La mentira como herramienta de sometimiento

 

Nechi Dorado


 

Según los medios (des) informativos de mi país, esos de dónde se agarra para elaborar sus “análisis” mucha gente que ha de repetir las mismas mentiras como verdad insoslayable; a grupos mapuches movilizados, hartos del despojo ancestral y actual, les secuestraron “armas peligrosísimas” lo que taxativamente representa una grave “amenaza para la estabilidad” en tiempos de despojo reciclado.


Uno mira las armas encontradas y solo encuentra herramientas de trabajo convertidos entre gallos y madrugadas en elementos de guerra. Por la prensa súbdita, por supuesto.

 

Hilando finito como suele hacer quien se ocupa de tratar de desnudar la mentira allí donde se encuentra, uno piensa que es cierto, había armas de destrucción, por ejemplo, la hoz y el martillo alineados para la foto.

 

Serían armas de destrucción de la canallada, de destrucción del atropello, de destrucción de la infamia. Son armas que simbolizan la apertura de conciencia en un mundo donde los que “informan” reciben importantes sueldos, tan interesantes como para convertirlos en mercenarios de la información.

 

Y en todo mercenario subyace un esbirro, un esquirol, un sicario, un cobarde con un micrófono en la mano en este caso, cuya opinión será reproducida una y mil veces al mejor estilo goebbeliano: “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.

 

Pena me dan quiénes aún no se dieron cuenta de la manipulación mediática a la que están siendo sometidos brutalmente. Pena me da escucharlos repetir lo que les muestran como loros sin capacidad para elaborar su propio desglose de la realidad que tanto daño causa a un país. ¡Ese es el peligro real!

 

Pena me da esa gente que teniendo herramientas como para dilucidar qué es verdad y qué es mentira, elijan siempre transitar el camino del anti pueblo, del exterminador de sueños, del aniquilador de futuro que es igual a decir, del genocida.

 

Pena me dan los desclasados porque son las primeras víctimas en este devenir de “dimes y diretes” con fundamentos que no resisten el menor análisis, la foto así lo indica.

Están a la vista las “armas” que encontraron al grupo mapuche “financiado por organizaciones del exterior”.

 

No se cómo saldremos de esta estupidez si acaso salimos, de lo que sí estoy segura es de que jamás pensé que vería en mi país haciendo cola a los imbéciles…