La Revolución Bolivariana y el Revisionista Dietrich
La nueva operación ideológica pretende imponer una cuña para aislar a Cuba del resto del proceso emancipador latinoamericano.
 

por Amador Ibañez

“No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo-americano. He aquí una misión digna de una generación nueva”.
José Carlos Mariátegui – 1928.
 

Resumen:
Debemos estar alertas ante una nueva operación ideológica que apoyándose en la influencia emancipadora del proceso bolivariano y la figura del comandante Hugo Chávez, “remozando” el marxismo a la más vieja usanza socialdemócrata, oculta un odio irrefrenable a la historia heroica de nuestra América Latina. Esta retórica llena de sofismas, si no es denunciada a tiempo terminará por poner a parte del movimiento popular del continente nuevamente bajo la tutela ideológica de los centros de poder globalizados producto de la confusión teórica creada en el movimiento revolucionario.
En Chile el Señor Dietrich ha venido a jugar su rol en esta campaña internacional, que no por menos organizada es claramente una maniobra de divisionismo y se suma ineludiblemente a la Guerra Sicológica y Simbólica que pretende, ocultando las verdaderas raíces de la explotación y por ende de la emancipación, perpetuar la hegemonía de la dominación globalizada.
La Historia es una sola, y debemos optar, o yanaconas serviles a la dominación extranjera, o estamos dispuestos a pagar el elevado precio de la libertad, nuestra opción es clara y no engañamos a nadie, ésta NO es nueva, es tan antigua como la dominación misma, solo es una tarea inconclusa.
Contenido
La Revolución Bolivariana y el Revisionista Dietrich. 1
La nueva operación ideológica pretende imponer una cuña para aislar a Cuba del resto del proceso emancipador latinoamericano. 1
Resumen: 1
1.- ¿Por qué el título? 3
2.- No estamos dispuesto a cambiar el oro por los espejitos de colores. 3
3.- La vileza y el ocultamiento: la explotación no es una pelea de perros. 4
4.- ¿Sigamos con las metáforas perrunas? 5
5.- La brecha de dos definiciones distintas. 6
6.- El cálculo de la plusvalía no es contabilidad de costo. 7
7.- La división del trabajo. 9
8.- El discurso de lo pertinente. 10
9.- El marxismo es filosofía de la praxis. 10

1.- ¿Por qué el título?

El título es una provocación, pretende poner la atención sobre la enorme brecha entre las ideas y práctica del pueblo venezolano y la de su dirigencia, y las atribuciones indebidas del Sr. Dietrich, quién abusando en forma permanente de cierto estatus como “asesor” del comandante Chávez para hacer usufructo de esta legitimidad, y exponer su propia “agenda” personal, lo cual no es “pertinente”, al propio uso del lenguaje técnico-político del “científico”.
Es decir lo único poco importante en este artículo es el Sr. Dietrich. Lo que importa es concentrarnos en un intento de aportar en la importantísima tarea de “desalambrar nuestras mentes”, que es la forma poética con que el compañero Martín Almada (Premio Nobel Alternativo de la Paz) hace referencia a la lucha de clases en el ámbito de las ideas. Las hermosas metáforas de este educador ejemplar, nos han señalado una clara descripción de las importantes tareas del socialismo en el siglo XXI.
Es decir, es necesario separar claramente la teoría y práctica del pueblo venezolano y las maniobras de los que equivocadamente intentan una operación al estilo del “abrazo del oso”, para el final sacar sus garras y proponernos viejas teorías economicistas que solo aportan a profundizar la división y la confusión en el seno del movimiento popular y revolucionario, movimiento histórico de ideas y prácticas, que con enorme esfuerzo humano ha empezado una vez más a recuperar la autoestima y enrumbar por los caminos que nunca debió dejar de andar, después de siglos de dominación, caminar a su definitiva independencia.
Las lecciones que debemos dar desde el decoro y la lealtad, condiciones básicas del hombre nuevo que construimos, bajo las enseñanzas inequívocas del comandante Ernesto “Che” Guevara, hacen referencia a la paciente labor de construcción autónoma de un verdadero proyecto de emancipación que abarque la labor mancomunada y solidaria en el ámbito de toda la América Latina.

2.- No estamos dispuesto a cambiar el oro por los espejitos de colores.

Nuestro oro hoy está representado en la rica experiencia teórica y práctica que poseemos como pueblo, desde el sur del Río Bravo a la Antártica. Son más de 500 años de dominación y exactamente los mismos años de lucha por la emancipación del hombre en estas tierras. Nuestro oro es la enorme reserva moral, política y social, cultural que hemos logrado atesorar en el transcurso de nuestra historia.
Y no podemos entender nuestra historia como una secuencia de hechos que pueden organizarse según el capricho de quién interesadamente la lleve al blanco y negro del papel, o a la voz o imagen encerrada en la caja negra de la despolitización masiva, verdadera arma de exterminio de la inteligencia en masa.
El oro que hemos acuñado desde las primeras insurrecciones ante el conquistador español, las luchas por la primera independencia, las luchas contra las oligarquías entreguistas, las luchas contra el capitalismo arrogante, contra el imperialismo yanqui, contra la dictadura neoliberal y sus formas de democracia “representativa”, es decir, siempre por lograr la participación activa de la mayoría excluida, hoy llevada a niveles nunca antes conocidos, pues al peso aplastante de las maquinarias de la explotación económica se suma cada vez con mayor fuerza la presión colonizadora sobre nuestro espíritu libertario. Nunca antes en la historia los medios de reproducción ideológica al servicio del bloque en el poder han jugado un papel tan preponderante, transformándose en causas de carácter “objetivo”, en fuerza material base de sustentación del modelo neoliberal de explotación.
En estas circunstancias históricas, obvio es que surjan problemas “nuevos”, que en realidad son nuevos desde el punto de vista de la percepción inmediata de los fenómenos, pero si escarbamos sobre la cáscara errática y caótica, y novedosa, de estos fenómenos, encontraremos que la explotación y su contrario, en definitiva no son sino nuevas formas de expresión de una lucha de clases ya dirimida por el propio transcurso de la historia. Es deber de los que luchan por la emancipación del hombre de toda forma de dominación y alienación, develar el verdadero carácter clasista de los intereses que se ocultan detrás de la escena.
Es de mentes colonizadas aceptar baratijas de triste estampa, y es nuestra idea denunciar en estas líneas.

3.- La vileza y el ocultamiento: la explotación no es una pelea de perros.

No es para nada nueva la idea que se oculta tras la metáfora vil e indigna.
Analicemos:
«Para convertir esa economía crematística de mercado en una economía socialista, un equipo de planeación tiene que sustituir la función informática del mercado y decisoria de los empresarios.»
La crematística, a saber con solo buscar en Wikipedia, es un término antiquísimo acuñado por Aristóteles (filosofo de la antigüedad griega) para describir el “estado de ánimo” del que acumula capital por el solo gusto de hacerlo. La pregunta es obvia ¿es esto novedoso?, ¿es esto marxista?, la respuesta es obvia, muy obvia. Siguiendo las metáforas perrunas del susodicho “científico” podemos decir que es “la vuelta del perro”, el perro antes de acostarse gira sobre sí mismo, y del socialismo científico fundado por Marx y Engels, volvemos al socialismo utópico, pre-marxista para recostarnos y ladrar a la luna.
¿Tendremos que ir más allá?, bueno, a riesgo de hacer dormir al lector con las lecciones repetidas de la cátedra “marxismo para principiantes” que por supuesto el Sr. Dietrich reprobó. Sacrosanto Mercado, tampoco nuevo, si no volvemos al socialismo premarxista e insiste en avanzar, toma la vereda favorita de los viejos socialdemócratas para abandonar “conscientemente” el camino del marxismo revolucionario.
Para hacer más precisos, lo que Marx puso al descubierto en su Crítica a la Economía Política, es el carácter social de las relaciones de producción, y a su vez el ocultamiento de las relaciones sociales que se producen en las relaciones de producción (uso intensivo del método materialista dialéctico), demostrando que la base y esencia de estas relaciones son las “relaciones de propiedad”, estudiando el marxismo, podemos ver que las relaciones mercantiles no agregan ni quitan al problema de las relaciones sociales producidas por el capitalismo.

4.- ¿Sigamos con las metáforas perrunas?

Resulta que la explicación novedosa de estos nuevos embusteros es que todas las clases luchan en definitiva por una sola razón, la riqueza, y además que es “comparable a la lucha en una jauría de perros por una presa que no alcanza para todos. Los más fuertes se quedan con la presa y marginan o excluyen a los demás “…
Si no fuera porque la revolución no es un chiste de salón, sino una de las causas de muerte que mas importe en este país y en nuestro continente, estas metáforas debieran causar la carcajada general de la audiencia. Pero lo peor es que se afirman en serio y como fundamento de un proyecto revolucionario para Latinoamérica. El socialismo científico lo que ha demostrado es por qué, y cómo, un grupo pequeño de la sociedad se apropia del fruto del trabajo ajeno, es decir de la mayoría de la población expropiada de los medios de producción, es decir de los medios para producir los bienes materiales y espirituales.
Es decir, las clases sociales “subalternas”, al uso gramsciano, se ven, expropiados de los medios de producción, en la obligación de vender su fuerza de trabajo y esto implica que la producción de bienes materiales y espirituales (la mercancía desde el punto de su “valor de uso”) tiene un carácter social. Y que la apropiación del grupo dominante lo hace no ha razón de una “crematística”, es decir por el gusto personal, por su mero capricho, sino porque al ser los propietarios (veamos o no al patrón o sus capataces) de los medios de producción se arrogan el derecho de apropiarse de una parte de esa fuerza de trabajo que una vez acumulada entra el circulo de la capitalización, para cumplir sus propias demandas de libertad, que es libertad para explotar, es un comportamiento intrínseco al modo de producción capitalista y no una “pulsión” o una suerte de cleptomanía. Si este fuera el caso para terminar con el capitalismo bastaría un “comité negociador” o un ejército de sicoanalistas.
Ocultamiento es ocultar: obvio nuevamente. ¿Qué ocultar? El verdadero carácter de la explotación capitalista, el verdadero carácter y fuente de toda enajenación o alienación. Ocultar es alienar, caballeros, es la segunda pata de la cuestión.
La producción capitalista, base económica de toda la sociedad, que al final actúa en bloque, es entrar en la fase de reproducción. En esta fase el ladrón debe borrar las huellas del delito, haciéndonos creer que “la plata llama la plata”, al uso del cuento de las abuelitas. Es decir, la producción ideológica, inmanente en el llamado “sentido común” debe ocultar el carácter explotador de sistema capitalista, y ocultar que es el trabajo humano la fuente de toda riqueza.
Además para tirarle más pelos a la sopa de los comensales que llamaremos oportunistas, tampoco nada nuevo. Debemos aclarar que la diferencia entre un viejo socialdemócrata y un viejo marxista revolucionario es que los primeros postulan en contra argumentación respecto de los segundos, que es posible cambiar la sociedad por un proceso de evolución, ojo con la conclusión que se desprende del dicho más arriba del perturbador alemán, charlista, lo contrario a la exclusión es la inclusión… y Eureka! Debemos luchar por la inclusión social, por el principio del mínimo respeto al lector, no hace falta ahondar en la maniobra…. Huele raro, pero es obvio. ¿A qué táctica partidaria suena esto?
Para resumir y seguir reflexionando en lo que realmente nos interesa, a saber, cuales son las tareas de la revolución socialista en el siglo XXI (pregunta muy parecida pero radicalmente, valga el termino, distinta), concluyamos. El discurso del Sr. Dietrich es ideológico en el peor de los sentidos, en el sentido de los intereses de las clases dominantes hoy globalizadas, es decir imperialistas, es decir ocultamiento de la explotación y por ende el objetivo es solo uno: tirar tierra a los ojos .
Y, si es ideológica en este sentido, ergo, no es científica, y/o no es revolucionaria, y/o no es marxista.

5.- La brecha de dos definiciones distintas.

1.- La definición del gobierno bolivariano (Socialismo del siglo XXI, la fuerza de los pequeños. Publicación del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información)
“El Socialismo del siglo XXI representa la profundización y extensión del socialismo en todas las direcciones: nacionalización y socialización de distintos rubros de la producción y de los servicios; difusión y enseñanza de una ética socialista que destrone definitivamente al individualismo; reforzamiento de la auto producción; consolidación de relaciones de intercambio con nuestros vecinos del sur basadas en la cooperación, la solidaridad y la complementariedad. El camino es largo, pero es el camino, Venezuela ya divisa la cruz del sur, punteadora del rumbo hacia el socialismo del siglo XXI.”

2.- La definición del Sr. Dietrich (Charlas en Chile, septiembre 2007)

“El Socialismo del siglo XXI es una ampliación y profundización de la democracia formal y representativa que tenemos ahora. El ser humano vive en cuatro condiciones sociales básicas: la política, la económica, la cultural y la militar. De esas cuatro relaciones vitales, la burguesía sólo concede democracia en lo político, y la reduce a un acto electoral cada cuatro años. Entonces, el objetivo es ampliar la democracia participativa en las cuatro relaciones constitutivas del ser humano. En segundo lugar, hay que pasar de la democracia formal y elitista que tenemos hoy día, a una de incidencia real. Por ejemplo, el presupuesto nacional debe gradualmente pasar a los ciudadanos. La economía de mercado tiene algunos elementos básicos: la ganancia, y no la satisfacción de necesidades; y la propiedad privada, que permite a los dueños de los medios de producción determinar los precios, que es el mecanismo fundamental de la acumulación, y permite quedarse con el excedente. Todo esto, avalado por un Estado de clase que está al servicio de las élites económicas. Esto se quiere sustituir por una economía basada no en el precio, sino en el valor, donde la gratificación del trabajo no se hace por fuerza de negociación, sino por justicia, a través del principio de la equivalencia.”
3.-Elementos de la brecha.

a. En la definición bolivariana se habla de profundizar y extender las concepciones y prácticas del socialismo, y en la apócrifa versión del charlista se habla de ampliar y profundizar la democracia formal y representativa que tenemos ahora. Si atendemos correctamente a los términos, la primera habla del socialismo como un proceso a enriquecer con nuevos paradigmas contextualizando en definitiva el marxismo según los desafíos presentes, la segunda habla de evolucionar el modelo neoliberal, es claro que hablamos de procesos distintos.
b. En la definición lo primero es el mandato ético, en la segunda “reduccionismo” a medidas administrativas que permitan él tránsito gradual de manos del Estado y las élites en el poder a los ciudadanos.
c. En las primeras definiciones podemos pensar como contextualizar hoy el programa que llevó al gobierno al compañero presidente, el socialista Salvador Allende. En las segundas definiciones podemos pensar que los gobiernos de la Concertación no han sido capaces de tomar las medidas para lograr un tránsito gradual a una democracia participativa.

¿Es necesario seguir profundizando en la evidente brecha? Es obvio que la primera definición da cuenta de un proceso revolucionario y la segunda de una fraseología que ya los chilenos conocemos en profundidad y sufrimos desde hace mas de 25 años.


6.- El cálculo de la plusvalía no es contabilidad de horas de trabajo concreto.

En el libro editado en Chile por Quimantú, se presenta un cuadro que resume la cantidad de horas trabajadas y esto es considerado como cálculo del valor. Esto hay que revisarlo a la luz de la Economía Política.
El hecho que el valor de la mercancía está determinado por el tiempo socialmente invertido en su producción no es sinónimo asumir el costo en base a los precios determinados por la oferta y la demanda como lo hace en la tablita Dietrich.

El valor o “valor de cambio” es la capacidad que tiene una mercancía de ser cambiada por otra. Es decir, la mercancía además de tener un “valor de uso”, capacidad de satisfacer una necesidad material o espiritual concreta, debe además ser intercambiada en el mercado por otras mercancías.
Para adquirir esta capacidad la mercancía debe ser abstraída de sus cualidades materiales que hacen que las consideremos objetos útiles. Tenemos que realizar una operación de abstracción de todas sus cualidades y tan solo por sus elementos cuantitativos, sin un átomo de utilidad concreta, para ver cómo surge el valor (de cambio).
Sin entrar en detalles correspondientes a un curso de Economía Política que pronto es nuestra intención publicar en nuestro sitio, queremos llegar por el doble carácter del trabajo (trabajo concreto y trabajo abstracto) y el proceso de acumulación capitalista al punto que nos interesa.
El estudio del marxismo, y del Capital de Carlos Marx en particular, nos permite comprender que el “trabajo abstracto” es la fuente y la sustancia del valor de las mercancías que solo puede manifestarse a través del valor de cambio. Y todo esto para llegar a comprender que la plusvalía, no es el cálculo de la cantidad de horas invertidas en un producto, sino una media sobre la cadena del trabajo socialmente necesario. Lo que nos lleva a que la tabla de costos presentada en el libro no devela un correcto uso de las categorías del marxismo, solo son una tarea para un curso de contabilidad básica.
El socialismo requiere de contabilidad, pero no nos confundamos, el objeto de estudio de la contabilidad no tiene nada que ver con el objeto de estudio de la Economía Política ha desarrollar por el marxismo, a saber:
El objeto de estudio de la Economía Política no es el proceso mismo de la producción de valores materiales, sino de las relaciones sociales en el proceso de producción y las leyes que determinan su desarrollo en los diferentes modos de producción, en unidad dialéctica con las fuerzas productivas, y la principal fuerza productiva es “El Hombre”.
Nuevamente volvemos al problema fundamental de todo socialismo, nada más ajeno a la reducción a medidas técnicas, a recetas de carácter administrativas, pues estas son el “genoma” de la confusión del notable expositor, para utilizar palabras del agrado de cuanto posmoderno que anda suelto en los fecundos sembrados del socialismo en el siglo actual.
Para cambiar un poco las metáforas perrunas y hacer honor a nuestras tradiciones folclóricas, ya que estamos, en Chile, en el “mes de la Patria”, podemos resumir estas ideas extrañas al marxismo observando un bello cuadro campestre con unos chanchos en un campo de margaritas.
Sr. Dietrich el capitalista no compra horas de trabajo, o trabajo, compra capacidad de trabajo, fuerza de trabajo, y la plusvalía está asociada justamente a esto, no se genera en la circulación de las mercancías, se genera en el delta existente entre el valor de la fuerza de trabajo y el precio que paga el capitalista por ella. Valor y Precio no es lo mismo.
Pero aún hay más.
7.- La división del trabajo.

El marxismo, fundamento teórico del socialismo científico y praxis de la transformación social emancipadora, es mucho más que economía política, es una cosmovisión y es una ciencia. El marxismo no pretende suplantar las ciencias, no es una superciencia, es una ciencia de la revolución social. Pero al propio uso de Marx, las ideas dominantes de una época son las ideas de las clases dominantes.
Sin duda alguna el capitalismo no está exento de la ley universal de la unidad y lucha de los contrarios, como tal el capitalismo ha jugado un rol muy importante en el desarrollo de las fuerzas productivas, es decir el hombre mismo, pero la apropiación privada de los frutos del trabajo, es decir la producción de plusvalía, no es cuestión de cierta “pulsión” al uso del sicoanálisis, sino esencia misma de su propia y peculiar formación histórica.
Claro que los contrarios se superponen y la extrema división social del trabajo, principalmente entre trabajo manual e intelectual, han sumido al hombre de nuestra época en la producción en serie y distribuida, creando una brecha enorme entre el hombre como productor y el hombre como consumidor. Le es imposible “contener” esta brecha, ocultando que los productos que consume en definitiva son una cadena infinita de trabajo social y el valor de cambio es la medida de su oscuridad. El fetichismo del dinero y el fetichismo de la mercancía es uno solo, es la fuente de toda alienación que oculta lo básico y primario, es decir, el valor de uso de esas mismas mercancías.
El drama del capitalismo y condición necesaria de su desaparición histórica se basa justamente en esta contradicción basal: el carácter cada vez más privado de la apropiación del trabajo, y el carácter cada vez más social y mundial de la producción de bienes materiales y espirituales.
Lo que si estamos totalmente de acuerdo, que las condiciones necesarias son insuficientes para lograr poner el punto final a esta tragedia humana, es importante realizar desde ya una tarea fundamental que hace a estas condiciones lo suficientemente poderosas para el logro del objetivo estratégico emancipador. Esta tarea, o este conjunto de tareas, ponen al hombre, al ser humano, en el centro de la cuestión. Es tarea impostergable continuar el mandato moral de todo socialismo, transformar a este hombre alienado en actor de su propia liberación.
Revalorizar el mandato Guevarista de la verdad como única fuente de liberación, deja fuera de toda duda que cualquier forma de ocultamiento tiene el signo contrario, es decir, todo ocultamiento del carácter históricamente transitorio de toda explotación, va a contrapelo de la rueda de la historia, que ha de caminar, duela a quien le duela, desde el reino de la necesidad al reino de la libertad.
Es decir, y para ser justamente consecuentes con la máxima guevarista, debemos hablar claramente que el socialismo es un proceso, es la tarea permanente para lograr el tránsito definitivo no ha una sociedad “más justa”, sino definitivamente justa. El camino del socialismo es el tránsito de la consolidación de la justicia social, pero ante todo es una labor por preparar las condiciones para que el hombre libre transite por las grandes alamedas, de nuestro país y de toda la humanidad en su conjunto.
Para comprender esto, es necesario comprender que el heroísmo al igual que la materia, no se crea ni se destruye, solo se transforma, se contextualiza en los nuevos obstáculos que cada época nos presenta.
El siglo XXI sin duda nos presenta nuevos retos, las soluciones que encontremos pueden ser nuevas, pero se crean sobre los hombros de todos los que han sembrado el camino, incluyendo los errores y los éxitos, para ello debemos estudiar la historia, pues quien no conozca sus raíces terminará recorriendo las mismas veredas del error, y seguirá generalizando sobre esta base.

8.- El discurso de lo pertinente.

Al asistir a las charlas para escuchar las buenas nuevas terminé de comprender lo estéril de las viejas discusiones en el seno de la izquierda, aquellas sobre las formas de lucha, posibilismo y voluntarismo, entre otras tantas.
Claro me enteré que la Revolución Cubana ya no es pertinente, que el heroísmo tampoco lo es. En verdad cuentos de antología, pero que las viejas películas donde los yanquis son buenos y los nazis son unos idiotas, y los rusos también idiotas pero un poco más simpáticos, al menos sirven de diversión. Bueno, esto también es diversión, pero no en el mismo sentido, alto y claro: diversión ideológica.
Qué distinto es escuchar a los venezolanos comprometidos con su proceso, el respeto enorme a los procesos revolucionarios en general y a Cuba Socialista, en lo particular. Y por supuesto cabe preguntarnos una vez más ¿es posible para la revolución bolivariana consolidar su proceso sin las formas más evidentes de heroísmo? La defensa del socialismo es claramente lo más heroico que podemos percibir. El Che es heroico, en la guerra como en la paz, con fusil en la guerrilla y con la pala en el trabajo voluntario, con la pluma y el pensamiento. Y es heroico porque el pueblo de Cuba lo fue, lo es y lo será ¿qué duda cabe?

9.- El marxismo es filosofía de la praxis.

Algunos buscan las respuestas en la práctica despreciando la teoría, estos no sabrán si se enfrentan a percepciones o alucinaciones, solo quedarán como espectadores, esto es el pragmatismo. Otros buscarán las respuestas en la mera teorización, en los inmaculados salones académicos, estos quedarán en enunciados y corren el riesgo de seguir ocultando con buenas o malas intenciones, el verdadero sentido heroico e impuro de la revolución socialista.
Ambos caminos no conducen al resultado deseado, al menos que suceda un milagro, y estos, por definición, no existen. El marxismo resuelve estos problemas en tanto Praxis, en la unión indisoluble de la ciencia y la acción creativa y creadora de los hombres. El sujeto de la historia es uno y es múltiple, es individuo y masa, es masa y partido, es todo lo que seamos capaces de pensar y hacer, de hacer y pensar, pero siempre será proceso, será la vida misma, en toda su plenitud y conciencia.
El socialismo científico no negó la utopía de los socialismo pre científicos, solo les dio un fundamento utilizando toda la potencia de los avances de las ciencias del hombre, que debemos continuar estudiando el pensamiento científico para aplicarlos a la revolución es obvio, en definitiva la tarea es concreta, es histórica y es heroica.


Amador Ibañez.
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