congreso de lo Unido”

Siempre habrá algunos enfermos de poder y gloria personal, verdaderos representantes del pensamiento místico dentro del marxismo (¡flor de contradicción!), engendros que no se diferencian en nada de un cura hablando desde un púlpito. Fanáticos religiosos, antimarxistas, en definitiva. Pero son los menos, largamente. Y ésa es una realidad concreta: la inmensa mayoría de los militantes por la Revolución, el Socialismo y el Comunismo están plagados de buenas intenciones. Y de un humanismo que los lleva a exponer lo más preciado de un ser humano: sus propia vidas.

La arcilla está, entonces.

Habrá que poner manos a la obra

Gustavo Robles

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