27-12-2007

En su afán de apropiarse de aún más dinero, los Mas Santos robaron hasta los fondos de jubilación de los 1 800 trabajadores

El jefe de la FNCA, ante los tribunales por un fraude de 59 millones de euros

Jean Guy-Allard

laRepublica.es

 

Jorge Mas Santos, actual "chairman" de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y su hermano Juan Carlos, hijos del empresario y agente de la CIA Jorge Mas Canosa, tendrán que responder a la justicia española, luego de que la Audiencia Nacional los acusara por un fraude que alcanza 59,4 relacionado con la quiebra de la empresa SINTEL.

El magistrado madrileño, Santiago Pedraz, titular del Juzgado Central de Instrucción número 1, reconoce que los hijos del empresario y fundador de la FNCA Jorge Mas Canosa (ya fallecido), Jorge y Juan Carlos Mas Santos, "máximos responsables" de la firma miamense MasTec, "distrajeron importantes cantidades de dinero" procedente de la firma española Sintel "en favor de la familia Mas".

Jorge Más Santos es el actual Jefe de la FNCA, grupo miamense patrocinador de numerosos actos de terrorismo contra Cuba que pretende enseñar a la Isla las virtudes del capitalismo.

En su fallo, el juez instructor señala como los acusados han traspasado las acciones de Sintel a varias sociedades instrumentales en ’paraísos fiscales’, que después sirvieron para el "vaciamiento patrimonial" de la antigua filial de la operadora Telefónica para lo cual utilizaron una trama de sociedades que pasaba por México, Puerto Rico y EE. UU.

Asimismo, "realizaron actos para la progresiva descapitalización" de la antigua filial, a través del giro de una serie de avales y préstamos que, de una u otra forma, tenían como beneficiarios a MasTec o firmas de su entorno.

Ya en diciembre de 1998, en un contrato de reconocimiento de deuda por parte de Telefónica y MasTec, se utilizaba a la propia Sintel como aval para pagar su compra. La mayor parte de las acciones de Sintel fueron transferidas a cinco sociedades, cuatro de ellas domiciliadas en las Islas Vírgenes, cuyos administradores están ahora entre los acusados.

Como parte de este comportamiento empresarial mafioso, las filiales de Sintel en cuatro países sudamericanos pasaron también a esas sociedades fantasmas, al mismo tiempo que se descapitalizaba a la firma con la venta de otras diez empresas del conglomerado.

CUANDO Y CÓMO COMENZÓ TODO

En abril de 1996, apenas un mes después de la llegada a la presidencia del gobierno de José María Aznar, la empresa estatal española Telefónica, procedió a venderle a la firma MasTec Incorporated, de Jorge Mas Canosa, a través de su filial MasTec Internacional, la entonces próspera empresa Sintel, que contaba con una plantilla de más de 1 800 trabajadores.

La transacción, en su momento, levantó muchas suspicacias por el apoyo abierto y público que Mas Canosa había brindado al candidato del Partido Popular (PP), quien en noviembre de 1995 viajó a Centroamérica desde Miami en el avión particular del entonces "chairman" de la FNCA.

José Antonio "Toñín’’ Llamas, miembro del Comité Ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano-americana (FNCA) y de su comité paramilitar, quien estuvo estrechamente vinculado a las bombas que explotaron en 1997 en hoteles de La Habana administrados por empresas españolas y participó en la organización de ese viaje de José María Aznar a Miami, ha señalado como Jorge Mas Canosa destinó decenas de miles de dólares tanto al financiamiento de los atentados terroristas como a la campaña presidencial del jefe del PP.

Los afectados de Sintel manifestaron esta semana como, después de ocho años de sufrimiento y espera, juzgan "decepcionante" y "fruto de presiones" la decisión del juez Pedraz que, en un segundo fallo, deja fuera de la acusación a altos cargos de Telefónica y no menciona para nada a José María Aznar.

SE ROBARON HASTA EL FONDO DE RETIRO

En 1997, la Guardia costera norteamericana detenía en las aguas jurisdiccionales de Puerto Rico al yate "La Esperanza", propiedad de Antonio "Toñin" Llamas, el introductor de Aznar en Miami, cuando sus seis tripulantes se dirigían a la Isla Margarita con la intención de asesinar al Presidente cubano, Fidel Castro, quien participaría en la Cumbre Iberoamericana en ese balneario venezolano.

Quiso la casualidad que el nombre de La Esperanza estuviese ligado, tres años después, a otro propósito totalmente contrapuesto.

"La Esperanza" fue también el nombre que escogieron los trabajadores de Sintel, que fueron despedidos por los Mas Santos, para el campamento de protesta que establecieron, en pleno centro de Madrid, en enero del 2001.

Un articulo conmovedor publicado en ese año por la revista española Interviú daba, quizás,la amplitud del desastre humano del cierre de Sintel y el elemento común a ambos acontecimientos: el desprecio de la vida humana por parte de Jorge Mas Canosa, de sus hijos y de los que los secundaron.

Según la revista, "catorce trabajadores muertos, siete por suicidio, siete por infarto; otro más rehabilitándose tras estar dos meses en coma y 70 empleados en tratamiento psiquiátrico" eran las consecuencias directas, hasta ese momento, de la venta fraudulenta de Sintel, a Jorge Mas Canosa y su familia; sin contar que "el 80 por ciento de las esposas e hijos de los trabajadores sufren depresión o estrés".

Según dijo entonces Adolfo Jiménez, uno de los trabajadores estafados,

los empresarios miamenses, en su afán de apropiarse de aún más dinero, se habían robado "diez nóminas, dos extras, las cuotas de los seguros de vida y los planes de pensiones" de los trabajadores.



 

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