Desesperación en Nicaragua por falta de víveres y medicinas

Los estragos del huracán Félix mantienen en vilo a poblaciones



09 de septiembre de 2007

PUERTO CABEZAS, Nicaragua (AP).— Miles de personas de la remota costa caribeña de Nicaragua necesitan urgentemente alimentos, agua, medicinas y herramientas para reconstruir sus poblaciones tras el paso del huracán Félix, dijeron los residentes y los funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Félix devastó el martes playas remotas y comunidades en la selva a lo largo de la costa de los misquitos con categoría 5, donde mató a decenas de personas, arrasó cosechas y demolió casas.

El representante de la ONU en Nicaragua, Alfredo Missair, dijo el viernes que más de 100 mil personas quedaron directamente afectadas por la tormenta y que el país necesitará 43.5 millones de dólares (32 millones de euros) en ayuda en los próximos seis meses.

Los sobrevivientes necesitan de inmediato agua, alimentos, suministros y medicinas, agregó Missair.

Los residentes de la comunidad india misquita de Krukira dijeron que necesitan "fósforos, agua, martillos y tiras de plástico, así como motosierras para reconstruir su pueblo y su iglesia, que destruyó el viento", dijo Ofelia Hodgson, de 64 años.

El lugareño Salomón Chow, de 49, se levantó la camisa y se frotó el estómago con una mano.

"Durante tres días sólo he comido cocos caídos", dijo el aldeano.

El reverendo Bernardo Romero indicó que las 270 familias han quedado en la calle y necesitan agua y alimentos porque "las letrinas se han desbordado y los pozos están contaminados con animales muertos".

La Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) ha destinado un millón de dólares para apoyar a los más de 30 mil damnificados por el huracán Félix.

Un comunicado emitido ayer por la embajada norteamericana en Managua dijo que la ayuda estadounidense también incluye el apoyo aéreo.

Agregó que esa misión diplomática está trabajando en coordinación con el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres para examinar las necesidades de las víctimas y así continuar proveyendo de más ayuda humanitaria de acuerdo a las necesidades.

La cancillería informó también de una ayuda de Taiwán por 350 mil dólares, así como 3,000 frazadas, 50 tiendas de campaña y 10 generadores de energía, procedentes de Japón.

La oficina de prensa del Ejército informó que hay un total de 53,482 personas afectadas, 56 muertos, 21 heridos, 132 rescatados y 134 desaparecidos.

La embajada de Estados Unidos informó que envió ayuda "rápida y masiva" con dos helicópteros Chinook que ya están prestando servicio en la región de rescate en coordinación con el Ejército de Nicaragua. También envió un avión C-12 de reconocimiento para conocer la dimensión del desastre y fijar los puntos mas adecuados donde llevar ayuda.

Por otro lado, el Comando Sur de las Fuerzas Armadas estadounidenses desvió hacia Nicaragua el barco Wasp que se encontraba en Panamá con seis helicópteros a bordo para coordinar la asistencia militar estadounidense.

Alimentos, suministros médicos, colchones y otros artículos comenzaron a llegar a Nicaragua desde Estados Unidos, Venezuela y Cuba, así como de organizaciones sin fines de lucro de todas Latinoamérica, aunque es muy problemático el acceso a algunas aldeas a las que se puede llegar sólo por canoa o helicóptero.

La única carretera que va desde Managua a Puerto Cabezas quedó inservible, ya que las lluvias causadas por Félix dañaron el puente sobre el río Wawa.

Venezuela envió igualmente ayuda y 57 médicos cubanos y enfermeras establecidos ya en la costa de los misquitos colaboran igualmente en las tareas de emergencia.

En Honduras, las autoridades dijeron ayer que Félix mató a cinco personas en el país y causó unos 4 millones de dólares en daños, incluyendo la destrucción de 4,100 hectáreas (10,100 acres) de cosechas y 118 casas.

Igualmente ayer, 38 sobrevivientes que pasaron horas flotando en alta mar antes de ser empujados por el viento y las olas hasta una playa hondureña regresaron a Puerto Cabezas, donde fueron reunidos con sus familiares que temían que hubiesen perecido en alta mar.


 

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