Carnaval, alegría de pueblo

Por Nuria Barbosa León

Periodista de Radio Progreso y Radio Habana Cuba

 

“Adiós, adiós, adiós; me tengo que marchar; y mañana volveré de nuevo al Carnaval”, es un conocido estribillo de las congas que ya concluyen su evolución coreográfica, y, no es menos cierto que el publico se queda con el deseo de continuar disfrutando de más.

 

El carnaval es actualmente más que fiesta popular, que se encierra en la venta de comida y mucha bebida alcohólica, hoy podemos hablar de un masivo espectáculo gigante que arrolla con los pies de cada cubano y levanta el sentimiento por lo verdaderamente cultural.

 

En la capital, el paseo de comparsas y carrozas transcurre en la gran avenida de Malecón donde el mar sirve de escenografía y el aire fresco hace respirar a los bailadores sudados por el gran calor humano de La Habana.

 

Los niños son los que más gustan del carnaval y aunque siempre se destine un día para ellos, no dejan de ausentarse una noche para ver desfilar a las comparsas y aspirar a ser uno de los que bailará en días futuros.

 

Pero ahí está la nueva generación en la comparsa: “Los guaracheritos de Regla” y “Los Naranjitos” con una calidad coreográfica que asusta por su organización, disciplina y rigurosidad en los movimientos.

 

Siempre hay novedades y este año lo vimos con la comparsa “La Placita”; “La Mazucamba” y el gran obsequio de la Escuela Nacional de Arte, que conjugó el circo, la danza, la música y las artes plásticas. Aquí no se puede dejar de mencionar las carrozas de las Charangas de Bejucal emplazadas en la tribuna presidencial y frente al parque Maceo.

 

Una vez más está: “La Jardinera”; “Las bolleras”; “El Alacrán”, “Los componedores de batea”; “La Sultana” y “Los jóvenes del Este”, y las emblemáticas: “La Giraldilla” “Guaracheros de Regla” y “La FEU”. Bravo por la carroza representativa del cabaret “Tropicana” y al batallón de gala de la Motorizada perteneciente a la Policía Nacional Revolucionaria.

 

En todos se vieron una optimización de los recursos con vestuarios ligeros, llamativos y buenos diseños, la conga se ambientó con textos del argot popular y el tema central que acompañó todo el carnaval fue la solidaridad.

 

Los festejos llegan a su fin, pero no así la alegría del pueblo. Las congas seguirán su curso y mañana ó el próximo año tendremos otro carnaval, pero hoy sólo nos despedimos con: “Que caminando va; que guarachando va”.

 

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