Esteche: “Nosotros no matamos, no violamos, ni robamos dinero público”

 

(AW). Américo Balbuena, del colectivo de la Agencia Walsh, entrevistó junto a compañeros de Indymedia y de Radio Futura a Fernando Esteche y Raúl Lescano, detenidos hace seis meses en la cárcel de Ezeiza acusados de participar en un escrache a un local de Jorge Sobisch en Buenos Aires. Estén en huelga de hambre y piden ser liberados.

Buenos Aires, 25 de septiembre de 2007 (Agencia Walsh, junto a Indymedia DDHH y Radio Futura). Mientras el día despejado alojaba a gran cantidad de adolescentes, que en diversas plazas se juntaban para festejar la llegada de la primavera, el pasado viernes 21 de septiembre, Fernando Esteche y Raúl “Boli” Lescano, permanecían en la cárcel de Ezeiza en prisión.

Ya llevan 6 meses privados de su libertad, sin una sentencia judicial. Pasaron el invierno mas frío de los últimos 40 años sin calefacción. Esteche y Lescano iniciaron una huelga de hambre, que ese viernes ya llevaba 32 días, solo toman agua y bebidas de infusión como te o mate. No consumen ni caldos ni jugos ni comida. Con la gestión de FIDELA y la Coordinadora por los presos políticos, se organizó una visita de medios de prensa para poder hablar con los ellos.

A Ezeiza se llega en tren, o con algunos escasos colectivos de línea, desde allí hay un taxi o remis que por 5 pesos va hacia el penal, también hay camionetas y un colectivo de línea que pasa cada 32 minutos. Todo eso, incluyendo los gastos, es necesario para toda persona que tenga a un ser querido a quien quiera visitar en dicha prisión.

Al llegar se ve una larga cola de visitas de familiares, que pacientemente soportan la espera para poder visitar un rato a su ser querido/a en prisión, y dejarle algo de primera necesidad, ya sea comida (que no sean esos guisos con varios días de fermentación, a lo que los presos que no tienen quien les lleve comida están sometidos). Al lado hay un kiosco, que por suerte maneja precios similares a los de cualquier otro, ya que algunos intuíamos que habiendo tantos abusos este podría ser uno más.

Al llegar al penal hay que pasar por numerosos controles: no se permite el ingreso de cámaras ni de celulares (pese a que según nos comentaban los presos, se lo ha visto a Etchecolatz usando celular, entre otros tratos preferenciales que este genocida tiene). Una vez pasados los primeros controles, y habiendo dejado las pertenencias en recepción, una camioneta traslada a los visitantes al pabellón correspondiente, en este caso era el 4, sector J.

Allí fue donde nos encontramos con Fernando Esteche y el “Boli” Lescano, que son los primeros presos desde 1983, en cuya carátula figuran legalmente como “presos políticos”. Ninguno de ellos fue autor material la rotura de un vidrio, cuando el pasado 5 de abril su agrupación escrachó a un local del entonces gobernador de Neuquén Jorge Sobisch, responsable político del asesinato del docente Carlos Fuentealba el día anterior.

Fernando Esteche fue detenido ese día, cuando pasaba por el local de su agrupación, no había participado del escrache. Junto con el fueron detenidos otros compañeros, que al poco tiempo fueron liberados, aunque se encuentran procesados, Fernando Esteche quedó adentro, acusado de ser “autor intelectual”, responsable político de ese incidente.

Acusación similar recibió Lescano, quien se encontraba junto con otros compañeros unos días después en una manifestación frente a los tribunales pidiendo la liberación de Esteche, y un auto con una patota, de civiles sin identificación, lo golpeó y lo llevo en un auto civil. Lescano estuvo formalmente desaparecido por 3 horas, y su paradero se conoció luego del pedido de Habeas Corpus, realizado por FIDELA.

“A nosotros se nos detiene y acusa de responsabilidad política por romper un vidrio, mientras que Sobisch mató a un docente”, “nosotros no violamos ni matamos a nadie y estamos en una cárcel de alta seguridad cuando los genocidas y asesinos siguen en libertad” repitieron una y otra vez, durante la visita en una charla que duró mas de dos horas.

Se los veía de buen ánimo, tal vez por la alegría de ser visitados y poder tener un nuevo contacto con el exterior, tal vez por la posibilidad de poder expresarse y que sus palabras trasciendan las paredes del penal. “Los presos políticos tenemos menos beneficios y menos cosas que cualquier preso común” sentencia Raúl Lescano al comenzar la charla. No tienen agua corriente, calefacción, no pueden ni salir al campo de deportes ni usar el gimnasio ni la biblioteca, tampoco tiene acceso a las “visitas íntimas” o de “consolidación familiar”. Es por todo esto que hace poco más de un mes iniciaron la huelga de hambre, como último recurso, agotados otros medios de reclamo.

A partir del incidente con Etchecolatz, se agravó su situación en el trato recibido, agregó “Estábamos en una visita, una vez terminada íbamos por los pasillos (…) y el muy pancho iba caminando con sus secuaces. Se produjo lo que nosotros le habíamos anunciado a las autoridades del penal cuando ingresamos. Que no queríamos tener ningún tipo de cruce con ese degenerado, y bueno, se produjo ese cruce con una serie de insultos y provocaciones en donde fue golpeada la compañera Noemí, que nos estaba visitando de Posadas (Misiones). Eso valió que el siguiera bien su vida y a nosotros que nos trasladen aquí (Ezeiza), y privarnos de muchos beneficios que tienen los demás internos”.

 

 

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