PETRÓLEO

Santa Cruz esta haciendo la prórroga de Cerro Dragón como Chubut

por Víctor Bravo*

Mas allá de la posición ideológica del entrevistado, los datos que expone son de gran interés (nota PCT)


El  siguiente reportaje, realizado por el InfoMORENO al ingeniero
Víctor Bravo, tuvo lugar en San Carlos de Bariloche, el 17 de junio
pasado. Esta es la primera parte dedicada a la reprivatización de
YPF, a la prórroga de las concesiones a la British Petroleum por las
Provincias del Chubut y Santa Cruz,  y a los agrocombustibles.

Félix Herrero: A propósito de la prórroga en el 2000, de Loma La Lata, y ahora en el 2007 de Cerro Dragón, ¿cómo ves el tema de esta prórroga? Y, ¿cómo ves el sistema de haber entregado a las provincias el subsuelo, que antes era nacional?

Víctor Bravo: Bueno, hay un primer tema sobre el asunto de la prórroga que es el siguiente. La Ley 17.319 dice que hasta 6 meses antes de que venza la concesión se puede pedir una prórroga por 10 años. Probablemente las concesionarias no van a esperar a estar cerca de los 10 años antes de que se cumpla el vencimiento, y piden ahora mucho antes. ¿Y qué aducen? Aducen que no van a hacer una inversión que va a madurar dentro de 10 años, si les van a sacar los yacimientos. Desde ese punto de vista de los empresarios es lógico, aunque yo no coincida, lo que están pidiendo, que los yacimientos sean a perpetuidad. Es decir, aquello de que el propietario de los recursos es la Nación o de las provincias, pasaría a ser una ficción. Pero resulta que la ley, empezando por la Constitución Nacional, dice que los propietarios son la Nación o las Provincias, y esto lo sabían las empresas antes de acceder a la titularidad de la concesión. Para esto también vale "la seguridad jurídica" que las empresas tanto aducen.

F. H.: Te interrumpo... las concesiones a perpetuidad en el derecho internacional están muy criticadas, ¿no? Por ejemplo, el canal de Panamá tenía una concesión a perpetuidad y no aguantó social ni internacionalmente. Guantánamo hoy día es otro caso del mundo de concesión a perpetuidad. Y está mundialmente muy criticado... ¿Vos no lo verías tan crítico en el caso del petróleo?

V. B.: Sí, lo vería muy crítico indudablemente... ¿qué es lo que pasa? Lo siguiente, ¿qué es lo que uno debería hacer? Tener la empresa estatal y decir "Ah, bueno, ¿van a vencer las concesiones y en los hechos no desean devolverlas?  Entonces si no invierten están violando una de las cláusulas de las concesiones". Les quito las concesiones y entonces mi empresa estatal comienza a trabajar. Pero no tengo ese instrumento. Al no tenerlo ¿qué es lo que me puede pasar? Lo que pasó cuando nacionalizaron en México los yacimientos petroleros. La producción bajó en los 4 ó 5 primeros años, casi a menos de la mitad. El pueblo mexicano se la aguantó, porque tocarle el petróleo a los mexicanos era como tocarles a la madre, después la cosa salió adelante. Pero acá si pasara eso y nos quedamos sin energía, ya vemos lo que está pasando, podría hasta caer el gobierno. Y no sé quién subiría. De manera que pareciera no ser viable, totalmente, no dar la prórroga a las empresas y quedarse el Estado nacional o provincial con las concesiones. Salvo que se recreara la empresa petrolera estatal, en esas condiciones, yo creo que siguen habiendo geólogos, ingenieros, que trabajaban en YPF. Ahora dicen que Repsol pasó a tratar de contratar quinientos profesionales. Es que en período reciente en Argentina prácticamente la gente dejó de estudiar ingeniería... Bueno, se ve que se pueden recrear ese tipo de cosas. De manera que si bien legalmente existe la facultad para pedir la prórroga, el Estado, viendo la historia de cómo actuaron dice, "no invirtieron", y entonces revierte las concesiones.

Hay dos alternativas: pasar las concesiones a mi empresa estatal o volver a licitar las áreas. Digamos, son las dos alternativas. A mí me gusta más la primera. Pero en todo caso, licitarlo, pues quizás otra empresa sí quiera invertir. Porque varias empresas están pidiendo esto, la concesión a perpetuidad, es decir hasta el final de la vida útil de los yacimientos, más allá de todas las ventajas que les han dado para explorar por ley recientemente promulgada con importantes ventajas impositivas. Cosa que no es admisible.

La otra cosa que me preguntaste. Yo estoy absolutamente en contra de la propiedad provincial de los yacimientos. Creo que ese fue un error. La historia de la Argentina, incluso viene del derecho de Indias en lo legal, era la Nación, era el Estado el dueño de los recursos. Ahora pasó a manos provinciales, sin tener, que esto es lo peor, un código energético nacional que por lo menos fije pautas mínimas. Es lo que pasa en materia minera, aunque no me gusten las leyes mineras vigentes en el País, existe un Código Minero, al cual se adhieren las provincias o de alguna manera no lo contradicen. Acá no hay ningún código energético al cual las provincias adhieran. Entonces, ¿qué es lo que pasa? Provincias chicas con poco poder económico y político frente a empresas internacionales o locales, van a tratar de atraerlas. Si una provincia por ejemplo les da 5, otra provincia les dé 10, o si se les pide 2, otra provincia les pida uno. Entonces a la larga qué es lo que estamos haciendo, enajenando algo, malvendiendo un recurso que es de todos. Se podría dar el absurdo de que en una sola provincia estuvieran todos los hidrocarburos, entonces decide exportarlos porque les conviene más, y el resto del país importa. Eso es absurdo.

F. H.: En la concesión que la provincia de Chubut hace de Cerro Dragón y de Anticlinal Grande hay también una participación de la provincia de Santa Cruz, ¿cómo ves eso de que una provincia, por sí sola, prorrogue la concesión de un yacimiento que es biprovincial, y lo hace como si fuera solamente de Chubut?

V. B.: Bueno, lo que pasa que en este momento la provincia de Santa Cruz está haciendo un contrato de prórroga exactamente igual al que hizo Chubut. Es cosa de estos días, de esta última semana. Es prácticamente copiado, lo mismo; los montos tal vez son un poco distintos, pero gran parte de las reservas están en Chubut. Es el problema de los yacimientos compartidos. Como la naturaleza no tiene límites, la superficie de un yacimiento puede estar parte de una provincia y parte en otra. Pasó entre Kuwait e Irak, el yacimiento que dio lugar a la primera guerra fue porque Irak decía que Kuwait le estaba sacando petróleo de un yacimiento que estaba en su territorio, entonces invadió Irak. Esa fue una de las razones: el yacimiento compartido.

F. H.: ¿Qué opinás de la venta minoritaria de acciones de YPF, con respecto a la situación anterior? Y la venta a una compañía financiera. Y ¿cómo ves el tema de los biocombustibles, en pocas palabras y en general?

V. B.: Bueno, acerca de lo primero yo te diría que se trata de un exabrupto: prefiero que se quede Repsol y no que aparezca un financista, como estos que están dando vueltas sobre YPF SA. Porque, a nivel internacional, cuando las empresas se dedicaban a producir, más allá de que a mí no me gusten las multinacionales, funcionaban mejor que cuando se convirtieron en entes financieros. Incluso negociando papeles petroleros ganaban más plata que invirtiendo en petróleo. Lo digo desde ese punto de vista.

Ahora, sobre la otra pregunta, vos sabés muy bien lo que pasó con la Ítalo.  La Ítalo se compraba y se vendía, se compraba y se vendía. Se compraba cara, se vendía barato, se volvía a comprar cara, etc. Es decir, acá puede pasar una cosa, Repsol le sacó el jugo a la vaca, ahora que la vaca no tiene tanta leche trata de desprenderse de ella. Ellos necesitan dinero, incluso han querido vender o traspasar unas 34 áreas marginales para hacerse un poco de caja. Lo están reclamando los accionistas, porque gran parte de las acciones en Repsol son de propiedad de fondos de inversión de Estados Unidos; incluso Pemex también tiene parte de Repsol. O sea que daría la sensación de que, ahora que exprimí la vaca, me quiero desprender de esos activos o de parte e ellos con esta transferencia de acciones. Dado que un pozo en la Argentina produce 6 ó 7 metros cúbicos por día, invierto en otro país donde del pozo de petróleo pueden salir 300, ó 400 metros.

F. H.: Como en el Golfo de México, por ejemplo.

V. B.: Claro, como hizo en el Golfo de México, o en Libia, incluso en la misma Venezuela. ¿Qué es lo que a uno se le puede ocurrir si hubiera voluntad política? Que compre Enarsa o lo que sea, ese 25% y comencemos de alguna manera a tener una injerencia real.

Lo que ocurre es que si vos le comprás a alguien y no tenés el control de la operación, estás dando tu dinero pero no estás controlando lo que la empresa hace. O sea, que esto tendría que ir acompañado con que realmente ese 25% tuviera un peso en el Directorio, suficiente como para orientarlo hacia otro tipo de comportamiento. Cosa que los españoles no lo van a permitir, incluso ya lo han dicho. De manera que el asunto es complejo.

Lucía Vera: ¿Y la Acción de Oro?

V. B.: Bueno, la Acción de Oro es una cosa que en los hechos es como si no existiera y que nunca fue usada. Yo tengo la acción de Oro pero no la uso. Además, la ley de privatización de YPF otorgaba al Estado ciertas atribuciones mientras no redujera su tenencia de acciones por debajo del 20% del capital social. Cuando esto sucedió quedó con la acción de oro, cuyo alcance era muy limitado, por ejemplo al no permitir el cambio de sede social. Acá Repsol hace lo que quiere. O sea, más allá de que alguna vez Moreno pone las patas sobre la mesa y exige algún tipo de cosa... No MORENO, ustedes, sino el que está en la Secretaría de Comercio. Esas son acciones totalmente voluntaristas, no son políticas, o sea son un grotesco.

Acerca de los biocombustibles, indudablemente aquí hay un tipo de posición como "me niego a los biocombustibles"; es un exabrupto y algo que no va. Yo me niego a que se afecten tierras agropecuarias, a que se ´amplíen´ las fronteras agropecuarias, a la expulsión de trabajadores, de pequeños propietarios, a la caída de la ocupación de la mano de obra, a que se incremente la compra de insumos, herbicidas, semillas en manos, y para el incremento del beneficio de los grandes conglomerados internacionales agropecuarios y químicos, que son los que están más interesados en este tema. Digamos, que acá hay un gran conglomerado de grandes empresas: las automotrices, los grandes entes agrícolas, Monsanto y todo eso, que son los que realmente van a sacar la tajada adicional de la renta del sector agropecuario. A eso es a lo que uno se tiene que oponer. Cuando hay 40% de pobres en la Argentina, 200 ó 300 millones en América Latina u 800 ó 1000 millones de hambrientos en el mundo, se prefiere surtir a los 500 u 800 millones de automóviles que hay en el mundo. Desde el punto de vista humanista, yo como cristiano, siento que no puede ser.

Ahora, desde el punto de vista de que una cooperativa de Tres Arroyos, de productores, decide "bueno, vamos a destinar una parte de nuestro campo a producir especies e instalar una planta de biodiesel para no comprar el gasoil porque en este momento es un problema".  El autoconsumo es una cosa absolutamente viable. Y después también que se destinen tierras que son infértiles, con especies que no afecten la biodiversidad, para hacer biodiesel. Hay algunas especies que tienen problemas porque necesitan bastante agua, y hay zonas donde los desiertos no son los más aptos en la Argentina para producir la colza y la jatrofa, porque necesitan bastante cantidad de agua. Sí me opongo totalmente a utilizar maíz, o trigo, o sorgo para la elaboración de bioetanol, es porque privilegio la alimentación humana, porcina, vacuna, etc. Así que bueno, es un tema que no es ni blanco ni negro, no es sí o no, pero hay que establecer las condiciones.

F. H.: Vos sabés que hay una posición, de Jorge Adámoli, que plantea "Sí pero...", que fue una frase de Giscard cuando apoyó a De Gaulle. "Sí, pero con estas condiciones". Nosotros a veces pensamos que es muy parecido a un "No a los biocombustibles aunque"... si mejora la tierra, no deforesta, etc. En esa línea, ver el problema concreto en cada situación, así más o menos, es tu planteo.

V. B.: Exactamente. Sí, sí, sí, eso seria de alguna manera... lo que pasa que como en todos los temas, y pasaría con la energía nuclear y con las grandes obras hidroeléctricas, digamos, hay que analizar la situación.

Hay otro tema, hay grupos que se oponen a la energía nuclear, per se, un desastre nuclear, por supuesto, sería catastrófico y se oponen a las centrales hidroeléctricas por inundaciones o porque se desplaza gente. Pero siguen prendiendo la luz en la casa.

F. H.: Claro.

V. B.: Y en el mundo ni la energía solar ni la eólica, per se, pueden aguantar el nivel de consumo. Yo le recomendaría a la gente que el primer objetivo de lucha sería bajar el consumo, combatir el consumismo. Combatiendo el consumismo, se van a evitar grandes obras, una proliferación enorme de grandes obras.

La otra vez leía que en materia de energía solar parece que se ha descubierto, y está en experimentación, una pintura de titanio que, pintando los techos metálicos de las casas aumenta la captación. Entonces inmediatamente pensé en los barrios altos de Bariloche y en las villas miserias. Ellos no tienen techos metálicos. Entonces tampoco es la solución. Y esa fuente podrá dar el 10, el 15 o el 20% de la energía, exagerando. Pero necesitás las otras, entonces, ¿por qué no se inclinan a combatir el consumismo y atacar de la misma manera a las centrales térmicas convencionales? Que son las que de alguna manera generan los gases de efecto invernadero y todo eso. Entonces, hay una contradicción que de alguna manera hay que destacarla.

*Víctor Bravo es un especialista en economía energética, integra la Fundación Bariloche y es miembro de la Pastoral Social del Obispado de San Carlos de Bariloche.

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