Los cambios en el Palacio de Hacienda

Una salida atípica para un ministro de Economía

Felisa Miceli tuvo que dejar el cargo envuelta en el escándalo de la “bolsa de dinero”; sus predecesores se fueron enfrentados con el Presidente o jaqueados por la coyuntura económica

Lunes 16 de julio de 2007

Fue la primera mujer en ocupar el despacho principal del Ministerio de Economía y también la primera que lo abandona no por la coyuntura económica o política —como ocurrió con José Luis Machinea y Domingo Cavallo en 2001, o Remes Lenicov en 2002— o por un fuerte enfrentamiento con el Presidente —como ocurrió con Cavallo en 1996, Lopez Murphy en 2001 o Roberto Lavagna en 2005—, sino por un escándalo investigado por la Justicia.

Cuando, a fines de 2005, la venia presidencial ubicó a Felisa Miceli en el lugar que ocupaba Lavagna, de alto perfil y cierta independencia dentro del gabinete original de Kirchner, algunos se atrevieron a anticipar lo que finalmente ocurrió: la ingerencia en la gestión del jefe del Palacio de Hacienda comenzó a licuarse.

Los problemas económicos –y políticos- más acuciantes, las fuertes alzas de los precios y la crisis energética, comenzaron a ser manejados directamente desde el despacho presidencial o fueron delegados, en última instancia, a funcionarios de extrema confianza de Kirchner.

El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, condujo la lucha contra la inflación, acuerdos de precios e intervención en el Indec mediante, mientras que el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, continúo concentrando “los problemas” en el sector energético con una variante: en sus presentaciones públicas, comenzó a opinar sobre temas que exceden, en los papeles, su órbita, como cuál debería ser la rentabilidad de las empresas.

Miceli siempre tuvo un rol secundario en estos temas y mantuvo —si bien nunca fue reconocido oficialmente— una puja con Moreno, que tuvo su punto de tensión más elevado con los cambios que se realizaron en el Indec, que parecieron torcer la balanza hacia el despacho de la ministra.

Incluso, no fue Miceli sino el propio De Vido quien negoció con los sindicatos el cambio del mínimo no imponible en el impuesto a las Ganancias y quien se reunió, al menos dos veces, con empresarios y referentes del establishment.

Quizás el único momento protagónico de Miceli durante su gestión fue la pelea con el campo por una intervención que ella no había llevado a cabo en el Mercado de Liniers, fue idea de Moreno, y por las retenciones a las exportaciones que había aplicado su sucesor. Su plan ganadero, dicen en el agro, nunca se implementó.

Escándalo. Su salida no se produce por enfrentamientos con el Presidente o por una crisis económica. Miceli tuvo que dejar su cargo envuelta en un manto de sospechas por el escándalo de la "bolsa de dinero".

Si bien el Gobierno hizo renovados esfuerzos por sostenerla desde que se conoció el hecho –el 24 de junio pasado- hoy se precipitó la salida de Miceli luego de que el fiscal federal Guillermo Marijuán pidiera al juez que investiga el caso que la indague por el hallazgo de unos 60.000 dólares en el baño privado de su despacho.

Miceli, de 53 años, arribó al Ministerio de Economía en diciembre de 2005 luego de la salida del ex ministro y hoy principal opositor, Roberto Lavagna, quien la había recomendado para presidir el Banco Nación, cargo que ocupó durante más de dos años.

Licenciada en Economía recibida en la Universidad de Buenos Aires, había ocupado también un lugar en el directorio del Banco Provincia desde diciembre de 1983 hasta 1987, y trabajó en Ecolatina, la consultora creada por Lavagna.

Está casada con Ricardo "Pacha" Velasco, quien tuvo que renunciar a su puesto en el directorio del Enargas, a raíz del caso Skanska, y asumió, poco tiempo después, un nuevo cargo político, esta vez en la órbita de Alicia Kirchner.

Pesadilla. Bonaerense de origen y vecina del barrio porteño de Núñez, Miceli se enfrentó este año a su peor pesadilla: el 4 de junio pasado la policía descubrió en un operativo de control una bolsa con unos 60.000 dólares en un placard del baño privado de su despacho y la noticia estalló en la opinión pública tres semanas después con una nota del diario Perfil.

Desde allí, la ministra optó en primer lugar por el silencio, hasta que se vio obligada a hablar con la prensa. Hace dos semanas, admitió que cometió un error, "pero no un delito".

Tras más de un año y medio en el cargo, Miceli se alejó hoy definitivamente del Gobierno. Fue luego de que el fiscal que la investiga pidiera al juez que la indague porque entendió que existe "motivo bastante para sospechar" que la funcionaria kirchnerista cometió un delito.
 

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