¿Santa Alicia, virgen y mártir?

Los ataques y atentados fraguados (o consentidos) han sido una constante desde que el perfeccionamiento de los medios de comunicación y difusión han constituido a la opinión pública en una pieza fundamental del ajedrez político. Aunque el propósito de quienes los maquinan es muchas veces colocarse en el papel de víctimas, en general se busca el desprestigio del enemigo o una justificación para atacar a los supuestos autores de los supuestos crímenes.

Vamos a recordar unos ejemplos clásicos de este tipo de hechos:

—Estados Unidos utilizó una explosión en el acorazado "Maine", fondeado frente a las costas de La Habana, en 1898, para declarar la guerra a España y apoderarse de la isla y de las Filipinas. Según distintas investigaciones de los propios norteamericanos, esa explosión fue accidental o autoprovocada, pero no pudo ser producto de un ataque.

—En 1939, oficiales de las SS, vestidos con uniformes polacos, "atacan" instalaciones fronterizas alemanas (modalidad "false flag"). Los nazis exhiben los muertos de uno y otro bando —que no son sino prisioneros políticos sacados de las cárceles, asesinados y así disfrazados— y de este modo justifican la invasión a Polonia.

—Pearl Harbor, 1941: el gobierno de EE.UU. permite el ataque japonés, del cual tenía datos indubitables, para que la opinión pública se vuelque en favor de la participación del país en la Segunda Guerra.

—En 1964 Estados Unidos miente un ataque contra dos barcos suyos en el golfo de Tonkín (¿qué hacían allí?) y con ese pretexto desata bombardeos masivos contra Vietnam del Norte.

—Inglaterra, que con dos o tres submarinos en la zona podía tornar muy complejos los planes de invasión de las Malvinas, que conocía, los dejó avanzar para obtener un conflicto que permitiera a la Thatcher unificar al país tras de sí y reflotar su imagen.

—Torres Gemelas: continuamente surgen nuevas evidencias de que el gobierno de los Estados Unidos sabía del ataque (recientemente se ha mencionado que el servicio secreto francés le había advertido de ello), pero lo dejó correr con el fin de erigir un nuevo "demonio" enemigo y apoderarse de Irak.

Podríamos seguir páginas y páginas (hace algún tiempo, en otro envío, dimos una lista más extensa), pero sólo nos interesa mostrar que muchas veces estas operaciones se realizan incluso al costo de miles de muertos propios, y no de unos simples tirones de pelo o unos gritos ante la casa de una anciana.

La doncella profanada

Los incidentes que han rodeado a Alicia Kirchner en Río Gallegos tienen perfiles inexplicables si perdemos de vista el artificio que hemos definido y ejemplificado más arriba. Por ejemplo: a) en una ciudad militarizada y socialmente convulsionada, no se dispuso ninguna custodia para una ministra y hermana del presidente; b) más aún, con los incidentes ya en desarrollo, durante una hora y media no apareció en la zona ni un solo policía o gendarme: fue una evidente zona liberada; c) los que se arrojaban contra el cordón de protección de la ministra organizado por ADOSAC, provocando los apretujamientos y choques, y hacían explotar petardos cerca de él, eran notorios funcionarios oficialistas y colaboradores de la ministra en sus anteriores funciones provinciales... etc. La ministra, entre tanto, no parecía temer nada grave —sus razones tendría— y enseguida el incidente fue utilizado para interponer denuncias penales contra personas allegadas a la protesta social en la provincia.

A Kirchner no le creemos ni los estornudos

Dejemos a un lado las dudas que surgen del parágrafo anterior. Supongamos que las agresiones fueron realizadas por personas hartas del manejo autocrático, represivo y hambreador del (teledirigido) gobierno provincial. En tal caso, sería uno de los tres hechos trascendentes y graves ocurridos en territorio santacruceño en estos últimos meses, según quienes allí detentan el cuasimonopolio de la información. Repasémolos: una gritería ante la morada de la madre del presidente, un atentado con un camión contra éste (quien estaba a miles de kilómetros) y el martirio callejero de una santa, a la sazón también del linaje de la familia real. En un plano muy menor —siempre según estos medios y los gobiernos nacional y provincial— también ha sucedido que algunos patoteros y extorsionadores, pertenecientes sin duda a la izquierda siniestra, han fraguado supuestas agresiones con el fin de achacárselos a la casa reinante. Por ejemplo, se han disparado perdigones en el rostro, se han volado un pie de un tiro, se han pateado y propinado culatazos y palazos a sí mismos: por nuestra parte, nos resulta muy significativo que los acusadores tengan tan presente en su pensamiento esta artimaña de los autoatentados.

Para terminar de ubicarnos, recordemos que todo esto sucede en una provincia donde no hay dinero para los trabajadores mientras el poder y sus amigos se entregan a un desenfrenado pillaje mediante maniobras con la adjudicación de tierras, la obra pública y la minería al amparo de la ley de legalización del saqueo que Kirchner votó en su momento y ahora sostiene.

De este aparato forma parte la Buenita. Que es tan inocente como aquellos que en tiempos de la represión no torturaban: ellos solamente cocinaban para los torturadores, les pagaban los sueldos o custodiaban los campos de concentración y exterminio. La Buenita, igualmente, hace su trabajo, cumple su función para asegurar la continuidad de este estado de cosas.

Todos los medios (y las personas a quienes éstos les hacen el bocho) gimotean ante la supuesta agresión contra la Santa. ¡Y nosotros también deploraríamos que los sucesos se hubieran dado de esta forma!: nos apenaría que la hayan insultado, tirado del pelo y enchastrado con harina. Sí, nos duele en el alma que aún no haya llegado la hora en que a ella y a toda la banda les toque recibir lo que verdaderamente merecen.

VECINOS MEMORIOSOS

14-05-07.

"Si no andáis prevenidos, los medios de comunicación os llevarán a odiar a los oprimidos y amar a los opresores" - Malcolm X.

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