"García gobierna para una minoría"

Ollanta Humala conserva ese estilo confrontacional que le ha servido para abrirse paso en la escena política local. No tendrá el papel protagónico que poseía un año atrás, para cree que su discurso nacionalista ha influido en los movimientos regionales que ahora protestan en todo el país. Aquí ensaya un somero balance de una gestión que pronto cumplirá sus doce primeros meses.
Por Enrique Patriu
Fotos: Melissa merino
Image –Usted ha vaticinado que Alan García no concluirá su mandato. ¿Es una advertencia o un deseo?
–No, no es un deseo. Es una previsión frente a lo que podría ocurrir si es que los conflictos sociales continúan. Revise el mapa peruano y verá que las demandas en sectores como trabajo, educación, agricultura y minería se van a ir articulando, y si esto se agrava es probable que el señor García no llegue a los cinco años.
–¿Pero usted desea que termine los cinco años o no?
–Deseo que termine, pero corrigiendo sus errores, cumpliendo sus promesas, haciendo honor a la palabra empeñada. ¿Y la libre desafiliación de las AFP? ¿Y la eliminación de los services? ¿Y la eliminación de la renta básica telefónica? ¿Y el impuesto a las sobreganancias mineras? ¿Y el retorno a la Constitución de 1979? También dijo que se opondría al TLC con Estados Unidos y terminó traicionando esa promesa.
–El 11 de julio hay una jornada de lucha convocada por la CGTP, y el nacionalismo la va a respaldar. ¿Cuál es el aporte real de su partido?
–Estamos participando como una fuerza política más, dentro de todas las organizaciones que respaldan la medida. Tenemos una responsabilidad como propuesta política nacional…
–¿Son acaso una fuerza nacional?
–Estamos tratando de darle un cauce democrático a todas las movilizaciones, sin buscar protagonismos ni las luces de las cámaras.
–¿Cuántos militantes nacionalistas van a participar?
–No lo sé. Tendría que contar el padrón. Pero en esa movilización también van a participar bases del APRA que están muy descontentas. Que el gobierno no quiera reconocerlo, allá ellos. En la primera vuelta tuvimos más del 30% de aceptación a nivel nacional, y en la segunda vuelta más del 47%. ¿Cómo podemos negarnos a formar parte de esa jornada?
–Obviamente, ese respaldo ya se licuó.
–No comparto esa apreciación. Haga un análisis político y verá que en el proceso regional de noviembre el discurso político nacionalista se ha impuesto, ha calado. Las banderas que hemos levantado se están recogiendo en provincias. ¿Qué piden en el interior del país? Nacionalizació n de recursos naturales, respeto a los derechos laborales, eliminación de services…
–Reivindicaciones que asumen en sus plataformas todos los movimientos de izquierda.
–No nos sentimos los dueños de esas demandas, pero fuimos la única fuerza que les dio canalización política. Usted imagina que como no ganamos ningún gobierno regional ya no existimos. No es cierto. Además. es muy distinta una elección presidencial de una regional. Son dinámicas distintas.
–Eso lo entiendo. Lo que planteo es que su fuerza del año pasado se ha diluido. No es lo mismo Ollanta versión 2006 que la actual.
–Son subjetividades suyas. Yo espero al 2011.
"García vive con su fantasma"
Image–¿Algo bueno que Ollanta Humala le reconozca a este gobierno?
–En lo fundamental, anda extraviado. Ni siquiera se ha honrado la palabra empeñada en la campaña. El país esperaba un cambio en el modelo económico, en la repartición del poder y nada se ha hecho. Por eso vienen las convulsiones sociales. García gobierna para la minoría que tiene el poder económico.
–Insisto, ¿algo que rescataría Ud.?
–En lo principal, nada. En todo caso, sí es positivo que el gobierno se haya decidido a abordar el tema limítrofe (con Chile) con transparencia. Sin embargo, eso no basta. Nosotros hemos propuesto que se deje en suspenso el TLC con Chile en tanto nuestro territorio se encuentre amenazado por las ambiciones de ese país. El gobierno debe decir qué va a hacer con los capitales chilenos que han copado puertos y servicios portuarios.
–Jorge del Castillo, a quien todos le reconocen su disposición al diálogo, a la negociación, ¿no le parece que lo está haciendo bien?
–Está haciendo su trabajo, defendiendo al régimen, pero somos bandos distintos: ellos son gobierno, nosotros oposición.
–¿Y cómo ve a García?
–Vive con su propio fantasma: su pésimo gobierno en los ochentas –me parece– ha pesado en su decisión de no impulsar un verdadero cambio para el país. Ha preferido limpiar su imagen ante el gran capital y no gobernar para las mayorías.
Él defendió la censura contra Piero Quijano. ¿Está de acuerdo con esa posición?
–No me parece correcto que un presidente respalde la censura contra un artista cuando vivimos, supuestamente, en un país con libertades. Está fuera de lugar.
–¿No le molestó el dibujo en el que se ve a un grupo de soldados hundiendo un fusil sobre un campesino? ¿Qué hubiese hecho usted?
–No me molestó, y tampoco hubiese hecho nada. Es parte de la libertad de expresión.
–¿En qué anda su partido? Casi no se ve actividad por acá.
–Bueno, ya no estamos en campaña. Es muy distinto visitar una casa un día cualquiera que en Navidad. Si yo voy a su casa ahorita, seguramente encontraré a su empleada o a su señora, pero si lo visito el día de su cumpleaños lo más probable es que me invite torta. Esta época es de trabajo interno, de formación de cuadros políticos, aunque sí debo decir que todo se complica porque estoy con libertad condicional. Para salir fuera de Lima debo pedir autorización a dos jueces, uno por el caso Madre Mía y el otro por el caso Andahuaylas. En la práctica me tienen maniatado porque no puedo viajar con la frecuencia que el partido me exige.
–Usted ha reconocido que se equivocó al escoger a sus colaboradores. ¿Además de su esposa Nadine Heredia, quiénes lo asesoran ahora?
–Creemos que el partido no se debe sostener sobre personas sino sobre grupos colegiados. Eso evitará nuevos desengaños.
–No veo por ningún lado a Gonzalo García. ¿Es cierto que se han peleado?
–No. Él ha contribuido enormemente con nosotros, como Félix Jiménez. Gonzalo está un poco alejado, es verdad. Tengo entendido que va a viajar fuera del país por motivos de trabajo.
–¿Y dónde está Martín Belaunde?
–Él no continúa con nosotros. Es un amigo personal y cercano al partido, trabajó en la campaña, pero ahora se dedica a sus actividades empresariales.
–Como empresario periodístico del diario La Primera.
–La Primera es un proyecto de un grupo empresarial, donde no participamos nosotros, aunque saludamos que asuma un rol de oposición.
–Contemos: se alejaron del partido Carlos Torres Caro, Álvaro Gutiérrez y ahora Gonzalo García y Martín Belaunde. A usted le cuesta mantener a su lado a sus colaboradores.
–No mezclemos a traidores como Torres Caro y Gutiérrez con personas decentes como Gonzalo y Martín. Con los traidores, ni agua. Los demás son amigos que están trabajando en sus temas personales. Usted asume que las personas cercanas al comandante Humala se alejan. Tienen que vivir de algo, ¿no?

"El Sutep debe democratizarse"
–El Sutep ha iniciado una huelga indefinida. ¿No cree que el hecho de que ese sindicato esté capturado por Patria Roja es un obstáculo para la modernización de la educación?
–Es necesario que se fortalezcan los mecanismos de democracia interna. La regla debería ser: un maestro, un voto. Pero no se le puede atribuir la crisis de la educación a Patria Roja. La educación es responsabilidad del Estado.
–De acuerdo, pero cualquier reforma incluye a los profesores, y en el Sutep se ha instalado una dictadura.
–¿El drama de la educación es culpa exclusiva de Patria Roja? Falso, no lo creo. Ahora, ¿el dominio de Patria Roja en el Sutep contribuye al problema de la educación? Sí, es cierto. No puedo negarlo. Yo mismo se lo he planteado a los profesores, cara a cara.
–¿Y qué le han dicho?
–Que van a ver, pero yo ya no me meto en ese tema

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